Cuando el bebé alcanza la edad de 6 meses puede iniciarse la alimentación complementaria. De este modo, se cubren los mayores requerimientos nutricionales y se acostumbra al organismo a una dieta más variada. Eso sí, no todos los alimentos pueden introducirse en un primer momento. Por ello, te vamos a comentar qué frutas puede comer un bebé de 6 meses.
Ante todo, hay que destacar que la inclusión de vegetales en la dieta infantil es determinante. No solo por su contenido en nutrientes, sino porque durante las primeras etapas de la vida se fijan los hábitos de alimentación futuros. La inclusión de frutas en esta etapa incrementará la preferencia por las mismas en momentos posteriores.
Frutas que puede comer un bebé de 6 meses
Vamos a comentarte cuáles son las frutas que puede comer un bebé de 6 meses sin que esto suponga un riesgo para la salud.
Plátano
Esta fruta es una de las mejores fuentes de potasio. También, cuenta con carbohidratos de bajo índice glucémico, por lo que aporta energía de calidad. Además, presenta unas características organolépticas que permiten una buena aceptación por parte de los más pequeños. Se puede ofrecer triturado o entero, para que el bebé experimente con el mismo.
Pera
La pera se destaca por su contenido en vitamina C. Este nutriente ha demostrado ser fundamental para la buena función inmune. Si no se alcanzan los niveles óptimos en el organismo, será más probable que se experimenten infecciones, sobre todo de tipo pulmonar. Además, dicha vitamina actúa también como un poderoso antioxidante.
Manzana
Gracias a la manzana se garantiza un correcto aporte de fibra. Esta fruta contiene en su interior una sustancia conocida como pectina. Dicho elemento es capaz de mejorar la salud digestiva a partir de un efecto positivo sobre la microbiota. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista Experimental & Molecular Medicine.
Ofrecérsela al bebé es muy sencillo. Una opción es preparar compota o papilla, aunque también se le pueden dar gajos de mediano tamaño lavados para que experimente con los mismos. Existen diferentes variedades, cada una con un nivel de dulzor distinta. Es conveniente probar hasta encontrar la que más le guste.
Naranjas
Las naranjas y las mandarinas son características por su concentración en vitamina C. Lo más habitual es utilizar su jugo, aunque es más recomendable consumirlas enteras. De este modo, no se desprecia la fibra, que es un elemento fundamental para evitar que la fructosa genere un impacto significativo sobre las glucemias sanguíneas.
Kiwi
Otra de las mejores frutas para ofrecer a un bebé de 6 meses es el kiwi. Este también cuenta con una alta cantidad de vitamina C en su interior. Además, presenta antioxidantes necesarios para prevenir la formación de radicales libres y su posterior acumulación en los tejidos del organismo. De este modo, se previenen muchas patologías complejas a medio plazo.
Melón y sandía
Las frutas con alto contenido en líquido son esenciales para asegurar un buen estado de hidratación. Además, tanto el melón como la sandía resultan muy sabrosas, por lo que los bebés las aceptarán perfectamente. Lo mejor es cortar triángulos pequeños y ofrecérselos para que experimenten con ellos. Eso sí, es determinante evitar que contengan pepitas en su interior.
Melocotón
Los melocotones se caracterizan por concentrar vitaminas y antioxidantes en cantidades abundantes. Sin embargo, es más probable que generen alergias que todas las frutas comentadas anteriormente. Durante años se aconsejó esperar hasta pasado el año para agregarlos en la dieta, pero en la actualidad se apuesta por su inclusión temprana. De este modo, se podrían prevenir las reacciones autoinmunes.
Incluye fruta en la dieta de los bebés
Como has podido comprobar, existen muchas frutas distintas que se pueden incluir en la dieta de los bebés. Estos alimentos se consideran beneficiosos para la salud en general. Además, la fibra que contienen contribuirá a mejorar el funcionamiento del sistema digestivo a partir de una influencia positiva sobre la microbiota.
Existen diferentes formas de introducir dichos productos en la alimentación de los pequeños y lo mejor es alternarlas. Por ejemplo, se pueden preparar papillas, compotas y batidos, pero también habrá que ofrecer trozos en crudo para permitir su manipulación. Así, el niño se adaptará a la textura de las mismas y su gusto por estos comestibles se incrementará.
Bibliografía
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- Carr, A. C., & Maggini, S. (2017). Vitamin C and Immune Function. Nutrients, 9(11), 1211. https://doi.org/10.3390/nu9111211
- Beukema, M., Faas, M. M., & de Vos, P. (2020). The effects of different dietary fiber pectin structures on the gastrointestinal immune barrier: impact via gut microbiota and direct effects on immune cells. Experimental & molecular medicine, 52(9), 1364–1376. https://doi.org/10.1038/s12276-020-0449-2