Jugar al aire libre es clave para tu hijo

Si bien muchas actividades hoy en día pueden realizarse en el hogar, es imprescindible no olvidar la importancia de estar al aire libre. Te lo contamos a continuación.
Jugar al aire libre es clave para tu hijo
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 04 julio, 2021

Cuando un bebé está gateando o caminando sobre la hierba puede percibir diferentes texturas y olores. Esta experiencia también le permite sentir los sonidos e incluso la temperatura del ambiente que le rodea; y tener todo este tipo de vivencias es clave para tu hijo, porque incrementa y estimula sus capacidades y le da un mayor conocimiento del mundo.

Simplemente estar al aire libre tiene muchos beneficios para tu hijo. Y una de esas cosas buenas que le brinda la naturaleza a todos los seres humanos, especialmente a los niños es sentirse tranquilo y conectado con todo lo bello que le rodea. Estar al aire libre es tan importante para el niño que psicólogos y pediatras recomiendan hacerlo desde que el bebé es un recién nacido.

Los niños que pueden jugar al aire libre son unos campeones. Estar en ambientes donde puedan recrearse, donde se les permite correr, saltar y moverse a sus anchas es bueno para su salud física y emocional. Además, practicar actividades como jugar en un parque al aire libre, ir a la piscina o a la playa, lo ayuda a ejercitarse y a socializar. Todo esto, sumado a la posibilidad de desarrollar sus propios juegos, lo cual les ayuda a fomentar su autonomía.

El juego siempre es clave

Estar en lugares abiertos estimula la curiosidad y la creatividad de los niños, quienes al sentir la libertad de estar fuera de casa y de las normas de los espacios cerrados pueden expresarse más abiertamente y a afinar sentidos como el olfato y el tacto, sentidos que quedan relegados cuando el niño pasa mucho tiempo frente a la televisión o la computadora.

El desarrollo de tu hijo es estimulado cuando juega entre flores o en la arena. Oler la hierba recién cortada y escuchar el canto de las aves son maneras de ayudar al niño a sentirse equilibrado y de mostrarle formas maravillosas de estar en el mundo.

Estar en un parque le ofrece muchas posibilidades de socializar con otros niños de su edad, lo cual es especialmente beneficioso para los hijos únicos, debido a que tratar con otros niños los hace más autónomos y sociables.

Los niños que juegan al aire libre tienen muchas más posibilidades de hacer ejercicio o alguna actividad física que los que se quedan en casa encerrados, así que otra de las ventajas de que de realizar actividades en espacios abiertos es que ayudas a tu hijo a evitar el sobrepeso, un problema de salud que cada día afecta a más niños en el mundo.

Evitar el sedentarismo al practicar actividades físicas también es clave para el desarrollo emocional de los niños, quienes al correr sobre un cielo despejado –por ejemplo- los ayuda a liberar endorfinas, lo cual mejora su estado de ánimo en general y también los ayuda a dormir mejor gracias al cansancio que su cuerpo ha acumulado gracias a la actividad física.

Es necesario salir de casa

Aunque está demostrado científicamente que jugar al aire libre es clave para el desarrollo emocional y físico de los niños, los infantes que viven en ciudades grandes –y que llevan adelante rutinas complicadas-  cada vez tienen menos oportunidades de jugar en espacios al aire libre, los cuales ciertamente escasean cada vez más en algunas capitales del mundo.

Sin embargo, si como padres hacen un esfuerzo, bien pueden combinar las actividades que hacen en sus casas con las de al aire libre, lo cual los ayuda a desarrollar sus capacidades de manera adecuada y también a mantener su cuerpo y su mente en sano equilibrio  y esto se puede lograr lo al esparcirse de manera adecuada.

Lo ideal es que tanto los bebés como niños pasen como mínimo una hora al día en espacios abiertos, no obstante según las estadísticas mundiales, la mayoría de los niños pasa el 90% de su vida en espacios cerrados y también tienen cada vez menos tiempo para jugar al aire libre, lo cual no ocurría tanto en su generación anterior. Es más, durante los últimos 30 años, diversos estudios han demostrado que cada vez los niños tienen menos tiempo para jugar libremente.

 


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