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La falta de higiene en los adolescentes: ¿qué hacer?

4 minutos
¿Tu hijo adolescente se niega a ducharse y a mantener unos mínimos en su aseo personal? Descubre cuáles pueden ser las causas y cómo actuar.
La falta de higiene en los adolescentes: ¿qué hacer?
Última actualización: 26 diciembre, 2020

Con la llegada de la pubertad muchos jóvenes comienzan a descuidar su aseo personal. Para los padres supone una lucha continua lograr que los menores se bañen o se cepillen los dientes, y los conflictos en el hogar comienzan a incrementarse. Si, como madre, te encuentras en esta situación, has de saber que se trata de algo relativamente frecuente. Por ello, vamos a analizar las causas de la falta de higiene en los adolescentes y qué hacer al respecto.

No resulta agradable tener que ir cada día detrás del joven insistiéndole para que se asee. Tras meses de intentos e insistencia, la paciencia se agota y, por lo mismo, muchos progenitores abordan el tema desde el ataque hacia el adolescente.

Sin embargo, con esta estrategia solo se logra poner al joven a la defensiva y acrecentar la brecha entre padres e hijos. Empecemos, entonces, por comprender lo que ocurre.

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¿Cómo aprenden los menores sobre la higiene personal?

La tarea de educar en higiene y cuidado personal recae principalmente en las familias, pese a que desde las escuelas se pueda proporcionar un apoyo. Así, durante la infancia se sientan las bases del aseo privado y su importancia. Pero también existen otros factores influyentes. Por ello, podríamos decir que la higiene del adolescente se encuentra relacionada con los siguientes aspectos:

  • El ejemplo percibido en el seno familiar. Los niños observan a sus adultos de referencia para comprender cómo han de comportarse. Así, los hábitos de higiene de mamá y papá marcan una pauta importante que los niños adquirirán e imitarán. Por ello, en primer lugar, asegúrate de mantener las conductas que desees ver reflejadas en tus hijos. Mostrar es más eficaz que ordenar.
  • Los hábitos de higiene adquiridos en la infancia. Es importante que, desde pequeños, los niños se habitúen a mantenerse limpios y aseados. Establecer rutinas de higiene como ducharse a diario o cepillarse los dientes tras cada comida contribuirá a crear un hábito positivo sobre el cuidado personal.
  • El grupo de iguales. Con la llegada de la pubertad, la familia pierde importancia a ojos del menor y su atención se centra en sus compañeros. Estos serán a partir de ahora la referencia. Por ello, los valores del grupo y las actitudes de sus amigos respecto a la imagen personal jugarán un papel importante.

¿A qué se debe la falta de higiene en los adolescentes?

No obstante, incluso aunque hayamos cumplido a la perfección los pasos anteriores durante la infancia, es posible que al llegar la adolescencia el joven se niegue a continuar con esos buenos hábitos. Los adultos tendemos a asumir que se trata de pereza, descuido o simple necesidad de desafiar a los padres. Sin embargo, las causas de la falta de higiene en los adolescentes pueden ser diversas.

En primer lugar, puede que al joven le cueste aceptar los cambios físicos que está experimentando. La aceptación de la imagen propia es un tema de gran relevancia durante la pubertad. Así, puede que el joven evite cuidar y asear su cuerpo porque sienta cierto rechazo hacia él.

Por otro lado, tal vez esté lidiando con problemas y preocupaciones que le desbordan y acaparan su atención y energía. Dificultades escolares, conflictos con los compañeros o los primeros desamores puede generar tal ansiedad en los jóvenes que les impida mantener unos buenos hábitos de autocuidado.

Del mismo modo, la falta de higiene en los adolescentes puede ser un signo de enfermedades serias como la depresión u otros trastornos del estado de ánimo. Si el menor se muestra apático, decaído, triste y desinteresado, tal vez el problema vaya más allá de la higiene.

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¿Cómo abordar la falta de higiene en los adolescentes?

Para prevenir la aparición de estos problemas es importante hablar con los jóvenes sobre la importancia de la higiene cuando alcancen la pubertad. Proporcionarles información clara y pautas a seguir puede ser de gran ayuda.

Así, recalquemos que la higiene personal no solo nos mantiene saludables sino que, además, nos evita problemas de rechazo por parte de otras de otras personas. Igualmente, dejemos claro qué conductas y hábitos son los deseables.

Asimismo, si percibimos falta de cuidado personal en nuestro hijo, hemos de abordarlo con respeto y comprensión, sin atacar al joven. Preguntémosle qué ocurre y mostrémonos dispuestos a escuchar sin juicios. Si existe un problema de aceptación del cuerpo o trastorno del estado de ánimo, buscar ayuda profesional será lo más recomendable.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.