Generalmente, el hogar es el espacio donde la familia pasa la mayor parte del tiempo. Los momentos vividos en él deben ser buenos y aprovechables para una convivencia de calidad. El niño debe aprender a gestionar el tiempo en casa; de esta manera, se le sacará el mayor provecho posible.
Cada miembro de la familia tiene sus necesidades materiales, personales y afectivas, las cuales varían con la edad. El ocio es parte necesaria de la vida en el hogar, es indispensable para vivir con bienestar. No obstante, si se dedica mucho tiempo al ocio, esto impedirá lograr muchos otros objetivos vitales.
Es importante tener el conocimiento adecuado sobre cómo administrar el tiempo en el hogar; se trata de que sea provechoso cada momento del día y conduzca al bienestar y la consecución de objetivos más importantes.
Aprender a gestionar el tiempo en casa
El tiempo es una inversión, y todo lo que se haga con él tiene sus consecuencias. Aunque la existencia es, por naturaleza, caótica, los humanos han evolucionado a través del conocimiento. De esa forma, se han organizado para obtener el mayor bienestar posible.
Los beneficios de organizar la vida diaria se pueden observar a cualquier edad. Son los adultos los responsables de que los niños comiencen a gestionar responsablemente el tiempo del que disponen.
La incorrecta administración del tiempo puede tener consecuencias negativas, incluso más graves de lo que imaginamos. Un buen recurso de enseñanza hacia los más jóvenes son los ejemplos reales.
Consejos para optimizar el tiempo en casa
Diseñar un cronograma de tareas
Esto ayuda a recordar lo pendiente o más importante, ya que lo podemos olvidar ante la gran cantidad de tareas urgentes. En definitiva, se trata de priorizar lo realmente importante para realizarlo en primer lugar. Sin embargo, esto no debe ser inflexible; es solo una herramienta y lo que importa al final son las personas.
Las rutinas diarias ofrecen seguridad, pero pueden llegar a saturar. Las listas esclavizan y, a veces, desvían el foco de lo realmente esencial, así que alguna vez será necesario obviarlas.
Un balance entre el tiempo dedicado a los deberes y al disfrute
No todo son deberes y tareas. Hay que disponer instantes para el descanso, el entretenimiento o para simplemente no hacer nada.
En los niños, ese ocio es aún más importante. Es el momento de los juegos, los deportes y las simulaciones, todos indispensables para el crecimiento y el aprendizaje.
Solo el juego infantil representa un problema cuando supera por mucho a otras actividades productivas. Se observa especialmente en niños grandes y adolescentes, al dedicar demasiado tiempo a la televisión, los dispositivos electrónicos o los juegos sedentarios.
“Son los adultos los responsables de que los niños comiencen a gestionar responsablemente el tiempo del que disponen”
Destinar tiempo al afecto y a la interacción social y familiar
El afecto es, a veces, un gran olvidado en la convivencia. El hábito del cariño en un cronograma es una excelente forma de no obviarlo. No somos autómatas: se necesitan los abrazos y besos, las expresiones verbales de cariño, la comunicación afectiva y la conversación; con ello, se adquiere autoestima y se logra una buena integración y clima familiar.
La casa es también lugar para los proyectos de vida
Los proyectos personales que son la base del futuro no se circunscriben al espacio escolar o al trabajo. Continúan en el hogar, y por ello debe haber espacio temporal previsto para seguir desarrollándolos allí.
Incluir salidas y vacaciones
Es necesario salir de casa de vez en cuando. Además de representar un momento de descanso, a la distancia se aprecia y valora aún más el nido.
El hogar no es una prisión. En el imaginario de los niños, quedarán por siempre los recuerdos de divertidas salidas y vacaciones en familia.
Beneficios de una buena gestión del tiempo en el hogar
Aprender a gestionar el tiempo en casa disminuye la tensión y el estrés. Esto aporta bienestar físico y psicológico, ya que otorga una sensación de control.
Además, se trata de una tarea que deja muchos aprendizajes. Entre ellos:
- Adquirir responsabilidad y madurez desde pequeños.
- Organizarse, jerarquizar, internalizar el valor de la planificación y concluir lo comenzado.
- Se completa lo aprendido en la escuela en cuanto a la educación afectiva, la convivencia, el respeto, los valores y el compartir. Esto determina cómo serán los niños con sus iguales adultos en el futuro.
- El cuidado del hogar, de sí mismo y de los seres queridos.
En definitiva, enseñar a los pequeños a gestionar el tiempo no es solo un capricho infundado de los padres. Los beneficios son reales y muy importantes de cara al futuro.
Bibliografía
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