Tú y tu bebé necesitan aire fresco

Tu bebé necesita tomar aire fresco, comenzar a descubrir el mundo y estimularse con nuevos rostros y lugares. Y tú, mamá, también necesitas despejarte.
Tú y tu bebé necesitan aire fresco
Elena Sanz Martín

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 31 mayo, 2020

Tomar aire fresco siempre es una buena idea, un privilegio del que puedes disfrutar a cualquier hora del día. Es una actividad que te regala placeres como gozar del aire rozando las mejillas, moviendo tu cabello y acariciando tu ropa. Esas sensaciones harán que en cuestión de segundos tú y tu hijo puedan cambiar de ambiente, relajarse y explorar la belleza de lo que los rodea.

Basta con sentir el aire fresco de la mañana mientras amamantas a tu bebé frente a la ventana. Mientras lo miras y a ratos observas el paisaje frente a ti, puedes planificar una estupenda jornada.

En ese momento, en el que nutres a tu hijo con el mejor alimento del mundo (la leche materna), puedes agradecer por un día más en la tierra. Puedes pedir bendiciones para tu familia o planificar tu día de modo que te de tiempo a cumplir todas tus tareas. Sentir la luz y el aire fresco a través de la ventana es, sin duda, una buena manera de comenzar el día.

El aire fresco de la tarde también tiene su encanto, y salir de la casa un rato trae sus beneficios. Dar una caminata por el parque, por el vecindario o simplemente sacar al bebé en el coche es placentero. A veces no es necesario siquiera salir de casa, pues con ir al jardín a mirar las flores, los pájaros y la naturaleza es suficiente para despejar la mente de ambos.

asumir sus errores 1

Despeja tu mente y toma aire fresco

Claramente salir de casa ayuda a cambiar de ambiente y darle un giro distinto a la rutina. Dar una caminata con tu bebé será siempre una aventura placentera para ambos. Pero además constituirá un ejercicio que los ayudará a relajarse y los invitara a mirar en otras gentes. Así, podrán descubrir rostros distintos, gestos diferentes y sonrisas ajenas que despejarán tu mente y estimularán la de tu bebé.

Sin embargo, despejar la mente es apenas uno de los beneficios que te proporciona salir un rato del encierro de la casa para tomar algo de aire fresco. Pues recrear la vista es otra de las bondades que trae cambiar de ambiente.

El ejercicio de recrear la vista no solo se circunscribe a pasearse frente a las mejores obras de arte que tenga una  galería. Tampoco es necesario mirar una pasarela con modelos. Los ojos encuentran gracia en cualquier objeto bello, como las estrellas del firmamento, el vuelo de una mariposa, un frondoso y robusto árbol o un despejado cielo. Y para apreciarlo basta con elevar la mirada.

Es muy probable que este simple ejercicio estimule y relaje de manera sorprendente a tu bebé. Pues podrá observar cuanto pajarito e insecto surque el aire que los rodea. Esto hará que regrese de buen humor a casa o quizás se quede dormido y te dé oportunidad de ocuparte en cualquier asunto que lo requiera.

Niño al aire fresco

Cambiar de aires es más que positivo

“Cambiar de aires” es una expresión muy popular. Esta implica retirarse de algún asunto o ambiente que se torna complicado. Significa cambiar de entorno para cambiar de perspectiva, para encontrar alguna solución al problema o la situación que parecía enredada.

Con frecuencia empleamos el dicho “cambiar de aires” para hacer referencia a viajes, mudanzas o cambios de domicilio. Y ciertamente un viaje es una de las mejores alternativas cuando alguien necesita despejarse y mirar la vida desde un nuevo prisma. Sin embargo, no es necesario irse lejos para cambiar de aires.

Disfrutar de la noche sin alejarse mucho de casa también puede constituirse en un ejercicio que te ayude a liberar estrés. La noche es tan o más encantadora que la mañana. La noche siempre misteriosa también tiene sus ruidos y sus animales nocturnos, como las ranitas de jardín que ofrecen luego de cada puesta de sol un concierto que resulta adorable y estimulante para muchos.

“Cambiar de aires” y disfrutar del aire que inyecta vida nueva en tu cuerpo y el de tu hijo con cada inhalación es cuestión de actitud. Se trata de aprender a vivir con calma, a disfrutar de las cosas simples de la vida. Pues, en definitiva, en eso es en lo que se basa la felicidad plena.


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