El error de ocultar las emociones negativas ante los niños

¿Sabes qué consecuencias tiene ocultar las emociones negativas ante los hijos? ¡Descúbrelo a continuación!
El error de ocultar las emociones negativas ante los niños
Ana Couñago

Escrito y verificado por la psicóloga Ana Couñago.

Última actualización: 13 septiembre, 2020

Muchas madres y padres tienden a ocultar las emociones negativas ante sus hijos. Sin embargo, tal y como evidencia un estudio reciente de la Universidad de Toronto, esto es un gran error. ¿Quieres saber por qué? En las próximas líneas te explicamos las razones.

Pero antes debes saber que una buena educación emocional no consiste en enseñar a los niños a disfrutar de las emociones positivas y a reprimir las negativas, sino en dotarles de las herramientas suficientes para poder identificar, gestionar y canalizar adecuadamente todo tipo de sentimientos. Y, para ello, hay que predicar con el ejemplo.

“No somos responsables de las emociones, pero sí de lo que hacemos con las emociones”.

-Jorge Bucay-

El error de ocultar las emociones negativas ante los niños

Ocultar las emociones negativas ante los niños es una mala decisión. Así lo afirma un estudio realizado por las psicólogas Emily Impett y Bonnie Le en la Universidad de Toronto.

Niño con lágrimas en los ojos de tristeza porque está aprendiendo qué son las emociones negativas.

A pesar de que este acto se lleve a cabo con la mejor intención, creyendo que de esta forma se está ayudando y protegiendo a los más pequeños, los resultados obtenidos en esta investigación sugieren exactamente lo contrario.

Tras estudiar y analizar la conducta de cientos de familias, se llegó a la conclusión de que aquellos padres que reprimen e intentan ocultar las emociones negativas, tales como el enfado, la ira, la frustración o el resentimiento, delante de sus hijos, experimentan una pérdida significativa del bienestar y una menor calidad de la relación paterno-filial.

Pero ¿por qué sucede esto? ¡Muy sencillo! Los padres, al no ser coherentes con sus propios sentimientos, no logran encontrarse bien consigo mismos, lo cual influye directamente en la actitud que tienen a la hora de relacionarse con sus hijos.

Además, este estudio demuestra que no solo la supresión de las emociones negativas afecta a la creación de lazos afectivos con los hijos, sino también la exageración de las emociones positivas por parte de los padres tiene como resultado los mismos efectos perjudiciales.

“Las emociones reprimidas nunca mueren, están enterradas vivas y saldrán a la luz de la peor manera”.

-Freud-

Los padres deben ser sinceros consigo mismos y con sus hijos

La relación entre padres e hijos debe basarse en la confianza, el amor y la comunicación. ¿Y qué mejor manera de demostrar y potenciar estos aspectos que compartiendo todo tipo de experiencias y emociones con los niños?

Aunque pueda resultar difícil, los progenitores deben aprender a ser sinceros consigo mismos y con los hijos. Esta es la única forma de fomentar el desarrollo de la inteligencia emocional en los niños.

Los pequeños, desde los primeros años de vida, han de ser conscientes de que no todo es siempre felicidad y alegría, que es completamente normal sentirse en algún momento tristes, enfadados, frustrados, etc. Estos sentimientos también forman parte de la vida y hay que aprender a convivir con ellos.

Madre hablando con su hijo para enseñarle a no ocultar las emociones negativas.

Los problemas de ocultar las emociones negativas

A lo largo de estas líneas se han expuesto las terribles consecuencias que tiene ocultar las emociones negativos ante los niños para las relación entre padres e hijos. Pero, además, esto puede acarrear otro tipo de problemas para el de desarrollo de los pequeños.

Cuando los padres deciden ocultar este tipo de sentimientos en casa, inconscientemente, los niños aprenden que las emociones negativas hay que esconderlas y procurar no hablar de ellas.

Esto, a la larga, puede afectarles significativamente en su salud mental, ya que pueden no sentirse en completa libertad para expresar todo aquello quieren o, lo que es peor, puede que entiendan que las emociones negativas son el enemigo y que sentirlas es algo malo que hay que evitar.

Por tanto, como madres y padres hay que intentar ofrecerles a los niños una educación de calidad en la que se procure cuidar el desarrollo emocional y afectivo de los pequeños. De lo contrario, se les estará impidiendo disfrutar y alcanzar una felicidad y satisfacción plena, pues, tal y como afirma la siguiente frase:

“La felicidad no es la ausencia de problemas, sino la capacidad de lidiar con ellos”.

Así pues, hay que enseñar a los pequeños a no tener miedo a los problemas y a adquirir las habilidades suficientes para poder superarlos y hacerles frente de la mejor manera posible.


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