Estilos educativos parentales y su influencia en la personalidad

Sabemos que hay diferentes estilos educativos parentales. Cada uno de ellos afecta, de manera diferente, la personalidad de nuestros pequeños.
Estilos educativos parentales y su influencia en la personalidad
Natalia Cobos Serrano

Escrito y verificado por la educadora social Natalia Cobos Serrano.

Última actualización: 06 marzo, 2019

Siempre se ha sabido la imperiosa influencia que ejercen los padres en la forma de ser de los niños. Desde las ciencias sociales se considera a la familia como el principal agente socializador indicando, así, su gran responsabilidad en el crecimiento psicosocial del individuo. Los estilos educativos parentales representan la forma de actuar de los padres respecto a sus hijos ante situaciones cotidianas, la toma de decisiones o la resolución de conflictosNo obstante, ¿hasta qué punto la forma de educar a nuestros hijos puede influir en el desarrollo de su personalidad?

Disciplina y afecto

La forma de educar de los padres no sólo es una herramienta para instaurar en la conducta del niño pautas deseables. El pequeño, a su vez, va adquiriendo una serie de aptitudes y características personales. Pero desde la psicología del desarrollo del ciclo vital, se entiende que existen dos dimensiones a la hora de educar a nuestros hijos: la disciplina-exigencia y afecto-receptividad.

  • Afecto: hace referencia a la aceptación. Es decir, las expresiones de los padres hacia sus hijos para que éste se sienta confortable en su presencia.
  • Disciplina: también puede definirse como control. Está presente en aquellas conductas de los padres hacia su hijo con el fin de conseguir un comportamiento deseable.

Clasificación de los estilos parentales

La psicóloga clínica Diana Baumrind (1971) fue pionera en inferir que los estilos educativos parentales se clasifican de acuerdo a cómo se combinen las dimensiones de afecto y disciplina. Existen cuatro estilos parentales en función de estas dos dimensiones:

  • Autoritario. Se caracteriza por el uso predominante de la disciplina. Lo utilizan padres con altas expectativas en el cumplimiento de normas y en base a una comunicación unidireccional.
  • Permisivo. Se trataría del estilo opuesto al anterior. Estos padres basan su estilo educativo en el afecto: permiten al niño tomar sus propias decisiones, pero ejercen poco control sobre él.
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  • Negligente. Los llamados padres no implicados. Se considera el peor de los estilos educativos ya que no se encuentran presentes ninguna de las dos dimensiones.
  • Democrático. Se aprecia como el estilo educativo ideal o más adecuado. Las dos dimensiones están presentes: los padres se esfuerzan por enseñar un comportamiento adecuado a través de un conjunto de reglas y en base a una interacción y afectiva.

“La educación no es algo que los padres hagan a los hijos, sino algo que padres e hijos hacen conjuntamente.”

-Rich Harris-

Consecuencias en la personalidad del niño

Indudablemente, la forma de educar ejerce una gran influencia en la personalidad de nuestros hijos, siendo determinante para su rendimiento académico, su eficacia en las relaciones sociales, su seguridad emocional o, incluso, su posible futuro éxito profesional. Maccoby y Martin (1983) en Socialization in the context of the family establecen una relación de cada uno de los estilos educativos parentales con una serie de consecuencias personales:

  • Los niños adolescentes educados bajo el estilo autoritario muestran un alto rendimiento académico. Sin embargo, también manifiestan baja autoestima, autonomía y competencia social.
  • El permisivo genera altos niveles de autoestima y confianza, pero tienden a ser egocéntricos, desobedientes y con bajo rendimiento escolar.
  • El escaso autocontrol y la agresividad son algunas de las consecuencias generadas por el estilo negligente. Además, presentan una mayor predisposición a padecer trastornos psicológicos.
  • Los padres que utilizan el estilo democrático generan un clima familiar liderado por el respeto mutuo y la cooperación. Esto desarrolla en el niño un autoconcepto realista y positivo. A su vez, se origina una alta motivación por el logro, lo cual se traduce en un buen rendimiento escolar.
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Finalmente, aunque esta propuesta teórica sobre los diferentes estilos educativos parentales debe considerarse dentro de las tendencias globales de comportamientoes decir, puede variar dependiendo de la realidad de cada familia, resulta obvio la eficacia del estilo democrático.

En definitiva: explicar razonadamente a nuestros hijos normas y decisiones y mostrar sensibilidad ante sus necesidades dentro de un ambiente comunicativo afectivo, contribuirá a ayudarles a conformar una personalidad positiva, realista y saludable. 


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  • Maccoby, E.E. y Martin, J.A. (1983). Socialization in the context of the family. In E.M. Hetherington (Ed.). Handbook of Child Pyschology. Vol 4. Socialization, personality and Social development. (pp. 1-101). New York: Willey.
  • Torío, S., Peña, J.V. y Rodríguez, M.C. (2008). Estilos educativos parentales. Revisión bibliográfica y reformulación teórica. Universidad de Oviedo, Vol 20, (pp. 151-178). España.

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