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Cómo educar a niños distraídos

5 minutos
Para ayudar a los niños distraídos a que terminen sus tareas, puedes orientarlos en priorizarlas. Lo que queda pendiente, puede anotarlo e y resolverlo de manera gradual.
Cómo educar a niños distraídos
Última actualización: 14 febrero, 2023

Hoy en día, dedicarle atención sostenida a un asunto es todo un desafío. Estamos expuestos de manera permanente a diferentes estímulos, algunos de los cuales son muy llamativos. A todos nos sucede, pero quizás sea algo más complejo en el caso de los menores al momento de concentrarse, estudiar o resolver alguna actividad. En las próximas líneas, te brindamos algunas claves para educar a los niños distraídos.

Claves para educar a niños distraídos

A continuación, podrás encontrar algunas de las recomendaciones a tener en cuenta para acompañar la educación de un niño distraído.

Sobre la organización

Algunas recomendaciones sobre cómo organizar las actividades para los niños distraídos son las siguientes:

  • Establece rutinas: es importante que intentes mantener algunos horarios y actividades estables. De esta manera, el niño podrá adquirir hábitos y manejarse dentro de cierta organización.
  • Aprende a identificar a qué cosas le presta atención: reconocer cuáles son aquellos estímulos que le resultan interesantes. En este sentido, si suele interesarse por los sonidos, puedes buscar estrategias que los prioricen para lograr captar la atención y que lo que quieres transmitir sea atractivo.
  • Has pedidos breves con consignas claras: cuando quieras pedirle algo a tu hijo, debes hacerlo con mensajes puntuales, concisos e incorporar información de manera gradual. De este modo, es menos probable que se disperse.
  • Encuentra métodos de soporte para que recuerde sus actividades: de acuerdo con la edad del niño, juntos pueden elegir formas que le sirvan de disparador. Por ejemplo, hacer anotaciones en alguna pizarra, llevar una agenda o poner alarmas, entre otras.
  • Prioriza las tareas: dado que su atención puede estar más dispersa, es fundamental que tu hijo empiece a resolver las tareas de lo más complejo a lo más simple. Es decir, desde aquello que le demanda más esfuerzo hacia lo que menos atención necesita. De esta manera, cuando empiece a distraerse, ya habrá finalizado lo más importante.
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Es importante tener en cuenta que a veces no se trata simplemente de distracciones. También, puede haber alguna alteración como el Trastorno de Déficit de Atención.

Sobre el entorno y el descanso

Apunta algunas recomendaciones referidas a cómo ordenar su espacio.

  • Facilita un entorno libre de estimulación constante. Por ejemplo, si tu hijo tiene que hacer la tarea escolar, es importante que pueda hacerlo en un sitio sin distracciones. Este debe ser un lugar en el que no haya circulación y que no cuente con televisión o videojuegos.
  • Procura que tome recreos y descansos. Entre tarea y tarea, es importante que puedan encontrar algunos minutos de pausa. Ya sea para moverse un poco, para alimentarse o para ir al baño, entre otras. Esta es una forma de desconectar para volver a conectar luego.

Por último, ten en cuenta que puede haber alguna otra situación de fondo, como por ejemplo el Trastorno de Déficit de Atención. En este caso, es bueno observar el comportamiento del niño a lo largo del tiempo y consultar con un profesional en caso de que existan dudas. Así, también podrás brindarle una intervención acorde con lo que necesita.

Revisar el propio rol como educadores

Además de apuntar las recomendaciones para acompañar a un niño distraído, es importante que puedas repensar tu rol como guía. Por un lado, la atención de los menores depende de la edad y de su madurez. En este sentido, también debes ser consciente de la complejidad de los pedidos que les realizas y del tipo de expectativas que tienes sobre ellos. A veces, su distracción se debe a que no son capaces de comprender un pedido o lo que le señalas.

A su vez, puedes observar su comportamiento y hacerte algunas preguntas: ¿siempre se distrae?, ¿es igual en todas las situaciones o solo en determinada clase?, ¿es posible que alguna situación en particular lo afecte? También, debes evitar ser la fuente de interrupciones. Por ejemplo, cuando hace las tareas, evita pedirle que vaya a poner en orden su habitación. Aun cuando le indiques que puede hacerlo después, en su cabeza, ya hay una distracción.

Por último, ser un buen ejemplo de atención y concentración también sirve. Si tus hijos te hablan, entonces mantén una escucha proactiva y exclusiva. Evita el uso del móvil o que te tenga que seguirte por la casa para decirte algo, mientras realizas múltiples tareas en simultáneo. De este modo, también lo ayudas a focalizar y a resolver una tarea de principio a fin.

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El hecho de que un niño sea distraído no quiere decir que no pueda hacer cosas por sí mismo. En ocasiones, nos centramos en ese aspecto y dejamos de lado sus aptitudes.

Que el ser distraído no sea el centro de atención

Muchas veces, cometemos el error de ocuparnos demasiado de aquella dificultad que tiene el niño y perdemos de vista todas sus fortalezas. Simplemente, se trata de ayudarlo a encauzar su atención y de adecuarnos al modo en que trabaja.

También, debemos evitar la sobreprotección y resolver sus asuntos. Más bien, hay que dedicar tiempo para fortalecer su compromiso y su responsabilidad. Por último, que un niño sea distraído no quiere decir que lo vaya a ser por siempre. Seguramente, con la ayuda adecuada, podrá superarse. De modo que hay que evitar frases como «tú no porque te distraes» o «no te lo pido a ti porque siempre te olvidas», entre otras.


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  • Bilbao, Alvaro (2015) El cerebro del niño explicado a los padres. Plataforma Actual.

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