Lactancia materna y caries

Por temor a las caries, algunas madres deciden interrumpir la lactancia materna. Te contamos por qué esta creencia es errónea y cómo la leche de mamá ayuda a cuidar la dentadura.
Lactancia materna y caries
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 16 diciembre, 2022

Dar el pecho al bebé aporta múltiples beneficios, tanto para la madre como para los niños. Sin embargo, a muchas mujeres se les aconseja, de manera equivocada, destetar a sus hijos de manera precoz. El argumento es que la lactancia materna provoca caries.

Sin embargo, esta afirmación es incorrecta. De hecho, la complejidad de la composición de la leche materna hace que este fluido biológico sea protector para la boca y prevenga la enfermedad. En este artículo, te contamos todo lo que debes saber al respecto para que puedas dar el pecho a tu hijo sin preocupaciones.

¿Cómo se desarrollan las caries en los niños?

La caries de la primera infancia es una enfermedad compleja que afecta la dentadura de los más chicos. En estos casos, los tejidos duros de los dientes de leche pierden sus minerales y se destruyen. Las bacterias metabolizan los azúcares de la dieta y producen ácidos que disminuyen el pH de la boca. Luego, la acidez del medio bucal es la responsable de la desmineralización de las piezas dentarias.

Son necesarias varias condiciones para que se produzca la enfermedad. A saber:

  • Presencia de dientes: las caries son una posibilidad desde que las piezas dentarias aparecen en la boca del bebé.
  • Bacterias cariogénicas: para que haya caries, la boca del niño debe haber sido colonizada por las bacterias capaces de producir la enfermedad, como el Streptococcus mutans. La mayoría de las veces, son los padres los que, de manera involuntaria, transmiten los gérmenes de su cavidad bucal a la de sus pequeños.
  • Dieta: los hidratos de carbono, en especial los azúcares simples, sirven de sustrato para las bacterias de la boca. Los zumos, los dulces, los refrescos, la bollería y los ultraprocesados son las comidas más cariogénicas.
  • Tiempo: la permanencia y el acúmulo de bacterias y restos de alimentos sobre las superficies dentarias durante largos períodos de tiempo favorecen el desarrollo de la enfermedad. Un cepillado dental poco frecuente o el consumo de alimentos pegajosos aumentan el riesgo.
  • Factores individuales: algunos niños poseen mayor predisposición a sufrir caries. Una menor producción salival producto de ciertas enfermedades o al uso de algunos medicamentos, defectos del esmalte y superficies dentales con una anatomía irregular, son algunos ejemplos.
La lactancia materna no provoca caries, sino que son algunas prácticas y costumbres las que pueden aumentar el riesgo. Visitar al dentista es clave.

Propiedades de la leche materna en la boca del bebé

La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida. Luego, ha de complementarse con otros alimentos hasta los 2 años o hasta que la madre y el bebé lo deseen.

La leche materna es un fluido con una gran complejidad biológica. Su composición y su acción fisiológica hacen que este alimento no sea considerado cariogénico. Por el contrario, podemos decir que previene el desarrollo de caries. Estos son algunos elementos de su composición que influyen sobre la salud bucodental:

  • Factores de defensa: algunos de los componentes de la leche, como las inmunoglobulinas y algunas enzimas, inhiben el crecimiento bacteriano. Además, la microbiota de la leche materna compite con las bacterias patógenas del cuerpo y logra lo que se conoce como exclusión competitiva.
  • Minerales: el calcio y el fósforo y proteínas como la caseína, hacen que la leche materna favorezca la remineralización de los dientes.
  • PH neutro: la arginina y la urea, presentes en la leche materna, favorecen el aumento del pH salival y, por lo tanto, previenen la pérdida de minerales de las superficies dentales.
  • Enzima lactasa: sintetiza la lactosa en el intestino delgado. Es decir, las bacterias de la boca no dispondrán de glucosa para metabolizar.
  • Secreción salival: se trata de un elemento natural de defensa contra las caries.

El mecanismo de succión, otro factor protector

Al tomar la leche del pecho, el pezón se ubica en la parte más posterior de la boca. Por su parte, la leche se deposita lejos de los dientes, lo que desencadena su deglución inmediata.

Esto no sucede en la alimentación con biberones, pues cuando el bebé succiona, la leche cae en la parte delantera de la boca y se acumula alrededor de las piezas dentarias. Por otro lado, si el pezón no es ordeñado de manera activa por el pequeño, la leche no sale de forma continua.

La mecánica de la lactancia materna es un factor que disminuye el riesgo de caries. Por el contrario, si el uso de biberones no se acompaña con una buena higiene bucal, puede favorecer la aparición de la enfermedad.

La relación de la lactancia materna con las caries en los niños

Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), no existe evidencia científica que demuestre la relación entre la lactancia materna y el desarrollo de caries. De hecho, varias revisiones científicas concluyen que este tipo de alimentación no es un factor de riesgo para la enfermedad.

La lactancia materna no causa caries. Son otros factores asociados a la alimentación del bebé los que sí pueden favorecer la aparición de la enfermedad en los niños:

  • Mala higiene dental: la ausencia de cepillado dental o realizarlo de manera inadecuada o con poca frecuencia, favorecen el acúmulo de bacterias y restos de alimentos.
  • Alimentación complementaria: cuando se incorporan alimentos semisólidos y sólidos a la dieta del bebé, comienza a haber gran disponibilidad de sustratos para las bacterias de la boca. Si esta alimentación contiene azúcares simples, como los que contienen los dulces, las golosinas, los ultraprocesados, los zumos y los refrescos, el riesgo es mucho mayor.
  • Tomas nocturnas frecuentes: durante la noche, la producción de saliva es menor. Con esto, disminuye el efecto protector y de limpieza que otorga este fluido. Si el bebé mama muchas veces durante la noche y no se higieniza la boca de manera adecuada, el riesgo de caries aumenta.
  • Trasmisión temprana de bacterias: prácticas como soplar o probar la comida del bebé, compartir utensilios, limpiar el chupete con la saliva o dar besos en la boca favorecen la trasmisión de las bacterias patógenas. Este riesgo es mayor si los padres poseen caries activas.
  • Insuficiente exposición a fluoruros: el flúor ayuda a fortalecer el esmalte dental y a prevenir las caries. Por eso, se deben utilizar pastas dentales que contienen este elemento durante el cepillado de dientes de los niños.
  • Falta de asesoramiento: muchos padres desconocen el riesgo de caries que tienen los dientes de sus hijos desde el momento en que aparecen en la boca. Acudir al dentista infantil desde el primer año de vida del bebé les permite informarse sobre cómo mantener sana la boca de su pequeño.

La lactancia materna sin caries es posible

Como te contamos, la lactancia materna, por sí sola, no genera caries. Por lo tanto, el riesgo de que tu pequeño desarrolle esta enfermedad no es un motivo para destetar a tu hijo.

Entonces, puedes dar la teta a tu bebé con tranquilidad, ya que tu leche no le provoca ningún daño a la boca del niño. Con la lactancia y una adecuada higiene oral, las visitas al odontopediatra de manera regular y una dieta complementaria saludable, cuidarás la salud oral de tu bebé.


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