7 ejercicios para niños con TDAH

Estimular la atención y la concentración en los niños con TDAH puede resultar complejo. Sin embargo, con los ejercicios apropiados, esto es posible. Te damos algunas ideas.
7 ejercicios para niños con TDAH
Andrés Felipe Cardona Lenis

Revisado y aprobado por el licenciado en educación física y deportes Andrés Felipe Cardona Lenis.

Última actualización: 22 febrero, 2022

Los ejercicios para los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) sobresalen como una alternativa importante para mitigar los síntomas de esta patología. A pesar de tratarse de un tema delicado, es posible que algunas de estas actividades formen parte de los planes de tratamiento habituales.

Generalmente, el TDAH se caracteriza por la falta de atención, la impulsividad y la hiperactividad, cuestiones que dificultan el aprendizaje y la regulación de la conducta. Sin embargo, con las estrategias adecuadas es posible ayudar a los pequeños con este diagnóstico a adaptarse mejor a las distintas circunstancias.

Algunos ejercicios recomendables para los niños con TDAH

El objetivo principal de los ejercicios para niños con TDAH se centra en captar la atención y modificar las conductas propias del trastorno. No obstante, la mayoría de estas actividades deben adaptarse a las capacidades físicas y psicológicas de cada niño, pues no todos los pequeños con la misma patología son iguales.

A continuación, te enseñaremos algunas actividades que tus hijos deben realizar bajo tu compañía o la de su profesor encargado. Más allá de supervisarlos, la idea es motivarlos para que sientan ganas de realizarla y de no abandonarla rápidamente. ¡Toma nota!

1. Separar elementos

juego de aparear por colores los objetos
La clasificación de los objetos según una característica determinada es una buena forma de ejercitar la espera, la atención y la memoria.

La actividad de separar elementos coloridos y llamativos es una buena estrategia para captar la atención de los niños con TDAH. Para lograr resultados óptimos es fundamental conocer los gustos de cada pequeño (los animales, las plantas, los coches) y utilizar el objeto indicado.

Una vez se encuentren listos los elementos, los infantes deben separarlos entre sí por categorías, como colores o tamaños. Esta labor requiere de un momento de atención sostenida y de concentración.

2. Colorear espacios determinados

¿Has notado cómo disfrutan los niños al colorear cualquier tipo de dibujo? Este ejercicio no solo favorece la concentración, sino que además estimula ciertas capacidades, como la ubicación espacial y la motricidad fina.

Lo único que deben hacer los niños es elegir sus colores preferidos y pintar el dibujo a su manera. Si deseas aumentar la dificultad del reto, puedes asignarle los colores según la zona del dibujo o el segmento del personaje a colorear.

3. Mover el cuerpo en cámara lenta

Uno de los ejercicios para niños con TDAH más complejo y más entretenido es el movimiento en cámara lenta.

Llevar a cabo esta actividad cuando se padece hiperactividad es un tanto difícil. Sin embargo, trabajar este tipo de ejercicio de manera regular y por segmentos corporales puede contribuir a contrarrestar los síntomas del trastorno.

Debes ser paciente y proponérselo al menor en diferentes ocasiones o contextos, así como realizarlo de forma individual o grupal.

4. Hacer el eco

El eco es un juego comunitario muy divertido, en el cual deben participar varios niños (por lo menos 3).

Uno de los participantes debe decir una palabra y el resto de niños debe repetir únicamente la última silaba, como si emularan el sonido del eco que produce.

Este ejercicio se encarga de estimular la atención, la concentración y el trabajo en equipo. Por todo esto se encuentra entre las recomendaciones para niños con TDAH.

5. Observar los detalles

Los ejercicios propios del mindfulness también pueden ser realizados por los niños con TDAH. En este caso, te aconsejamos realizar una caminata enfocada en observar los detalles del entorno.

Implementa un recorrido por un camino reconocido por el niño e incentívalo a identificar los distintos objetos y a recordarlos al volver a casa. Al llegar, pregúntale lo que vio y motívalo a aumentar su repertorio cada vez más.

Esta actividad destaca como una forma de estimular la atención, la concentración y la memoria.

6. Ir de safari

El ejercicio de safari es muy similar al expuesto anteriormente, aunque en este caso no es necesario realizar un recorrido por un camino ya conocido, sino hacerlo por un lugar mucho más natural.

Puede ser un parque o un sendero ecológico ubicado en las montañas. La idea es que haya diferentes tipos de animales, los cuales emitan sonidos característicos que los niños puedan reconocer.

Al final del recorrido, puedes hacerle al pequeño algunas preguntas de retroalimentación acerca de lo oído. La clave es que los enunciados sean cortos y concisos, como cuántos pájaros escuchó o qué tipo de animales habitan esa zona.

Niño en una excursión de geología.
Proponerle al niño actividades en distintos escenarios lo motiva a experimentar y a alcanzar nuevos desafíos.

7. Acomodar los objetos

Los ejercicios de acomodar los objetos requieren un alto grado de concentración y de memoria.

La idea es que los niños con TDAH se tomen un tiempo determinado para observar de qué manera se encuentran acomodados los objetos. Luego, tú o la maestra deben desacomodarlos y pedirles que los vuelvan a colocar en el mismo sitio de antes. Al igual que con la observación, el tiempo para realizar este último paso estará pautado.

¿Son útiles los ejercicios para niños con TDAH?

Probablemente, no todos los ejercicios expuestos anteriormente sean útiles para todos los niños con TDAH. No obstante, algunos de ellos pueden ayudar a tus hijos a captar su atención.

Tu objetivo como madre se centra en buscar cuál de estas actividades favorecen en mayor medida a tus pequeños y comenzar a implementarlas en una rutina semanal. Además, recuerda que las actividades deben adaptarse a las capacidades cognitivas y psicomotoras de cada infante.

Por último y no menos importante, las órdenes o las instrucciones de los ejercicios deben ser explicadas con paciencia y con mucha calma. Procura utilizar un lenguaje sencillo y no aturdirlos ni confundirlos. Cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje.


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