La erupción de las piezas dentarias tiene un ritmo y un orden propio. Es decir, que varia entre una persona y otra. No obstante, existen edades aproximadas para estimar cuando salen las muelas, las cuales reflejan lo que le sucede a la mayoría de los niños.
Estar atentos a estos acontecimientos tan importantes para la boca resulta muy beneficioso para garantizar su salud. Al saber de antemano a qué se enfrentan, los padres se ocupan mucho mejor del cuidado de las nuevas piezas dentarias.
La erupción de las muelas de leche
Los dientes de leche comienzan a salir entre los 6 y los 8 meses del bebé. En algunos casos puede comenzar antes o después, pues como ya dijimos, esto depende del ritmo de crecimiento de cada niño.
En general, los primeros dientes que aparecen son los incisivos centrales inferiores y luego, los incisivos superiores y los laterales de ambas arcadas.
Una vez que los pequeños tienen estas 8 piezas en sus bocas, suele producirse un período de descanso de 4 a 6 meses. Finalizado este lapso, inician la fase de erupción las muelas y los colmillos.
Aproximadamente, este fenómeno ocurre alrededor de los 12 a 18 meses de edad y el primero en salir es el primer molar (superior e inferior). El segundo molar de ambas arcadas suele aparecer cerca de los 2 años y los caninos erupcionan entre los 15 y los 24 meses.
En general, la mayoría de los infantes cuenta con sus 20 dientes de leche para su tercer cumpleaños.
¿A qué edad salen las muelas permanentes?
Los dientes de leche permanecen en la boca del niño hasta los 5 o 6 años. En este momento, comienza la etapa del recambio dental y son reemplazados por sus sucedáneos permanentes.
El orden del recambio suele mantener el mismo patrón de la aparición: empieza con los incisivos y continúa con el resto de las piezas. De esta manera, las muelas de leche caen alrededor de los 10 a 12 años y son reemplazadas por los primeros y segundos premolares definitivos.
Pero la erupción de las muelas permanentes no requiere de la caída de las transitorias, ya que se ubican por detrás de la última pieza de leche. Esto ocurre alrededor de los 6 años (para el primer molar) y de los 12 años (para el segundo).
Las últimas muelas en aparecer son las cordales o muelas de juicio. Su erupción ocurre entre los 18 y 21 años de edad, aunque en muchas personas nunca aparecen.
La importancia del primer molar permanente
El primer molar permanente es uno de los elementos dentarios más importantes de la boca, ya que su correcto desarrollo favorece a la adecuada oclusión. Cuando las piezas dentarias superiores se relacionan de forma apropiada con las inferiores, la boca puede cumplir sus funciones correctamente.
Muchas veces, la erupción de esta muela suele pasar desapercibida, ya que en general no hay molestias como ocurre en los bebés. Y al no requerir la caída de ningún diente para salir, aparece de manera silenciosa.
Debido a esto y a su ubicación en el fondo de la arcada dentaria, el primer molar no recibe la atención que merece y es bastante frecuente que su higiene no sea la adecuada. En consecuencia, las caries aparecen muy seguido y esto favorece al deterioro temprano de una pieza que nos acompañará de por vida.
El cuidado de las muelas
Los molares son las piezas dentarias encargadas de machacar, triturar y masticar los alimentos. Por este motivo, tienen un gran tamaño y una superficie irregular, con fisuras, puntos y arrugas.
Las características anatómicas de las muelas y su ubicación hacen que su higiene resulte mucho más difícil que con los dientes. En consecuencia, se acumula la placa bacteriana que predispone a la aparición de caries.
El cepillado de dientes es una forma muy eficaz para prevenir este problema de salud bucal. Debe realizarse desde la aparición de los primeros elementos dentarios, con un cepillo de cerdas suaves y pasta dental fluorada en las cantidades adecuadas. Además, debe complementarse con el hilo dental, al menos una vez al día.
Los adultos deben realizar el cepillado de sus niños hasta que ellos mismos lo puedan hacer bien, lo que ocurre alrededor de los 6 a 8 años. Luego, deben continuar con la supervisión de esta labor.
El cuidado de la dieta también es un punto muy importante para la salud bucal del pequeño. Limitar el consumo de azúcar y alimentos ultraprocesados repercute de manera positiva en la cavidad oral.
Finalmente, las visitas al odontopediatra son igual de importantes y deben comenzar en el primer año de vida. Durante las mismas, el profesional asesora a los padres sobre los cuidados de la boca de los pequeños, según su edad y sus necesidades particulares. Además, puede detectar a tiempo cualquier problema y tratarlo antes de que este se complique.
Para el cuidado de los molares permanentes, el dentista puede utilizar selladores de fosas y fisuras o realizar tratamiento tópicos con flúor. Todas estas son medidas preventivas, que mejoran las características naturales de estos elementos y reducen el riesgo de caries.
Es importante mantenerse atento a la edad en la que salen las muelas
Conocer el momento estimado de aparición de estas pizas permite a las familias prepararse para ofrecer los cuidarlos adecuados. Tener muelas sanas ayuda a que la boca de los niños se desarrolle sin problemas.
Con un acompañamiento responsable, lograrás que tus pequeños tengan una sonrisa bonita y sana.
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