¿Las fórmulas lácteas contienen todos los nutrientes para nuestros hijos?

Existe mucha controversia en torno a las fórmulas lácteas y si es sano para los niños ingerirlas. Conoce lo que dice la ciencia al respecto.
¿Las fórmulas lácteas contienen todos los nutrientes para nuestros hijos?
María Patricia Piñero

Escrito y verificado por la nutricionista María Patricia Piñero.

Última actualización: 05 julio, 2023

Amamantar de manera exclusiva es el método de elección en la alimentación de nuestros hijos. Pero, a veces, no queda otra salida que sustituirla total o parcialmente por las fórmulas lácteas. Las razones pueden ser muchas, como lo laboral, los tratamientos médicos, la baja producción de leche o causas anatómicas, entre otras. Cuando esto sucede, la pregunta que surge es si estas contienen todos los nutrientes para nuestros hijos.

A continuación, veremos qué nos dicen los expertos y revisaremos a fondo para estar seguras de si nuestros hijos están bien alimentados con las fórmulas lácteas. Recuerda que el pediatra dará las indicaciones y determinará qué es lo que más le conviene al bebé.



¿Qué es una fórmula láctea?

La fórmula láctea es un producto alimenticio que tiene como base en su formulación la leche de vaca y está destinada a la alimentación del bebé durante el primer año de vida. También se le conoce como fórmula láctea infantil.

Las leches de fórmula se ajustan a los requerimientos de calorías y nutrientes propuestos por los organismos internacionales. Cada etapa de crecimiento del bebé tiene sus propias exigencias y en función de esto cambiará la fórmula láctea.

Tipos de fórmulas lácteas

Estas son los 2 tipos de fórmulas para cada etapa de crecimiento del niño:

  1. Para lactante o de inicio: son fórmulas que se utilizan desde el nacimiento hasta los 4 o 6 meses de edad, según las indicaciones del pediatra. Trata de imitar la composición de la leche materna.
  2. De continuación: se indica desde los 4 o 6 meses hasta el año de edad. Se considera de complemento para la nueva alimentación que se introduce en el bebé.

También se encuentran en el mercado las fórmulas de crecimiento, para niños de 1 a 3 años de edad. Además, otras fórmulas diseñadas son las especiales, elaboradas para cubrir algunos problemas de digestión, absorción o intolerancia a alguna sustancia. Entre estas se encuentran las fórmulas para prematuros, con adición de espesantes, sin lactosa y modificadas en proteínas, entre otras.



Las leches de fórmula están compuestas con una mezcla de ingredientes que aportan las proteínas, las grasas, los carbohidratos, las vitaminas y los minerales similares en cantidad y calidad a los de la leche materna.

Conoce si las fórmulas lácteas contienen todos los nutrientes para nuestros hijos

La mujer produce la leche idónea para su hijo, por eso aquellas formulaciones que provienen de la leche de vaca deben ser modificadas en calidad y cantidad de nutrientes. Pero, ¿cómo se modifica cada uno de ellos?

Calorías

Las fórmulas lácteas deben suministrar 67 calorías por cada 100 mililitros cuando se preparan de acuerdo a las instrucciones. Este valor corresponde al de la leche materna. Por su parte, las de continuación, que complementan la introducción de nuevos alimentos, aportan entre 60 y 85 calorías por ciento.

Proteínas

Los 3,5 gramos de proteínas que contiene la leche de vaca, se reducen entre 1,2 y 1,8 gramos al transformarse en fórmula láctea. El valor proteico de la leche materna oscila entre 0,9 a 1,1 gramos por ciento. Esta reducción de solutos libera la carga renal aún inmadura de los bebés.

El valor biológico de las fórmulas de inicio también aumenta. Al adicionar más proteínas de suero a la leche de vaca, se aporta un mayor contenido de aminoácidos esenciales, que se utilizarán para el crecimiento del bebé. El Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría enfatiza en que la relación proteínas de suero/caseína debe ser de 60/40.

En las fórmulas de continuación, el 85 % de toda la proteína es caseína, con un aporte de 2,4 gramos por cada 100 mililitros. Esto aumenta de manera moderada la carga de solutos a nivel renal, pero el bebé tiene la madurez orgánica para resolverlo.

Grasas

El porcentaje de grasas entre la leche materna y la de vaca no difiere en cantidad, pero sí en calidad y en absorción. La cantidad de grasa adicionada a la fórmula garantiza el aporte de un 50 % de la energía que necesita el bebé en los primeros 6 meses de crecimiento y desarrollo.

Para mejorar la calidad de las grasas, se adicionan aceites vegetales como fuentes de ácidos grasos poliinsaturados. Preferiblemente, se usan los aceites de cártamo, girasol, soja y maíz. Lo otro a lo que se le ha prestado atención es a los omega-6 y omega-3. En el caso del omega-6 linoleico hay un límite, pues las fórmulas deben contener entre 0,2 a 0,8 gramos por ciento, con una relación de 5 a 15 partes de linoleico por 1 parte del omega-3 linolénico.

Esta relación permitirá que el cuerpo del bebé pueda producir otros ácidos grasos que participan en su desarrollo. Tal es el caso del docosahexaenoico o DHA, un poliinsaturado que se relaciona con un buen desarrollo cognitivo y visual en el recién nacido, según una publicación de la revista Enfermería Global.

Carbohidratos

La leche de vaca que se usa para la fórmula láctea debe ser enriquecida en lactosa, ya que la de mujer contiene casi el doble de carbohidratos. Este carbohidrato funciona como la principal fuente de energía, favorece la biodisponibilidad del calcio y mejora la salud intestinal del bebé. Por su parte, después de los 6 meses de edad, las fórmulas se mezclan con sólidos de jarabe de maíz, glucosa y, en algunos casos, sacarosa.

El agregado de azúcar en las leches de fórmula para después de los 6 meses del bebé es cuestionado por el dulzor que produce y la preferencia que desarrollará el pequeño a este sabor.

Vitaminas y minerales

Las vitaminas y minerales están acordes con las cantidades encontradas en la leche materna. Se vigila la mayor o menor proporción en algunos de ellos, ya que un desbalance puede afectar la absorción y la interacción con otros minerales.

En el caso particular del hierro, como sus valores son bajos en la leche materna, las fórmulas son suplementadas a no menos de 1 miligramo por cada 100 calorías. Cuando se agrega ácido ascórbico, la absorción del hierro mejora de manera importante.

¿Qué dicen los expertos internacionales?

La revista Anales de Pediatría concluye que las fórmulas lácteas se encuentran dentro de los valores de referencia en cuanto al aporte de energía, proteínas, grasas y carbohidratos. Sin embargo, se sugiere revisar los micronutrientes en función de los requerimientos actuales del lactante y sus efectos adversos.

Por su parte, las fórmulas complementarias fueron revisadas por la organización Early Nutrition Academy y sus valores nutricionales fueron ajustados con base en la maduración del bebé y en la contribución de la dieta después de los 6 meses.

La leche materna es única y fundamental

Las fórmulas lácteas son elaboradas con todos los controles internacionales para asegurar el aporte de energía y nutrientes al bebé en crecimiento. Sin embargo, reiteramos que la relación bio-psico-social y emocional que se logra con la leche materna como alimento exclusivo en los primeros 6 meses, es única. En este sentido, no solo nutre al bebé, sino que también lo prepara para el futuro.


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