Conoce todo sobre la mastitis: causas, síntomas y tratamiento

La mastitis es una infección que suele encender las alarmas de las mujeres lactantes, sobre todo de las madres primerizas. Sin embargo, es perfectamente tratable y no es necesario suspender el amamantamiento del bebé mientras tanto.
Conoce todo sobre la mastitis: causas, síntomas y tratamiento
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 19 julio, 2018

Puede ocurrir que, cuando la mujer está dando de mamar, de repente, siente un bulto en uno de los conductos de la leche. Posteriormente, comienza a surgir cierto malestar, parecido al de la gripe. Si esto ocurre, podríamos estar en presencia de un caso de mastitis.

A decir verdad, este es un pequeño padecimiento que ocurre en muchas mujeres. Se cree que 1 de cada 20 mujeres puede sufrir de esta afección durante la lactancia materna. ¿De qué se trata la mastitis?

¿Qué es la mastitis?

Es una infección mamaria que afecta comúnmente a las mujeres en período de lactancia. Esta infección ocurre porque uno de los conductos de leche se obstruye, lo que impide el flujo normal del líquido.  

Esto, a su vez, desencadena una serie de malestares que son los que finalmente evidencian que se trata de un proceso infeccioso. 

“Los microorganismos se acumulan en el canal y lo infectan, lo que afecta directamente el tejido del conducto mamario y provoca la inflamación que se aprecia a simple vista”

Causas más comunes

Después de la obstrucción del conducto —estasis láctea—, otra de las causas de la mastitis son las fisuras en el pezón. Estas pequeñas heridas, muchas veces inevitables al amamantar al bebé, son el lugar ideal para que las bacterias invadan el tejido mamario.

Lo que ocurre es que estas bacterias se alojan en los pezones mediante las pequeñas grietas de la piel y hacen que la infección se agrave. Para evitar esto, las madres deben aprender a evitar lesiones y vaciar sus pechos correctamente.

No obstante, esta información nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Las mujeres que no amamantan pueden sufrir esta incomoda infección? La respuesta es sí.

En caso de mastitis, lo mejor es ir al médico

¿Qué ocurre cuando las madres no amamantan?

Las madres que no amamantan a sus bebés tienen mayores complicaciones con sus senos, porque el alojamiento de líquido suele ser excesivo. Cuando la acumulación de leche es una cuestión duradera, puede generar la infección.

Por eso, es muy importante que las mujeres en período de lactancia vacíen sus pechos de forma correcta y continua y que eviten la acumulación innecesaria. Esto aplica a ambos grupos, tanto para las que sí amamantan directamente a sus hijos como las que no.

Como ya se ha mencionado, incluso las madres que sí amamantan regularmente deben tener un control sobre el flujo de leche. Además, las mujeres que experimenten bajos niveles en sus defensas son mucho más propensas a sufrir de la afección.

Síntomas comunes de la mastitis

Estas son las manifestaciones más frecuentes al padecer de mastitis:

  • Inflamación: se trata de una hinchazón molesta y notoria en alguno de los dos senos.
  • Malestar general: existe sensación de fatiga, ánimo decaído y/o fiebre. La intensidad de estos síntomas dependerá del estado del organismo y el avance de la infección. 
  • Escalofríos, temblores y mayor fatiga: estos son síntomas de los casos más graves de mastitis.

Como podemos observar, esta es la sintomatología común de cualquier proceso infeccioso leve que se da en el cuerpo humano. Frente a un sistema inmunológico fuerte, la infección tan solo durará algunos días, pero si no es tratada, podría extenderse por semanas.

Mujer amamantando a su bebé.

Tratamiento 

El tratamiento para la mastitis es muy sencillo cuando el caso se presenta de leve a moderado. Las medidas que se suelen tomar son las siguientes:

  • Colocar compresas con agua caliente: esto puede aligerar considerablemente el dolor de senos afectados por la inflamación. Esto se puede realizar durante las primeras horas y días del proceso infeccioso.
  • Si con el paso de los primeros días el malestar se acrecienta, lo idóneo es acudir al médico para que recete los antibióticos y analgésicos adecuados. La automedicación no es una opción cuando se amamanta.

¿Debemos amamantar cuando tenemos mastitis?

La respuesta es sí. De hecho, algo que puede ayudarnos a eliminar la mastitis es el vaciado de los senos. Al asegurarnos que el fluido del alimento para el bebé tiene salida, se garantiza que el mismo no obstruya los conductos y no ocasiones complicaciones.

Si la mordida y succión del bebé generan mucho dolor, podemos usar dispositivos que nos ayuden a extraer la leche del seno. Se trata de aparatos diseñados para succionar el líquido al colocarlos directamente sobre el seno y pasarlo a una mamila o recipiente.

Una vez vaciado el pecho completamente, podemos proceder a utilizar el biberón para alimentar al pequeño sin mayores inconvenientes.

La mastitis afecta a la madre, no al bebé. Por lo tanto, no debemos inquietarnos ante la posibilidad de que el bebé se ‘contagie’ de mastitis ni de que padezca algún otro problema.

Otros datos interesantes

Más allá de todo lo mencionado, también será útil tener presentes los siguientes datos sobre la mastitis:

  • Es mucho más común en mujeres menores de 30 años o con embarazo precoz.
  • También se da en mujeres que dan a luz con más de 50 –e incluso 60– años de edad. Estos son considerados como casos extraordinarios.
  • Este proceso infeccioso también ocurre con mayor facilidad durante las primeras 12 semanas de la lactancia. A esta tipología se le conoce como mastitis posparto.

Hay que tener cuidado cuando la infección evoluciona y se forman abscesos de mediano a gran tamaño. Si esto es así, debemos acudir al médico, quien nos indicará qué exámenes se deben realizar para descartar un cáncer de mama o tumoración.

La mastitis, afortunadamente, tiene cura. Con un buen control y el seguimiento respectivo, todo volverá a la normalidad.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.