¿Cuál es la composición de la leche materna?

La composición leche materna es única, completa, suficiente y se adapta a las necesidades nutricionales del bebé.
¿Cuál es la composición de la leche materna?
Marcela Alejandra Caffulli

Revisado y aprobado por la pediatra Marcela Alejandra Caffulli.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 22 abril, 2023

La composición de la leche materna es algo muy cambiante, pues esta se adapta a las necesidades del bebé. No solo a lo largo de sus primeros meses de vida, sino también en los diferentes momentos del día y de cada toma.

Los expertos suelen recomendar ofrecer la lactancia materna (siempre que sea posible), ya que la leche de las madres contiene nutrientes necesarios para el desarrollo de los pequeños junto a otros compuestos que benefician su salud.

Si deseas conocer cuáles son los diferentes elementos que contiene la leche materna y cómo cambian a lo largo del período, te animamos a seguir adelante con la lectura.

La leche materna, el mejor alimento para los primeros meses de vida

La lactancia materna es la forma más aconsejada de alimentar al bebé, siempre que esta sea posible. Tal y como indican desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), aporta todos los nutrientes necesarios durante los seis primeros meses de vida. Más adelante, sigue contribuyendo en su nutrición, que se completa con la introducción de otros alimentos.

La leche materna no solo cubre sus necesidades nutritivas, sino que, además, contiene anticuerpos que protegen a los bebés de las enfermedades habituales de la edad infantil.

Según la información aportada por el National Institutes of Health, la leche materna se puede definir como una combinación de agua, nutrientes, células, enzimas y factores de crecimiento, entre otros. Por lo tanto, y a diferencia de otros alimentos, esta se puede considerar un compuesto con actividad biológica. Esto es así tanto por su configuración como por la evolución que experimenta al adaptarse a las necesidades del bebé (como veremos más adelante).

¿Cuál es la composición la leche materna?

Tal como sugieren los autores de un artículo publicado en Nutrients, la composición de la leche materna es compleja y está formada de manera principal por agua y macronutrientes. Estos últimos son la lactosa y la grasa (que aportan un 40 % y 50 % del total energético), y las proteínas.

No obstante, hay que tener en cuenta que algunos factores influyen en la cantidad de estos. Los más destacados están vinculados con la fase concreta de la lactancia, pero también se relacionan con la dieta y la salud materna o la exposición a los factores ambientales.

A continuación, y de acuerdo con los datos aportados por una publicación de la National Library of Medecine de Estados Unidos, comentamos con más detalle las características principales de cada uno de ellos, así como de los compuestos bioactivos.

Agua

Es el componente más abundante de la leche materna. Contribuye al mecanismo de regulación de la temperatura corporal del recién nacido. Las necesidades hídricas de los lactantes pueden ser satisfechas por esta cantidad que ofrece la leche materna.

Proteínas

Existen dos tipos diferentes de proteínas en la leche materna, que son la caseína y el suero. Esta última es más fácil de digerir, ya que no forma coágulos en el estómago. Su proporción suele ser de 20-30 / 80-70, con predominio del suero. No obstante, hacia el período final de la lactancia, ambas se van equiparando.

La proteína aporta aminoácidos indispensables para el desarrollo y el crecimiento de los bebés y la glutamina es el más abundante. También es fuente de péptidos y otros compuestos destinados a otras funciones vitales.

Hidratos de carbono

Los principales carbohidratos de la leche son la lactosa y los oligosacáridos. La presencia de la lactosa es bastante constante durante toda la lactancia y asegura el aporte energético necesario. Asimismo, contribuye a la absorción de minerales como el calcio.

Por su lado, los oligosacáridos ejercen una función parecida a la de la fibra, actúan como prebióticos y protegen frente a la acción de algunos patógenos. Así se desprende de un análisis divulgado también en la revista Nutrients el año 2020.

Grasas

La grasa es el componente más variable de la leche, aumenta durante el día y también durante la toma, con valores bajos al principio y altos al final.

Según datos aportados en Clinical and Experimental Pediatrics, se trata del componente más importante en el momento de suplir energía al bebé (cerca del 50 % de sus necesidades). Además, también es crucial para el correcto desarrollo del sistema nervioso central, el crecimiento, la función visual o la respuesta inflamatoria.

Los triglicéridos son las fracciones lipídicas más abundantes. También se encuentran ácidos grasos saturados y ácidos grasos esenciales. Estos, una vez absorbidos, se acaban convirtiendo en los más conocidos EPA y DHA.



Sales minerales

En la alimentación de los bebés, los minerales desempeñan distintas funciones como la formación de moléculas y estructuras o la actividad enzimática.

