Escuchar a los niños es un elemento indispensable para su educación. Los padres que dedican el tiempo necesario para atenderles son considerados por los pequeños como confidentes y un pilar en el cual pueden encontrar apoyo.
Sin embargo, con el trabajo, las responsabilidades de la vida diaria y la falta de tiempo puede suceder que, en algunas ocasiones, no les dediques todo el tiempo que necesitan y que no les muestres la importancia que se merecen.
Para prestar atención a los niños solo necesitas poner un poco de tu parte. En ese sentido, debes asegurarte de que siempre puedan contar con tu presencia cuando quieran confiar en ti sus alegrías y tristezas. Por lo tanto, es importante que siempre los escuches, que respetes sus sentimientos y que sientas curiosidad por todo lo que les concierne.
“Así como hay un arte de bien hablar, existe un arte de bien escuchar”
—Epiteto de Frigia—
¿Por qué es importante escuchar a los niños?
Encuentra el niño que hay en ti
A través de los niños, puedes encontrar tu propia infancia. De manera voluntaria o no, las personas tienden a olvidar la mayoría de los recuerdos infantiles. Pero cuando escuchas con sinceridad a tu hijo, vuelves a conectar con el pasado y, por supuesto, con el niño que eras.
La infancia es una etapa maravillosa caracterizada por los descubrimientos. Durante esta fase, el pequeño tiene la capacidad de maravillarse por todo lo que le rodea y una gran curiosidad por el mundo exterior. A través de tu hijo, podrás redescubrir una nueva percepción del mundo que aportará algo de frescura y vitalidad a tu rutina.
Escúchalo para ayudarle
Tu hijo tiene sus propios problemas. Es difícil para él no estar disgustado al ver que sus palabras o incluso sus triunfos no son reconocidos. Tu hijo necesita atención y consuelo, así que debes estar disponible y atenta cuando hable.
Ser escuchado por ti le ayudará a desarrollar una imagen positiva de sí mismo y a mejorar la autoestima.
Cuando escuches atentamente a tu hijo, él tendrá una sensación de calma y liberará todo lo que contiene. Además, tendrá la facilidad de compartir las ansiedades y las dificultades que requieren soluciones. Esto le permitirá regresar fácilmente para hablar sobre otros problemas, lo que hará que la relación fluya entre vosotros.
Estrecha los lazos con tu hijo
Escuchar a los niños te permite acercarte a ellos y establecer relaciones de confianza y complicidad. Además, los pequeños se sentirán valorados y respetados y tenderán a reproducir la misma actitud con el resto de la familia e incluso con otros adultos y niños.
Prestarles atención ayuda a hacer que la conexión sea más fuerte y íntima. Tus hijos comenzarán a entender que pueden contar contigo para que los ayudes a resolver sus problemas y comprendas mejor sus emociones y opiniones.
“Si estableces esta relación desde que son bebés, existe una posibilidad alta de que dure hasta la edad adulta, incluida la adolescencia”
¿Cómo escuchar a los niños?
- La buena escucha comienza con la actitud. Cuando escuches a tu hijo es recomendable que detengas todas las actividades y te mantengas ajena a las distracciones.
- Tómate el tiempo para escuchar los deseos, las percepciones, los problemas, las alegrías y las expectativas de tu hijo. Asegúrate de escuchar al niño todos los días. Puedes establecer un tiempo de comunicación en el cual solo estés pendiente de él.
- Préstale toda tu atención. Tu hijo necesita sentir que él es el centro de tu atención y que estás interesada en lo que dice.
- Evita interrumpirle. Permite que tu hijo pueda hablar sin interrupción y deja que termine su discurso.
Escuchar a los niños contribuye de forma significativa en su educación, ya que les permite abrirse más fácilmente a los demás. Como madre, debes estar siempre presente cuando tu hijo desee expresar sus necesidades, preocupaciones y alegrías.
En definitiva, un niño siempre necesita que alguien esté con él para expresar lo que tiene dentro. Saber cómo escuchar a los niños requiere un esfuerzo por parte de los padres, hecho que garantiza un impacto positivo en su educación y evolución.
No todos los padres tienen la habilidad de escuchar, pero con un esfuerzo consciente pueden llegar a desarrollar y mejorar su capacidad de escucha.