La ansiedad social en la adolescencia

La ansiedad social paraliza al adolescente y le hace evitar la interacción humana o vivirla con gran angustia.
La ansiedad social en la adolescencia
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 03 febrero, 2022

La ansiedad social en la adolescencia puede suponer una gran interferencia en el desarrollo personal del joven que lo padece. Lejos de tratarse de simple timidez, la ansiedad social constituye un trastorno incapacitante que requiere de ayuda profesional.

La adolescencia es la etapa por excelencia de la sociabilidad y los amigos. El grupo de iguales se convierte para el adolescente en un referente y un soporte para comenzar a construir su independencia. Imagina cómo se sentirá un joven para el que mantener interacciones sociales supone un auténtico infierno.

¿Qué es la ansiedad social?

El trastorno de ansiedad social, también llamado fobia social, consiste en un miedo intenso e irracional ante las situaciones sociales. El joven que lo sufre teme exponerse al examen de otras personas por miedo a ser juzgado, rechazado o actuar de forma humillante.

Las situaciones sociales provocan una gran ansiedad y tienden a evitarse lo máximo posible. De no ser así, se soportan a costa de un elevado malestar. El individuo suele ser consciente de que su miedo es desproporcionado pero, aún así, no puede evitar que lo paralice, causando un gran impacto en muchas áreas de su vida.

La ansiedad social en la adolescencia.

Asimismo, el  trastorno suele ir acompañado de síntomas fisiológicos tales como palpitaciones, dificultad para respirar, malestar estomacal o rubor facial.

La ansiedad social típicamente hace su aparición al inicio de la adolescencia, hacia los 13 años de edad. Si bien es posible que anteriormente estos niños mostrasen algún signo de incomodidad social, el cambio y la interferencia que provoca el trastorno en su vida cuando aparece es significativo.

¿Por qué se da la ansiedad social en la adolescencia?

Existen varios  factores implicados en la aparición de esta condición. Si bien tiene un componente hereditario, este no es tan determinante como los componentes que expondremos a continuación.

  1. Baja autoestima. Un autoconcepto pobre se encuentra en la base de muchos de los casos de fobia social. El adolescente que tiene una imagen negativa de sí mismo, que se otorga poco valor, está más expuesto a la necesidad de aprobación externa y es, por tanto, más susceptible al miedo al rechazo.
  2. Falta de habilidades sociales. En muchas ocasiones, carecer de los recursos necesarios para relacionarte con los demás adecuadamente puede llevar a que tus interacciones sociales resulten inadecuadas y desagradables. De este modo, es probable que surja la vergüenza y el temor a tener que volver a socializar.
  3. Ansiedad excesiva. También se da el caso de los jóvenes que sí cuentan con unas habilidades sociales adecuadas. Sin embargo, el nivel de ansiedad que experimentan al relacionarse con otras personas es tan alto que paraliza su capacidad para usar sus recursos.
  4. Elevada autoconciencia. Uno de los problemas fundamentales en este trastorno es que las personas están excesivamente pendientes de sus propios gestos, movimientos y acciones. Ponen toda su atención en sí mismos para tratar de evitar hacer el ridículo y, por tanto, no prestan atención a su interlocutor. De esta forma, la interacción no es fluida y su ansiedad se va acrecentando.
    La ansiedad social en la adolescencia.
  5. Evitación y conductas de seguridad. Este es el factor clave que perpetua el trastorno. El joven con fobia social puede tener tendencia a evitar las interacciones sociales o a utilizar ciertas conductas de escape, como desviar la mirada o pasar desapercibido. En el corto plazo, estas acciones disminuyen o eliminan su ansiedad, pero a largo plazo potencian en su mente la idea de que interactuar es algo peligroso.

Claves para superar la fobia social

  • Frena la ansiedad anticipatoria. No te permitas entrar en un bucle de pensamiento sobre todo lo que puede salir mal cuando llegue la interacción social.
  • Deja de ser tu peor crítico. Tras enfrentarte a una situación social, no te machaques durante horas dando vueltas a lo que no hiciste bien; felicítate porque lo lograste.
  • Cuando hables con alguien, pon tu atención en el contenido de la conversación y no en tus propios actos.
  • No evites las situaciones sociales ni utilices conductas de escape, así fortaleces el miedo. Atrévete a exponerte poco a poco.
  • Utiliza técnicas de respiración para reducir la ansiedad y que esta no paralice tus habilidades.
  • Busca ayuda profesional. La fobia social es un trastorno tipificado y, en todos los casos, será realmente beneficioso realizar terapia psicológica.

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