La importancia de la carne en la alimentación infantil

Te vamos a contar por qué la carne debe aparecer con frecuencia en la dieta de los niños. También qué tipo de carne resulta más beneficioso para ellos.
La importancia de la carne en la alimentación infantil
Saúl Sánchez Arias

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias.

Última actualización: 07 agosto, 2021

La carne es un producto fundamental en la alimentación infantil. Cuenta con una gran cantidad de nutrientes esenciales para favorecer el óptimo desarrollo del organismo y evitar carencias a mediano plazo.

De todos modos, hay que tener en cuenta que no todas las carnes tienen la misma calidad. Aquellas que han sido procesadas de forma industrial no se consideran saludable, ya que cuentan con algunos aditivos nocivos para la salud.

¿Quieres conocer más acerca de los beneficios de este grupo de alimentos? Entonces, no dejes de leer este artículo.

La carne, un alimento con gran densidad nutricional

Lo primero que hay que destacar de la carne es su contenido de proteínas de alto valor biológico. Estas no solo cuentan con todos los aminoácidos esenciales, sino que además tienen una buena puntuación en cuanto a la digestibilidad.

Según un estudio publicado en la revista Annals of Nutrition & Metabolism, durante las primeras etapas de la vida es fundamental maximizar la ingesta de las proteínas. De esta forma, se consigue que los tejidos se adapten y crezcan mejor, evitando serios problemas musculares a futuro.

De acuerdo con las guías dietéticas actuales, al menos el 50 % de las proteínas de la dieta deben provenir de los alimentos de origen animal. La carne, entonces, contribuye a satisfacer los requerimientos nutricionales de la infancia.

Por otra parte, es importante destacar los micronutrientes esenciales que este alimento contiene. Entre ellos, el hierro. Este mineral se absorbe mucho mejor que su homólogo de origen vegetal, lo cual resulta un factor clave en la prevención de la anemia ferropénica.

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¿Carne roja o blanca?

En los últimos años se ha discutido si el consumo de carne roja es beneficioso o perjudicial para la salud infantil. Lo cierto es que el único tipo que ha demostrado generar un perjuicio a mediano plazo es aquél que deriva de los procesos industriales (los ultra procesados).

Independientemente de la fuente animal (carnes rojas o blancas), todas ofrecen beneficios para el organismo si son frescas.

No obstante, es importante priorizar el consumo de carnes blancas procedentes de animales alimentados con pastos. De esta forma, se asegura una mayor calidad de los ácidos grasos contenidos en ella.

¿Cuánta carne debo introducir en la alimentación infantil?

Una buena estrategia nutricional es la de priorizar la ingesta de pescado frente a la de otras carnes. Sin embargo, esta alternativa no es apta para todos los bolsillos. Como norma general, se recomienda que el pescado se consuma al menos 2 días a la semana.

Es importante asegurar que en cada una de las comidas principales aparezca una fuente de proteínas de alto valor biológico. Para cubrir este requerimiento, es fundamental la inclusión de carne y huevos a la dieta. Si bien estos últimos suponen una excelente opción para las cenas, la carne resulta una buena elección para los mediodías.

Un aspecto a considerar es asegurar que los métodos de cocción sean los adecuados. En este sentido, se puede optar por la cocción con agua, a la plancha o al horno.

Una de las mayores ventajas de hervir los alimentos es que luego resultan más fáciles de cortar o triturar. El resto de los métodos también son respetuosos con el producto y no generan excesos de grasa.

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La carne, un elemento esencial en la alimentación infantil

Tal como comentamos a lo largo del artículo, es importante asegurar que la carne aparezca con frecuencia en la alimentación infantil. De esta forma, se asegura un buen desarrollo muscular y se evitan carencias nutricionales que puedan condicionar la salud del pequeño.

De todos modos, es fundamental evitar aquellas carnes sometidas a tratamientos o procesos industriales, como los embutidos o las hamburguesas. La mejor opción es ofrecer siempre carne fresca, sin aditivos ni conservantes. Y dentro de lo posible, priorizar el consumo de pescados frente al de otros tipos de carne.


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