Educación para una ciudadanía mundial

La educación para una ciudadanía mundial tiene relación con la formación de individuos que desarrollen un pensamiento global con capacidad de reflexionar sobre problemas mundiales. En este artículo conoceremos más sobre qué trata el concepto de ciudadanía mundial y cómo debe ser una educación en esta dirección.
Educación para una ciudadanía mundial
María Matilde

Escrito y verificado por la pedagoga María Matilde.

Última actualización: 03 diciembre, 2019

Según la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) una educación para una ciudadanía mundial es imprescindible para conseguir un mundo pacífico y basado en un desarrollo sostenible. En este sentido, establece una serie de lineamientos, estrategias y acciones para que las instituciones de educación y otros ámbitos de educación no formal las pongan en marcha.

Así, educar para una ciudadanía mundial requiere que, desde tempranas edades, se enseñe para aprender a reflexionar sobre problemas globales fundamentales. Con lo cual, temas como la paz, los derechos humanos, el medio ambiente o la violencia deben ser pensados y repensados en las prácticas escolares.

Características y objetivos de una educación para una ciudadanía mundial

Frente a un mundo cada vez más globalizado, la educación debe formar en una nueva noción de ciudadanía. Es decir, una ciudadanía que trascienda el concepto de ciudadano relacionado solamente con un país. Una ciudadanía nacional con preocupaciones vinculadas con el Estado pero, además, con una conciencia más global.

Mapamundi hecho con personas para representar la educación para una ciudadanía mundial.

Hablamos, entonces, de una educación que proporcione herramientas para el desarrollo de una ciudadanía entendida como mundial, y vinculada con un sentido de pertenencia a una humanidad común. 

Así, sobre la consideración de una humanidad común, se establece el objetivo principal de una educación para una ciudadanía mundial, que no es otro que inculcar valores como la solidaridad, la justicia y la paz, y la aceptación de la diversidad. Además de propiciar actitudes y comportamientos de responsabilidad, compromiso, creatividad e innovación, respecto a problemas globales con una interdependencia entre el nivel local, nacional y mundial.

Dimensiones de la educación para una ciudadanía mundial

Las dimensiones conceptuales básicas sobre las que se asienta una educación para la ciudadanía mundial comprenden tres ámbitos de aprendizaje interrelacionados. Estos ámbitos son los siguientes:

Cognitivo

Se trata de la comprensión y adquisición de conocimientos relacionados con problemas mundiales, nacionales, regionales y locales, así como poder reflexionar sobre ellos con una mirada crítica.

Socioemocional

Hace referencia al aprendizaje emocional sobre la solidaridad, respeto, tolerancia y empatía por lo diferente como condición para desarrollar el sentido de pertenencia a una humanidad común y basada en la diversidad.

Conductual

Es el desarrollo de actitudes y acciones eficaces de responsabilidad y compromiso. Estas actitudes, basadas en la dimensión socioemocional, pueden promover  la construcción social de un mundo más pacífico, justo, inclusivo y sostenible.

Procesos de aprendizaje para el desarrollo de una ciudadanía mundial

A nivel de las prácticas escolares, el aprendizaje de una ciudadanía mundial requiere de:

  • Educadores que planifiquen experiencias de aprendizaje para que los alumnos desarrollen un pensamiento crítico e indagador, y que sirvan de guías y facilitadores en estas experiencias.
  • Situaciones de enseñanza-aprendizaje en las que los alumnos adquieran conocimientos y desarrollen habilidades, valores y actitudes de compromiso con el cambio y con la mejora. Tanto a nivel social como personal.
    Monumentos de todo el mundo.
  • La promoción de relaciones afectivas sanas, inclusivas, tolerantes y respetuosas. Es decir, la sensibilidad y empatía con otras formas culturales, costumbres y modos de vida.
  • La creación de espacios para el debate, el dialogo y la discusión sana, fomentando la participación y la deliberación sobre temas complejos y de actualidad.
  • La utilización de metodologías pedagógicas adecuadas con los objetivos de enseñanza, como el aprendizaje colaborativo basado en proyectos o el aprendizaje basado en experiencias.
  • El trabajo directo o que posea relación con temas actuales y cruciales. Temas como los derechos humanos, la igualdad de género, la inclusión o la problemática inmigratoria.
  • Se apliquen estrategias de evaluación acordes con los objetivos de una educación para una ciudadanía mundial. Es decir, herramientas de evaluación como la reflexión, la retroalimentación o la autoevaluación.

Por último…

Una educación para la ciudadanía puede planificarse como un tema transversal en la programación curricular. Pero puede también estar integrada con diferentes asignaturas o ser tratada como un tema o materia por separado.

De todos modos, es fundamental que una educación para una ciudadanía mundial esté presente en todos los niveles educativos, primario, secundario, universitario y de adultos, de forma tal que esta educación se constituya en un aprendizaje a lo largo de toda la vida.


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