La crianza de los niños es compleja, pues hay que atender a sus necesidades, transmitirles las mejores enseñanzas y entender sus comportamientos las 24 horas del día. A causa de ello, a lo largo del tiempo se han llegado a consolidar creencias falsas y muy estrictas.
Una de ellas indica que los niños no pueden dormir con sus padres después de crecer. Pues para algunos, este hecho los vuelve inseguros, malcriados y dependientes.
Sin embargo eso no es verdad, porque para que el niño desarrolle esos rasgos en su personalidad tienen que influir muchos otros factores. Además, la compañía de los padres siempre es positiva y no se puede catalogar como un peligro para los hijos.
De esa manera, los padres deben dejar de preocuparse si sus niños visitan su cama de vez en cuando, aún cuando sean algo mayores. Pues, de hecho, esos encuentros pueden resultar bastante beneficiosos para ellos. A continuación, te compartimos todos los detalles de esta situación.
Las razones por las que no debes preocuparte si tu hijo aún quiere dormir contigo
En primer lugar, no hay una edad exacta para dejar de dormir con un hijo. En este y otros temas, nadie tiene la fórmula perfecta y es importante contemplar el hecho de que cada niño tiene unas necesidades diferentes. Y a fin de cuentas, lo que importa es preservar su bienestar.
Por lo tanto, si el pequeño necesita de la cercanía para sentirse bien, los padres deben estar tranquilos de que permitírselo es lo correcto.
Por otro lado, con el paso del tiempo todos los niños se acostumbran a ser cada vez más independientes. Y al final, llegará el día en el que el pequeño no sienta más la necesidad de ir a la cama de sus padres.
Respecto a esto, lo más recomendable es que los progenitores disfruten al ser demandados por sus hijos, aún cuando vayan a buscarlos a su cama. Pues, más adelante extrañarán esos momentos y de esta forma, sentirán la plenitud por haber disfrutado de una de las etapas más lindas de la paternidad.
Los beneficios de que tu hijo duerma contigo
La cama y la compañía de los padres representan una tranquilidad inigualable para los niños. Por lo tanto, en esos momentos pueden olvidarse todos los malestares que los invaden y que los hacen sufrir.
También, aquellas noches compartidas son uno de los instantes más íntimos que se pueden vivir con los hijos. A causa de ello, previo a cerrar los ojos, los pequeños pueden revelar información importante que ayude a sus mayores a descifrar cómo ha sido su día y cómo se sienten en ese momento.
Así mismo, en esos momentos los niños sienten una cercanía única con sus padres y así, se fortalecen el vínculo afectivo y la confianza mutua.
Finalmente, ese hecho le permite a los niños entender que sus padres siempre estarán disponibles para abrirles el corazón cuando más lo necesiten. Por lo tanto, con esa aceptación ya se sienten importantes, amados y protegidos.
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No te niegues la posibilidad de vivir uno de los instantes más lindos
De ese modo, los adultos deben darse la oportunidad de recibir a sus hijos en la cama todas las veces que sean necesarias. Pues así cuidarán de su bienestar, que es uno de sus objetivo más importantes.
Además, los niños podrán cuidar su salud mental y aumentar su autoestima. Esto debido a que entienden que alguien siempre estará ahí para protegerlos y para aliviar todas sus angustias.
Bibliografía
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- M, Diana & Niño, Asiri C. Nathalie & N, Luisa & J., Jessica. (2016). Salud mental infantil: Una mirada desde la salud mental comunitaria. Carta Comunitaria. 24. 33. 10.26752/ccomunitaria.v24.n140.5. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/319975058_Salud_mental_infantil_Una_mirada_desde_la_salud_mental_comunitaria