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La parafimosis en bebés y niños

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La parafimosis puede generarse por la incorrecta manipulación del prepucio o a causa de infecciones por la falta de una buena higiene. En cualquiera de estos casos, presentamos los tratamientos a los que se puede recurrir.
La parafimosis en bebés y niños
Escrito por Equipo Editorial
Última actualización: 08 julio, 2019

La parafimosis, mejor conocida como prepucio retraído, es una condición poco común que puede afectar a los bebés y niños varones en cualquier período de sus vidas. Esto les ocasiona mucho dolor en la zona, debido a la inflamación producida por el exceso de retracción que suelen realizar los padres o médicos para limpiar el glande o al momento de un examen.

Este cuadro puede generar serias complicaciones de no ser tratado a tiempo. Por tal razón, es importante que los padres se mantengan pendientes de sus hijos y observen cualquier irregularidad, sobre todo en sus primeros años de vida. Un diagnóstico a tiempo y una higiene adecuada pueden prevenir la cirugía para esta condición.

¿Por qué ocurre la parafimosis?

Su principal causa es la manipulación inadecuada del prepucio, el repliegue móvil que cubre el glande. Este generalmente se coloca hacia atrás para limpiar el pene del niño o bebé, pero si se deja en esta posición demasiado tiempo, corre el riesgo de inflamarse.

Esa inflamación provoca que el prepucio no pueda ser llevado de nuevo hacia adelante. De este modo, causa lo que se conoce como parafimosis.

Otras razones pueden estar relacionadas con la fimosis y con infecciones por falta de higiene, lesiones en el área, picaduras de una araña o insecto, una circuncisión mal ejecutada y, en algunos casos más complicados, puede llegar a presentarse por diabetes infantil. Esta afección causa inflamación crónica, tanto en el pene como en el prepucio.

Signos y síntomas de la parafimosis

Cuando se trata de un niño o bebé, muchas veces es difícil que los padres se den cuenta del verdadero problema que causa la parafimosis. Por ese motivo, es recomendable que se mantengan alerta ante cualquier incomodidad o llanto para prevenir complicaciones a tiempo. A continuación, algunos de sus síntomas:

  • Mucho dolor e incomodidad.
  • Dificultad para llevar el prepucio hacia arriba.
  • Inflamación del glande.
  • Apariencia de “dona” en la parte superior del glande.
  • Llanto frecuente.
  • Irritación al orinar.
  • Color azulado o rojo en la punta del pene.
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Diferencias entre parafimosis y fimosis

Frecuentemente se confunde la parafimosis y la fimosis, debido a que están relacionadas entre sí. No obstante, cada patología tiene sus características propias:

  • Fimosis: Es normal en bebés recién nacidos; el prepucio se encuentra muy estrecho y no permite descubrir el glande, por lo que forma un anillo que se adhiere y no permite su retracción. Esto suele solucionarse de manera natural a los 3 años de edad; de no ser así, los médicos recomiendan su retracción manual para evitar complicaciones.
  • Parafimosis: Se trata del empeoramiento de la fimosis; en este caso, el glande queda descubierto y el prepucio, al quedar abajo, se contrae y hace que se produzcan inflamación y otras consecuencias serias en el flujo sanguíneo del infante.

“La principal causa de la parafimosis es la manipulación inadecuada del prepucio, el repliegue móvil que cubre el glande”

¿Cómo prevenir la parafimosis en bebés o niños?

En los primeros meses de vida, los bebés son muy delicados, por lo que una atención adecuada mantendrá al infante fuera de peligro. Se debe comenzar por vigilar al momento del baño y verificar que la zona del pene quede limpia y sin residuos para evitar infecciones. 

Además, es importante que no se retraiga el prepucio, debido a que este lo hará solo mientras el niño crece. En caso de que el infante tenga más de 3 años, es aconsejable que los padres le enseñen cómo bajar su prepucio hasta cubrir el glande y limpiarlo, con el objetivo de crear conciencia de lo que debe hacer cada vez que vaya al baño o se duche. 

Riesgos de no actuar a tiempo

De no ser tratado a tiempo, el niño puede sufrir consecuencias de gran riesgo, como la interrupción del flujo sanguíneo en la punta de su pene; este inconveniente puede producir gangrena

Asimismo, puede haber problemas para orinar, complicación de alguna otra infección que pueda presentar y empeoramiento de la inflamación, lo que hasta puede ocasionar la pérdida del miembro.

Igualmente, pueden presentarse casos más graves, como urgencias hospitalarias con obstrucción severa, sangrado, irritación y mucho dolor. En estas circunstancias, el médico tendrá que hacer una incisión en el prepucio para disminuir la inflamación y el estrangulamiento del glande.

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Tratamiento y recomendaciones

El principal tratamiento consiste en presionar cuidadosamente la cabeza del pene del niño mientras se estira el prepucio hacia adelante; si se logra llevar a su posición, ayudará a bajar la inflamación y a sanar con los días. Si el prepucio no cede, es mejor acudir a un especialista en el área para una evaluación.

También es importante que los padres enseñen al niño desde sus primeros 3 años de edad a limpiar bien esa zona y a manipular su miembro de la manera correcta. Así, será capaz de impedir la exposición indebida del glande, lo cual produce retracción y parafimosis.

En último lugar, en caso de querer una cura definitiva para la parafimosis, es necesario someterse a una circuncisión por parte de un especialista. Esta cirugía consiste, básicamente, en la extirpación del prepucio.

Como consejo final, se recomienda que los padres lleven a su bebé al médico apenas observen el primer síntoma de alarma. Con este recaudo, evitarán el riesgo de someterlo a una intervención quirúrgica.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.