El efecto Pigmalión en los niños

Para bien o para mal, lo que los niños oyen y ven de sus padres puede condicionar en gran manera su autopercepción. ¿Cómo construir una autoestima saludable en los pequeños?
El efecto Pigmalión en los niños
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Fernando Clementin

Última actualización: 01 junio, 2020

¿Qué tan influyente consideras que resultan las expectativas y actitudes de los adultos con respecto a sus hijos? A continuación, analizaremos de qué se trata el efecto Pigmalión en los niños, que está ligado justamente a la incidencia de los padres en el rendimiento de los niños.

El efecto Pigmalión en los niños fue descubierto a fines de la década del 60: cuando se estudió cómo los maestros regulaban su esfuerzo de acuerdo a la información que se les daba de antemano sobre cada alumno. También se examinó el éxito de sus métodos en cada caso.

Este fenómeno recibe este particular nombre en honor a un antiguo escultor de Chipre llamado así. Cuenta el mito que, Pigmalión tenía una estatua llamada Galatea, a quien trataba como a una mujer real. Una noche, por la gracia de la diosa Afrodita, la obra del escultor tomó vida. Las esperanzas de Pigmalión, quien confiaba en que eso pasaría, se habían cumplido.

Entonces, para referirse a la trascendencia que pueden ejercer las personas en otras de acuerdo a la confianza que depositan en los demás y lo que esperan de ellos, se creó el nombre de efecto de Pigmalión.

¿Cómo influye el efecto Pigmalión en los niños?

No es nada nuevo que los niños ven en sus padres, y también en sus profesores, modelos a seguir. Por ese motivo, las palabras, gestos y demostraciones de seguridad y confianza de ellos hacia los pequeños puede tener una enorme influencia en sus resultados.

En realidad, la explicación de fondo es mucho más sencilla de lo que podamos creer: los niños aprenderán a verse a sí mismos según cómo nosotros les enseñemos a hacerlo. Si desconfiamos de sus capacidades y, mucho peor aún, si se los hacemos ver explícitamente, sus chances de lograr el éxito en diferentes ámbitos disminuirán sensiblemente.

El efecto Pigmalión en los niños afecta transversalmente las actividades en las que se evidencia la autoestima del chico. Por tanto, puede manifestarse en sus diferentes campos de acción:

  • Durante su periplo educativo.
  • En las actividades deportivas, artísticas o de cualquier tipo.
  • En su relación con su entorno —padres, hermanos, amigos, profesores, etcétera.
Los nombres bíblicos para niños transmiten diferentes cualidades.

¿Qué acciones de los adultos influyen en los niños?

Si te preguntas qué acciones cotidianas de los mayores contribuyen a fomentar o a aplacar la confianza de los pequeños, aquí te enumeramos algunas:

  • Lenguaje: tanto el tono como las palabras mismas son determinantes para expresar los sentimientos hacia los demás; los niños son muy persuasivos y reconocen la desconfianza o las dudas que transmitas.
  • Gestos: el lenguaje no verbal es tanto o más importante como las palabras que pronunciamos.
  • Atención: los niños notarán que te esforzarás más por ayudarlos o aconsejarlos en esas actividades en las que los consideras buenos; por el contrario, la atención cuando tus expectativas sean bajas también serán menores.
  • Participación: un punto muy relacionado a lo anterior. Si vas a sus partidos cuando crees que ganará y no asistes cuando no confías en sus posibilidades, sentirá esa falta de seguridad.
  • Exigencia: cuanto más bajas sean tus expectativas, te conformarás con menos esfuerzo de su parte. Y esto se nota.

“El efecto Pigmalión en los niños afecta transversalmente las actividades en las que se evidencia la autoestima del chico”

Consecuencias negativas del efecto Pigmalión

Por más que les digamos una y otra vez que confiamos en ellos y que los creemos capaces, los niños pueden notar si esto es verdad en nuestros gestos y acciones. Entonces, si no respetamos su espacio, si resolvemos todos sus problemas y no delegamos absolutamente ninguna responsabilidad sobre sus espaldas, interpretarán que no los creemos lo suficientemente aptos como para afrontar estas tareas.

Esto puede ir más allá: si tomamos decisiones sobre su presente o futuro sin siquiera consultarles, podríamos hacer un daño grave a su autovaloración. Esto incluye desde las cuestiones cotidianas, como qué remera quiere ponerse, hasta las más relevantes, como asistir a tal o tal colegio o hacer determinado deporte.

¿Cómo pueden llegar a sentirse en su relación con los demás si ni siquiera sus propios padres valoran su opinión o les dejan hacerse cargo de sus responsabilidades?

El lado bueno del efecto Pigmalión

Un aspecto clave para sacar provecho del efecto Pigmalión en los niños es detectar su potencial y estimularlos para que lo aprovechen al máximo. Sin dudas, esto resultará mucho más productivo que criticarlos por aquello que no saben hacer bien. Este proceso, sin embargo, siempre debe hacerse con la intención de que sean ellos mismos quienes descubran lo que les gusta y lo que hacen bien.

La confianza y la valoración de sus avances son también muy importantes. Esto brindará a los niños la motivación para seguir adelante con sus esfuerzos; además, ratificará la creencia de que, efectivamente, son capaces de cumplir sus metas.

Cuidado: todo esto no quiere decir que debemos engañarlos y hacerles creer que son capaces de todo. Las limitaciones y los fracasos existen y todos nos topamos en ellos; el secreto reside en hacerles entender que hay que esforzarse para superarlos.

En conclusión, el efecto Pigmalión en los niños es un arma de doble filo. Así como puede ser una importante herramienta de crecimiento, también puede poner un techo muy difícil de superar para ellos. De tu actitud hacia ellos dependerán los resultados.


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