Mi hijo está enganchado a los videojuegos

Antes de angustiarte porque tu hijo pasa demasiado tiempo jugando, debes ponerte al tanto de los beneficios que incluye, ya que no todo se trata de peligros.
Mi hijo está enganchado a los videojuegos
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Fernando Clementin

Última actualización: 10 septiembre, 2019

En el ámbito de los videojuegos, la tecnología cada día ha avanzado más y, por ende, su capacidad de entretenimiento y diversión es cada vez mayor. Algunos reflejan la realidad de una manera fascinante en cuanto a detalles, sin considerar los juegos de realidad virtual, y esto genera cierta ‘adicción’. Muchos padres se preocupan cuando ven que sus hijos pasan mucho tiempo en ‘otros mundos’.

Los videojuegos: ¿Buenos o malos?

Como tantas otras cosas en la vida, los videojuegos tienen dos lados: uno bueno y otro no tanto. Sin embargo, a continuación, enumeraremos los aspectos positivos de esta forma de entretenimiento para que los tengas en cuenta de ahora en adelante.

Beneficios

  • Estimulan la coordinación entre ojos, oídos y manos; incluso hay videojuegos que exigen realizar acciones con el cuerpo completo, por lo que la necesidad de moverse puede ser aún mayor.
  • Ejercitan la imaginación, ya que abren las puertas a nuevos mundos y a un sinfín de situaciones nuevas.
  • Alimentan la capacidad de tolerar derrotas y frustraciones.
  • Potencian la lógica y la habilidad para trazar estrategias y tomar decisiones.
  • Los juegos en línea o multijugador ayudan a fomentar la sociabilidad en los pequeños.

Desventajas

  • Son una de las principales causas del sedentarismo.
  • Pueden propiciar conductas violentas o lenguaje agresivo en los niños.
  • Generan desatención a otros recursos más educativos, como los libros.
  • Pueden conducir al aislamiento del niño o joven.
  • Podría presentarse, incluso, una adicción a ellos.
La adicción a los videojuegos en adolescentes puede causarles aislamiento social.

¿Cuándo preocuparse por el niño?

  • No interactúa con otras personas, ni siquiera con niños de su edad.
  • El rendimiento escolar se ve afectado.
  • Se muestra tan distraído que ni siquiera se molesta en detenerse a ver la hora o cubrir sus necesidades básicas de una manera satisfactoria.
  • Se olvida de tareas o eventos importantes por estar jugando.
  • Al niño le molesta que le hablen mientras juega.
  • Gasta mucho dinero en comprar juegos, accesorios y nuevas consolas; si debe ganárselo, demostrará un inusitado interés en cumplir con todas las tareas que se le impongan con tal de obtener su recompensa.

¿Qué hacer cuando los videojuegos son un vicio?

Una vez que identificamos una conducta nociva —aunque no llegue a ser adicción—, ¿qué es lo que debemos hacer? La primera e irremediable medida debe ser establecer límites. Ponle horarios de juego que deberá respetar a toda costa.

Por otra parte, también puedes aplicar un régimen de tareas hogareñas que deba cumplir a cambio de tiempo y dinero para jugar. De esta manera, se fomenta el sentido de responsabilidad en él. No obstante, como apuntamos antes, controla que su interés por cumplir las demandas no sea excesivo, a punto tal que solo le interese el dinero.

Otra recomendación útil es la de dejar la consola en un área visible de la casa. De esta manera, podrás estar más atenta al tiempo que pasa jugando y su conducta mientras lo hace. También es un buen consejo para evitar que el chico juegue a escondidas o que escoja juegos con contenido inapropiado para su edad.

Los padres se preguntan cómo proceder cuando un hijo está enganchado a los videojuegos.

Acompáñalo en el proceso

Una equivocación común es la de prohibir o limitar una actividad a los niños sin ofrecerle otra que lo reemplace. Por ejemplo, si le dices a tu hijo que deje los videojuegos y no le ofreces otra cosa que hacer, interpretará que le llevas la contra solo por capricho.

Lo mejor que se puede hacer es tratar de proponer planes en familia, entre todos. Las tardes de deporte o las acampadas puede generar un interés genuino de su parte, pero hay que estar abiertos a las opciones que proponga. De hecho, podrías preguntarle qué desea hacer él.

Recuerda siempre que la persuasión es un arma mucho más efectiva que la obligación y el castigo; además, será una buena excusa para pasar tiempo de calidad juntos.

Los videojuegos no suponen un perjuicio en sí cuando no se presentan las señales mencionadas anteriormente. Durante la niñez, puede tratarse de una forma de expresar su entusiasmo por algo. Cuando crezca y desarrolle otros intereses, verás cómo aprende a gestionar su tiempo de juego de una forma distinta. Incluso, podrás ver cómo aprende a incorporar el ámbito social a los videojuegos, organizando tardes de juegos con familiares cercanos que compartan esta afición o bien, con amigos.


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