Enseña a tu hijo que no siempre puedes decir sí

Enseña a tu hijo que no siempre puedes decir sí
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 14 marzo, 2019

“Enseña a tu hijo que no siempre puedes decir sí”  es el consejo de muchas personas; esto parece ser sencillo pero requiere de ciertas técnicas, pues tu hijo puede llegar a exigir cosas que quizás no podamos cumplir o sencillamente no son factibles. En este post te decimos todo lo que necesitas saber para negociar con el pequeñito de la casa.

¿Quién dice que una buena crianza consiste en cumplir todos los caprichos de los hijos?  Enseñar a tu hijo que no siempre puedes decir sí es fundamental para que entienda que todo en la vida tiene un balance, que existen límites, que las cosas que se desean deben ser factibles y que hay que conseguirlas con méritos.

Consentir a tu pequeño de vez en cuando es sano, pero lo debemos hacer eventualmente, porque con los excesos podríamos estar estimulando la conducta de un pequeño dictador. Esto es completamente contraproducente porque podría generar eventos con consecuencias negativas que afectarían al entorno en general.

Existe una delgada línea entre un niño consentido  y un niño malcriado, lo importante es entender y analizar qué está sucediendo para poder ofrecer disciplina clara para que tu hijo modere su nivel de exigencia y evitar comportamientos negativos.

¿Por qué no siempre puedes decir sí?

Jamás debes elegir el camino fácil para evitar un eventual conflicto solo diciendo sí. Ten mucho cuidado y evita ser excesivamente permisiva y recuerda solo decir sí cuando tu hijo realmente sea merecedor de un premio. Si siempre cedes en lo que el pequeño exige, estarás abonando el terreno para que en cualquier momento se generen situaciones tensas o verdaderamente caóticas.

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La manipulación y chantaje a los que puedas ser sometido por parte de tu hijo, son consecuencia de no haber demarcado oportunos limites. Los valores de respeto y consideración juegan un papel súper importante en el proceso de formación y educación del menor y evitaran en consecuencia desagradables desavenencias familiares.

Estrategias para disciplinar a tu hijo

En el momento menos esperado tú hijo podría intentar técnicas tales como: la manipulación, rabietas acompañadas con llantos etc. para conseguir lo que desea, he aquí algunas herramientas y consejos útiles que te ayudaran a manejar y evitar comportamientos negativos:

  • Demuéstrale que existe la responsabilidad. Para ello puedes asignar tareas simbólicas o pequeñas, como por ejemplo guardar los juguetes, cuidar algún objeto o mascota, y si lo hace dentro de los parámetros que hayan establecido en conjunto podrás otorgarle un premio.
  • La importancia de compartir. Puedes aprovechar una ocasión tal como: una visita al parque para que le enseñes el significado de compartir. Motívalo para que comparta sus juguetes o forme parte de un juego en equipo; este tipo de acciones lo inducirán a tener un comportamiento positivo.
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  • Debemos enseñarle autocontrol. Situaciones simples como esperar su turno, pueden convertirse en todo un caos, por lo cual para controlar sus niveles de ansiedad y mejorar su tolerancia puedes guiarlo y explicarle con amor y muchísima paciencia qué es lo que sucede y la razón por la que debe esperar.
  • En la disciplina yace algo muy importante llamado constancia. Las normas y tareas que establezcas nunca pueden ser cambiantes, flexibles o carentes de firmeza.
  • El respeto debe ser fundamental en una relación parental. Enséñale a tu hijo que existe una jerarquía y que la mamá eres tu.
  • La negociación es la estrategia más importante ya que podrías conversar con tu pequeño sobre las ventajas y desventajas de algo que desee. Pregúntale qué haría él si por ejemplo no tiene el dinero para comprar algo, esta es una manera de que comprenda y reflexione cuando le niegues algo que no es factible por cualquier razón.

Muchas veces las mamas tenemos miedo de fallarle a nuestros consentidos de la casa, pero también debemos aceptar que estos cambios serán beneficiosos para ellos en el futuro. Tal vez es duro decirlo pero es una realidad: “Un niño malcriado no nace, se hace”.

Todo niño debe aprender a lidiar con situaciones frustrantes, de tristeza o desilusión, no podemos pretender meterlos en una burbuja de complacencias para evitarlo. Al contrario, el que experimenten todas estas diferentes emociones lo hará un ser sensible e integral y, ¿quién mejor que mamá para ayudarlo a superar los obstáculos?

¡Cuán grande riqueza es, aun entre los pobres, el ser hijo de buen padre!

-Juan Luis Vives-


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.