Las compañías de los niños siempre ha sido un tema que ha preocupado mucho a todos los padres. Se dice que “las malas compañías echan a perder los hábitos útiles”, y es totalmente cierto. Pero también es cierto aquello de que “el que anda con personas sabias se hará sabio”.
Cuando hablamos de sabios, no estamos hablando de personas inteligentes. La sabiduría es la capacidad de tomar decisiones basadas en lo aprendido en la vida; en este caso, en lo que los papás han enseñado a sus hijos.
A todos los padres les gustaría tener un hijo “sabio”. Pues bien, para ello será de gran ayuda que se rodee también de personas sabias, o dicho de otro modo, de personas que sepan tomar buenas decisiones.
Pero los niños no saben distinguir esto y seguro que van a valorar cosas más superficiales a la hora de escoger amigos. Ahí es donde entra en juego el importante papel que cumplen los padres en este aspecto.
La disciplina es más que unas nalgadas o un conjunto de frases como “no hagas eso” o “suelta aquello”. La disciplina es como la vara a la que se atan las rosas para que crezcan rectas. Debes usar esa vara simbólica para que tus hijos vayan por el camino recto. Ahí se incluye enseñarles a escoger buenos amigos.
Qué es un amigo verdadero
Está claro que cuando los niños son pequeños, escogen amigos del colegio o del vecindario y a veces, con el paso del tiempo, esas amistades no perduararán. Pero es importante que desde bien pequeños les muestres los valores que deben buscar en los que serán sus amigos; así cuando sean adultos se rodearán de personas que les ayudarán a ser mejores.
- Un amigo verdadero no le da rienda suelta a sus emociones cuando cometes un error. Las personas que se encolerizan y lo demuestran cuando otros hacen algo que no les agrada, no serán buenos amigos. No importará si son divertidos o guapos, mostrar malos sentimientos y actitudes harán a la larga que quienes le rodean se sientan mal.
- Un amigo verdadero dará buenos consejos. Es importante que enseñes a tus hijos que los buenos amigos dan buenos consejos y que estos a veces no pueden provenir de amigos de su misma edad. Enseña a tu hijo que la amistad no tiene edad. Que si bien es cierto, hay que buscar amigos de la misma edad para salir o hacer cosas que la edad requiera, también se pueden tener amigos de mayor edad que hagan las veces de confesores y consejeros.
- Un amigo verdadero no te insistirá ni obligará a nada que tú no quieras hacer. Cuando se llega a la adolescencia, con ella viene de la mano la presión de grupo. A veces, esta presión proviene de aquellos que dicen ser amigos, pero un amigo verdadero no te obligará ni te insistirá a hacer algo que tú no quieras hacer.
- Un amigo verdadero te ayudará a ser mejor persona. Cuando nos gustan cualidades, actitudes o gestos de algunas personas tendemos a imitarlos. Normalmente, nos gustan buenas cualidades y cuando las imitamos nos hacemos mejores. Un buen amigo gozará de esas buenas cualidades y por tanto te ayudará a ser mejor.
- Un amigo verdadero estará siempre ahí. No importa cuántas tempestades azoten tu vida o cuántos errores cometas; un amigo verdadero estará siempre a tu lado. Algunos dirán con palabras que te aman y que siempre estarán ahí, pero el amigo verdadero te lo demostrará con hechos.
Existen amigos dispuestos a hacerse pedazos, pero existe un amigo más apegado que un hermano
–Proverbio bíblico-
Un amigo verdadero siempre ayudará a tu hijo a ser mejor y lo empujará a alcanzar sus metas y sueños. Enseña a tu hijo que en una amistad no importa las superficialidades. No importa si alguien es guapo o feo, gordo o delgado, alto o bajo, joven o mayor. Lo que importará a la hora de elegir un buen amigo es el interior: las bellas cualidades y sentimientos.
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