Leches especiales para bebés

En algunos casos, el pediatra recomienda leches especiales adaptadas para bebés con necesidades más específicas para los que no es suficiente o adecuada una leche artificial normal.
Leches especiales para bebés

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 12 agosto, 2019

Durante la etapa de lactancia, el mejor alimento para un recién nacido es, sin duda, la leche materna. Sin embargo, en muchas ocasiones, y por diferentes razones, es necesario acudir a las leches de fórmula. Además, hoy en día, también existen leches especiales diseñadas para bebés con necesidades concretas, como pueden ser bebés prematuros o con intolerancia a la lactosa, por ejemplo.

Lactancia materna

Como hemos dicho, la leche materna es el alimento ideal para un bebé durante los primeros 6 meses de vida. Son muchas las propiedades que se le atribuyen, entre ellas:

  • Se adapta a las necesidades de cada niño, tanto en cantidad como en composición.
  • Previene enfermedades cardiovasculares.
  • Ayuda al sistema inmunológico del recién nacido.
  • Ayuda a la recuperación de la madre tras el parto, acelerando la contracción del útero.
  • Aumenta el vínculo madre-hijo.

Sin embargo, no siempre es posible para la madre amamantar al recién nacido. Son muchas las complicaciones que pueden surgir, como mastitis, grietas, incapacidad del bebé para agarrar el pezón o, incluso, déficit de leche materna. También puede ser decisión personal de la madre no dar el pecho.

Mamá dando el pecho a su bebé durante la lactancia.

En cualquier caso, existen alternativas adaptadas perfectamente a las necesidades del bebé, como son las leches artificiales o de fórmula. Llamamos lactancia mixta a la alimentación complementaria con leche materna y leche de fórmula.

Leche artificial o de fórmula

Las leches de fórmula han sido cuidadosamente diseñadas para imitar lo mejor posible a la leche materna. Así, igual que la leche materna va cambiando para adaptarse a las necesidades del bebé según va creciendo, las leches artificiales también están adapatadas a cada etapa de la alimentación del bebé.

Existen tres tipos principales de fórmulas:

  1. Inicio: para los primeros 6 meses de vida.
  2. Continuación: desde los 6 meses hasta el año. A partir de los 6 meses, es necesario empezar a complementar la alimentación con cereales, frutas y verduras, ya que no es suficiente solo la leche.
  3. Crecimiento: desde los 12 meses a los 3 años.

Si optamos por la alimentación artificial o nos vemos en la necesidad de recurrir a ella, es importante cuidar la higiene. El biberón deberá estar siempre correctamente lavado, y se debe utilizar agua mineral o agua del grifo hervida.

Las leches de fórmula vienen en forma de polvo, de manera que debemos añadir un cacito de polvos por cada 30 mililitros de agua ya caliente. Es conveniente cuidar la forma de calentar el biberón, ya que, en ocasiones, los microondas, por ejemplo, no calientan de forma uniforme y se pueden provocar quemaduras.

Leches especiales

Como hemos dicho anteriormente, dentro de las leches de fórmula, existen leches especiales adaptadas para bebés con necesidades más específicas para los que no es suficiente o adecuada una leche artificial normal. El pediatra, en estos casos, recomendará la leche más adecuada.

Algunos de los casos en los que es necesario utilizar leches especiales son:

  • Bebés prematuros. Se utilizan fórmulas con mayor densidad calórica, mayor aporte de proteínas, mayor cantidad de grasas y de mejor absorción, y enriquecidas con fósforo y vitaminas A y D, principalmente. Están destinadas especialmente para bebés con bajo peso.
  • Intolerancia a la lactosa. Se utilizan fórmulas sin lactosa, ya que estos niños no tienen lactasa, que es la enzima intestinal encargada de digerir este hidrato de carbono. La lactosa es sustituida por otro hidrato de carbono, generalmente maltodextrina.
    Mamá preparando biberones de leches especiales para su bebé.
  • Alergia a la proteína de la leche de vaca. Se utilizan hidrolizados de proteínas en los que se altera la estructura de las mismas para que no provoquen reacción alérgica. Las proteínas de la leche ya están parcialmente digeridas, en trozos más pequeños, para que sean absorbidas con más facilidad.
  • Regurgitación. Existen fórmulas antirregurgitación que llevan un espesante para aumentar la viscosidad de la leche en el estómago y evitar o mejorar este problema. También tienen menor contenido en grasa para favorecer el vaciado gástrico. Antes se llamaban fórmulas antirreflujo, pero se demostró que no mejoraban el reflujo gastroesofágico, sino exclusivamente las regurgitaciones y los vómitos.
  • Mala absorción.
  • Incapacidad de digerir la grasa.
  • Enfermedad cardiaca.

También existen otros tipos de leches especiales, como las fórmulas de soja, útiles es casos de galactosemia, aunque no se recomiendan en menores de 6 meses. Otras fórmulas están destinadas a mejorar problemas digestivos menores o síntomas frecuentes, como pueden ser el estreñimiento o los cólicos.

En cada caso concreto, el pediatra valorará y determinará el tipo de leche más adecuada para cada bebé. Este tipo de fórmulas especiales no deben utilizarse sin indicación médica, ya que podemos comprometer la salud de los más pequeños exponiéndolos a carencias nutricionales o a excesos indebidos.


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