¿Es posible elegir el sexo del bebé?

Si deseas planificar el futuro y la composición de tu familia es algo sobre lo que te gustaría tener decisión, te alegrará saber que existen novedosos métodos científicos para elegir el sexo del bebé. Aquí te contamos los principales.
¿Es posible elegir el sexo del bebé?

Escrito por Fernando Clementin

Última actualización: 16 febrero, 2018

Uno de los sueños de las parejas que desean formar una familia es poder elegir el sexo del bebé. Hace unos años, esta idea hubiera sonado alocada. Ciertamente la ciencia y la tecnología son cada día más prometedoras, pero siempre existe la duda.

La respuesta a esta pregunta es sí. Se puede elegir el sexo del bebé, aunque los tratamientos sean muy costosos y, en algunos casos, poco aconsejables por sus efectos secundarios.

Quienes no comulguen con la idea podrán argumentar que la naturaleza es sabia y que el ser humano no debería entrometerse con algo que escapa a sus posibilidades.

Del otro lado estarán los que promueven estas técnicas para evitar el contagio de enfermedades hereditarias para determinado sexo o simplemente por el hecho de escoger la manera de conformar una familia.

La discusión está en marcha desde hace varios años, al igual que los avances de la ciencia. ¿Cuáles son, entonces, los métodos que se utilizan para poder elegir el sexo del bebé? Lo vemos a continuación.

Dificultades a la hora de elegir el sexo del bebé

Más allá de su evidente utilidad para quienes desean elegir si su hijo será varón o mujer, las técnicas actuales conllevan numerosas dificultades, entre las cuales se encuentran:

  • Costo elevado.
  • Técnicas de fertilidad invasivas.
  • Efectos secundarios (en algunos casos).
  • Muchos requerimientos. Las clínicas suelen pedir antecedentes clínicos de la mujer, estudios hormonales o la obligatoriedad de contar con al menos un hijo del otro sexo.

Métodos para elegir el sexo del bebé

Selección de embriones obtenidos mediante fecundación in vitro

Es la técnica más aceptada y es, a la vez, muy costosa. Más allá de ser la más eficiente, en algunos países -como España- solo está permitida cuando:

  1. Se desea evitar la transmisión de una enfermedad hereditaria.
  2. Cuando se busca que el bebé, además de ser sano, sirva como donante para curar a su hermano.

La fecundación in vitro consiste en el análisis de las células de los embriones para detectar posibles anomalías genéticas. Luego se seleccionan los sanos y se los transfiere al útero. Esta examinación se denomina: diagnóstico genético preimplantacional.

Existen diversas técnicas, algunas muy complejas, para poder elegir el sexo del bebé.

Inseminación artificial

Es el tratamiento de fertilidad más antiguo. Data del inicio del siglo XX. Claro que, ahora, la metodología es mucho más avanzada y segura.

La inseminación intrauterina es el método más común de inseminación artificial y se utiliza en aquellos casos en los que:

  1. La producción de espermatozoides del hombre es baja.
  2. Cuando la motilidad es insuficiente. Es decir, no se mueven lo necesario para llegar al útero.
  3. Otros problemas de fertilidad.

Básicamente consiste en la colocación del esperma en una zona más cercana a donde se produce la fecundación. Mediante un tubo, se colocan en el cuello del útero. Además este puede ser acompañado con medicamentos para la fertilidad.

A través del Método Ericsson, que consiste en la selección de los espermatozoides “masculinos” o “femeninos”, se puede escoger el sexo del bebé por nacer.

Esta metodología, señalan, tiene una efectividad cercana al 80%, aunque en el caso de los espermas “mujeres” es un poco más baja. Además, es más económica que la FIV.

El costo elevado, las técnicas de fertilidad invasivas y los efectos secundarios de algunos métodos son el aspecto negativo de estas prácticas.

Microsort

Mediante un aparato llamado citómetro de flujo, se analiza el tamaño y el contenido de los cromosomas -el femenino contiene 2% más de ADN- para escoger los embriones a utilizar. Posteriormente, se utiliza la fertlización asistida en cualquiera de sus tipos para proceder a la fecundación.

Todavía se encuentra en una etapa de ensayos y no fue aprobado por la Agencia de Fármacos y Alimentos de Estados Unidos (FDA). Se dice, sin embargo, que su posibilidad de éxito está entre el 70% y el 80%.

¿Se puede escoger el sexo naturalmente?

Aunque muchos cuestionan su credibilidad, hay dos técnicas muy populares para intentar elegir el sexo del bebé que se basan en el periodo ovulatorio de la madre.

1. Método de Shettles

Se programan las relaciones sexuales para días específicos, según el ciclo menstrual de la mujer. Se basa en la premisa de que los cromosomas masculinos viven menos que los femeninos.

Por ende, si se intenta concebir unos 4 o 5 días antes de la ovulación, cuando esta se produzca solo quedarán los cromosomas X; es decir, los de la mujer.

Aunque algunos cuestionan esta técnica, su fiabilidad se aproxima al 75%. Es necesario, sin embargo, conocer con precisión la fase de la ovulación en la que la mujer se encuentra.

La ecografía es la forma de conocer el sexo del bebé en camino.

2. Método de Whelan

Esta teoría afirma lo opuesto a la anterior. Entonces, como las reacciones bioquímicas que favorecen la ovulación de los cromosomas Y se producen antes, es mejor que el coito se produzca días antes de la ovulación para que haya más chances de tener un varón.

Existen diversos métodos para elegir el sexo del bebé. Algunos más eficientes y caros, otros más “caseros” y económicos.

Los primeros están prohibidos en muchos países porque se considera que no ofrecen ninguna ventaja a las parejas con dificultades de fertilidad, excepto en los casos de prevención de enfermedades congénitas.

No obstante, esto produjo la creación del turismo reproductivo, que consiste en visitar otros países para practicar estos métodos de reproducción asistida.

Aunque pueda ser moral y religiosamente discutida, es un hecho que esta posibilidad es cada día más frecuente y sofisticada.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.