¿En qué consiste el parto velado?

El parto velado, más allá del mito de que representa un problema para el bebé, es un acontecimiento muy interesante. Descubre en qué consiste.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 28 febrero, 2023

Cuando se habla de parto velado, quien no conozca el término, puede pensar que se trata de una anomalía o trastorno que se origina durante el nacimiento de un niño. En cambio, aquellos que ya han escuchado la expresión quizás consideren que, tal y como ha llegado a sus oídos, el parto velado es un acontecimiento rodeado de misticismo.

A ti, que no crees ni lo uno ni lo otro porque prefieres investigar y, en este caso, no dar riendas sueltas a la imaginación, te explicamos exactamente lo que es. El parto velado es un hecho que, si bien sucede en muy contadas ocasiones, tiene lugar como cualquier otro evento poco usual que pueda ocurrir durante el nacimiento de un bebé.

El parto velado, para la madre que lo experimenta y su bebé, prácticamente no tiene efecto alguno; para los médicos que lo presencian, en cambio, resulta algo mágico.

¿Qué es el parto velado?

Se conoce como parto velado al nacimiento en el cual el bebé sale del útero (generalmente por el canal del parto) rodeado por la bolsa de líquido amniótico. Dicha bolsa cumple con múltiples funciones durante el embarazo como la protección del bebé contra traumatismos e infecciones. Además, facilita la movilidad dentro del útero y el desarrollo músculo-esquelético.

En este tipo de alumbramiento, a diferencia de lo que suele suceder de manera común, el saco no se rompe y quienes atienden el parto tienen la oportunidad de ver, por algunos segundos, al bebé dentro del líquido amniótico tal y como si estuviera todavía dentro del vientre de su madre.

¿Qué otros nombres se le otorgan a este tipo de nacimiento?

Además de parto velado, a este tipo de acontecimiento en la cultura popular se le conoce con los apelativos de nacer con velo, nacer enmantillado, con el manto de la virgen, con zurrón o con toquilla.

El hecho de nacer ya es suficiente regalo como para ser feliz y sentirse dichoso la vida entera. Quien goza de vida, goza también de todo lo que ella tiene preparado para brindarle.

¿El parto velado puede acarrear algún peligro al bebé?

Siempre y cuando los médicos rompan la bolsa instantes después del nacimiento para pinzar el cordón umbilical y provocar la respiración, el niño no tiene por qué sufrir ningún tipo de peligro.

Cualquier trastorno que tenga al nacer lo podría haber padecido igual si el saco amniótico se hubiera roto antes del alumbramiento.

¿Esta condición le ofrece algún beneficio al recién nacido?

La realidad es que ninguno. Antiguamente se creía que nacer dentro del líquido amniótico protegía al niño de la acción de los patógenos externos por mucho más tiempo; pero en la actualidad se sabe que esto no es más que un mito.

Además, la permanencia del bebé dentro del saco amniótico es sumamente corta desde el momento en que sale al exterior, y el “velo” que lo cubre por segundos no lo inmuniza contra las infecciones que pueda coger después.

La bolsa amniótica como protagonista del parto velado

La bolsa o saco amniótico es la responsable de cubrir y proteger al feto durante la gestación. Estudios afirman que esta bolsa está constituida por dos membranas resistencias, el amnios y el corion en el interior y el exterior respectivamente. Estas dos capas están rodeadas de fibras de colágeno y elastina que le brindan gran elasticidad al saco amniótico.

De esta forma, el bebé puede desarrollarse en su interior flotando en un fluido rico en varios nutrientes, llamado líquido amniótico. Este último se forma a partir del plasma sanguíneo de la madre durante el primer trimestre. Más adelante, el mismo se constituye en gran medida de la orina fetal, hasta alcanzar un volumen promedio de 800 mililitros.

En general, la bolsa amniótica favorece al crecimiento muscular y esquelético del feto, gracias a que este puede moverse con cierta libertad en el interior. Además, está preparada para frenar cualquier lesión o agente dañino del exterior. Es común que la misma se rompa al momento del nacimiento, pero en caso contrario es cuando ocurre el parto velado.

¿Es recomendable la amniotomía en el parto velado?

La amniotomía es un procedimiento médico cuyo es objetivo es producir la ruptura artificial de las membranas fetales. En este sentido, investigaciones recomiendan a la profesionales reservar este procedimiento para casos excepcionales y evitar su aplicación sistemática.

En el caso del parto velado, la bolsa amniótica se debe romper una vez que el bebé esté fuera de la madre. Esto con el objetivo de que el recién nacido puede dar sus primeras respiraciones. En ocasiones, se puede observar como el bebé se mueve y trata de romper el saco amniótico.

¿Con qué frecuencia ocurre un parto velado?

El parto velado es poco frecuente. A pesar de que no existen estudios que lo avalen, se cree que ocurre en 1 por cada 80 000 partos. Por lo general, la ruptura de la bolsa antes de dar a luz es lo más común, y es uno de los indicios que tiene la madre para saber que ha llegado el momento del alumbramiento.

Por otra parte, el parto velado es más habitual cuando se produce un parto vaginal que un parto por cesárea.

El nacimiento de un ser humano, sea y como sea, es uno de los sucesos más increíbles del universo.

¿Por qué algunas personas consideran mágico este tipo de nacimiento?

De hecho, hay quien atribuye a este tipo de alumbramiento incluso un toque religioso. Esto se debe, precisamente, a la poca asiduidad con que se produce.

Quienes lo presencian sienten como si estuvieran por un instante dentro del útero materno para contemplar y disfrutar del comportamiento de un bebé que, si se permite, aún “no ha nacido”.

Se dice que el parto velado es un acontecimiento extraordinario e incomparable donde puede verse el comienzo de la vida de un ser humano de forma patente.

Antaño se creía (y algunas culturas todavía lo consideran así) que un bebé que nacía de esta manera tendría una protección espiritual en el futuro; por lo que desde ese momento era, y sería, sumamente dichoso.

No obstante, hoy se sabe -y la mayoría lo cree de esta manera-, que el parto velado no es más que un capricho de la ciencia; un evento que, como curiosidad al fin, puede generar supersticiones y opiniones de todo tipo.


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