En general, el suministro de gran parte de ellos está asegurado. Tal y como apuntan desde la revista Anales de Pediatría, la principal razón es que el organismo materno intenta mantener unos valores estables de estos en la leche, aun a expensas de las reservas de la madre.

En referencia a algunos minerales en concreto, y según datos extraídos de Advances in Nutrition, es válido detallar lo siguiente:

  • Los niños necesitan de forma imprescindible suficiente hierro debido a su rápido desarrollo y crecimiento. Este se obtiene, en gran parte, de las reservas hepáticas del feto acumuladas durante la gestación. La leche materna, en este caso, no contiene cantidades destacadas y van disminuyendo a medida que avanza el proceso.
  • El zinc es otro de los minerales que no destacan en la composición de la leche materna y cuyo déficit puede causar deficiencia en las defensas y un retraso en el crecimiento y en el desarrollo físico, así como comprometer el sistema inmunitario.
  • Los niveles de calcio y fósforo son menores en la leche humana, pero se absorben mejor.

Vitaminas en la leche materna

Composición de la leche materna
La composición de la leche materna cambia con el paso de los meses para adaptarse a las necesidades del bebé.

La leche materna contiene una cantidad adecuada de la mayoría de vitaminas que el bebé necesita en los primeros meses de vida.  Pero, tal y como apuntan los autores de este artículo aparecido en Pediatrics Clinics of North America, la vitamina D y la K son claras excepciones.

Por un lado, los niveles de vitamina K son muy bajos. Debido a esto, y al hecho de que tampoco atraviesa bien la placenta, los recién nacidos reciben una inyección profiláctica de esta para reducir el riesgo de sufrir enfermedad hemorrágica.

En referencia a la D, también se encuentra en cantidades pequeñas y es más destacable en las madres que no reciben una adecuada exposición solar.

Compuestos bioactivos

Como ya hemos comentado, gran parte de la singularidad de la leche materna es debida a la presencia de compuestos biológicos no nutritivos y que tienen un impacto en la salud del bebé.

Así lo describen los expertos de la Australian Breastfeeding Association y, añaden que estos tienen una acción única y trabajan en sinergia. Esto quiere decir que su efecto parece no ser el mismo si se usan en forma de suplemento.

Sin acabar de presentar una lista exhaustiva, se pueden citar los siguientes:

  • Glóbulos blancos.
  • Inmunoglobulinas.
  • Sustancias antimicrobianas.
  • Factores de crecimiento.
  • Hormonas.

Fases de la lactancia y cambios en la composición de la leche materna

La presencia de nutrientes en la leche no es algo constante. Como apuntan desde el WIC Breastfeeding Support, se puede hablar de tres períodos diferentes e igual de importantes.

1. Calostro

Se conoce con este nombre a la primera leche que aparece justo después del parto. Tiene una consistencia más untuosa y un color amarillo, debido a una destacada presencia de compuestos lipídicos.

Este, además, contiene una proporción más alta de proteínas, vitaminas (A y E) y minerales que la leche más tardía. También aporta factores beneficiosos para el sistema inmunológico y contribuye a un correcto funcionamiento del sistema digestivo.

Aparece solo durante los 3 o 4 primeros días tras el nacimiento y en cantidades muy pequeñas, pero se trata de una leche muy importante en este primer momento de su vida.



2. Leche de transición

Tras estos primeros días en los que el bebé se alimenta con el calostro, existe una corta etapa de cambio hacia la leche madura, y es la que se conoce como transición. 

Suele durar hasta las dos semanas y se caracteriza por un aumento en la cantidad y un cambio en el color (que pasa a ser de un tono blanquecino). Asimismo, es más rica en calorías, grasas y carbohidratos; necesarios para el aumento de peso del bebé.

3. Leche madura

A partir de la segunda semana de lactancia, suele aparecer la leche madura. Esta tiene una composición que irá cambiando con el paso del tiempo, a lo largo del día y en los diferentes momentos de cada toma.

Cuando el bebé empieza a succionar, aparece un líquido más claro que se va volviendo cremoso a medida que avanzan los minutos. Al final, contiene una cantidad más alta de grasas que contribuye a aportar sensación de saciedad al bebé.

La composición de la leche materna es única y se adapta a las necesidades del bebé

Por este motivo se recomienda alimentar a los bebés con lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida (siempre que esto sea posible y así lo decidan los padres).

En la leche materna destacan la lactosa y las grasas, además de proteínas, minerales y vitaminas. De forma exclusiva, también aporta compuestos que contribuyen a la salud del bebé y a prevenir algunas enfermedades en estos primeros meses de vida.


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