Dislexia infantil: síntomas, causas y tratamiento

La dislexia infantil es un trastorno del aprendizaje que, de no tratarlo de forma temprana, puede convertirse en un problema para el rendimiento de los niños.
Dislexia infantil: síntomas, causas y tratamiento
Mara Amor López

Escrito y verificado por la psicóloga Mara Amor López.

Última actualización: 18 abril, 2024

Hay niños con dislexia a los que les cuesta seguir la clase con normalidad. Debido a esto, la mayoría tiene un bajo rendimiento que también afecta a su autoestima. Existen distintos tipos de trastornos de aprendizaje, pero nos vamos a centrar en la dislexia infantil.

La dislexia puede aparecer en diferentes momentos del crecimiento de una persona, desde la niñez, la etapa escolar e incluso en la edad adulta. En el caso de los niños, tienen dificultades para leer y escribir, aunque sean inteligentes y quieran aprender.

A pesar de que este trastorno crónico se puede detectar de manera temprana y, con un programa especial en el colegio, los pequeños pueden llegar a tener un rendimiento escolar satisfactorio sin que sea detectado.

¿Qué es la dislexia infantil?

La dislexia infantil está enmarcada dentro de los trastornos del aprendizaje de la lectoescritura y según una investigación llevada a cabo en la Universidad de Zaragoza, por ejemplo en España se estima que el 10% de la población tiene dislexia. Esta consiste en una manifiesta dificultad para leer y escribir hasta el punto de suponer el 80% de los trastornos asociados al aprendizaje.

Está producida por problemas a la hora de identificar los sonidos cuando se habla y la comprensión de cómo se relacionan estos sonidos con las letras y las palabras. Este trastorno, también llamado «dificultad en la lectura», afecta a las zonas del cerebro que se encargan del lenguaje.

Los pequeños con este trastorno en muchos casos tienen una inteligencia y visión normal, por lo que pueden tener éxito en el colegio con la ayuda de un programa escolar especializado y un tutor. El apoyo emocional también juega un papel clave. Aunque la dislexia infantil persista en el tiempo, resulta crucial una evaluación temprana para poder intervenir cuanto antes y obtener los mejores resultados.

 «La dislexia no hay que curarla ni corregirla, sino prevenirla y reeducarla».

Filóloga Marta Copete Andrade



Síntomas de la dislexia infantil

La dislexia se puede manifestar de forma muy variada y su intensidad dependerá de la edad del niño. Algunas funciones que se pueden ver afectadas son la motricidad, el vocabulario, la memoria, la percepción y el habla. Los síntomas son complicados de detectar en los niños de preescolar, pero se hacen más fáciles de diagnosticar de la etapa escolar en adelante.

Esto es, porque se trata de un trastorno del aprendizaje de origen neurobiológico que afecta sobre todo a la lecto-escritura, como lo señala una investigación desarrollada en la Universidad de Sevilla. Así pues, vamos a ver algunos de los síntomas que se dan con más frecuencia.

Síntomas en los niños de preescolar

En tanto que el problema atañe de modo fundamental a la lecto-escritura, se podría suponer que no aparecen signos antes de aprender dichos contenidos en la escuela. Sin embargo, los síntomas que se mencionan a continuación revelan que no es así.

  • Dificultad para formar palabras de manera adecuada.
  • Limitación para aprender nuevas palabras.
  • Inversión de sonidos de las palabras.
  • Inversión en letras que se escriben de forma parecida.
  • Confusión entre palabras que se parecen cuando se pronuncian.
  • Problemas para decir el nombre o recordar letras, números y colores.
  • Dificultad para aprender canciones infantiles, poesías o rimas.
  • Agarre del lápiz con mucha fuerza, o al revés, un trazo débil que apenas se ve.
  • Problemas para aprender nociones espaciales básicas y series simples, como por ejemplo: los días de la semana, colores, números o estaciones del año.

Síntomas en los niños en edad escolar

Es importante considerar que la dislexia supone un déficit específico que no se relaciona necesariamente con el nivel intelectual, con problemas en la vista o una escolarización inadecuada. Estos síntomas que mencionamos contribuyen a su reconocimiento.

  • Nivel de lectura por debajo de lo esperado para su edad.
  • Dificultad en la pronunciación de palabras que desconocen.
  • Problemas para deletrear.
  • Necesitar más tiempo para realizar actividades que requieran leer o escribir.
  • Evitar actividades que estén relacionadas con la lectura.
  • Dificultad para captar las similitudes y diferencias entre palabras y letras, a veces, hasta para escucharlas.
  • Dificultad para procesar y comprender lo que escucha.
  • Problemas para recordar una secuencia de cosas o con la memoria a corto plazo.
  • Lectura lenta y comprensión escasa.
  • Escritura en espejo, es decir, opuesta a la forma habitual, omisiones y adiciones de letras.
  • Lectura imaginativa, es decir, que a partir de la primera sílaba, completa con lo que se le ocurre.
  • Lectura amnésica, cuando en vez de leer ha memorizado el texto que otro lee, mas no podría reproducir por sí solo una frase.
  • Problemas en la fluidez lectora, y rechazo a la lectura.
  • Grafía irregular, muy grande o muy pequeña.
  • Errores de segmentación con uniones o separaciones incorrectas de palabras.
  • Dificultad para relacionarse con sus compañeros, rebeldía o sumisión.
  • Lentitud en la ejecución de las tareas que lo lleva a rezagarse con respecto a los demás de la clase.
  • Dificultades para aprender las reglas ortográficas.
  • Problemas para copiar de la pizarra y en los dictados.

Síntomas en los adolescentes y adultos

Como se trata de una discapacidad permanente, también se observan más allá de la niñez.

  • Problemas para deletrear palabras.
  • Dificultades para leer con la mente o en voz alta.
  • Mala pronunciación de palabras o nombres.
  • Dificultad para recordar palabras.
  • Problemas de comprensión.
  • Dificultad para aprender idiomas.
  • Dificultad a la hora de hacer resúmenes de textos o historias.
  • Lectura y escritura muy lenta.
  • Dificultad para resolver problemas de matemáticas.
  • Problemas para memorizar.
  • Rechazo de las tareas que estén relacionadas con la lectura.
  • Problemas de conducta y socioemocionales: baja autoestima, depresión infantil, estrés o ansiedad.

En tal sentido, si bien es cierto que el niño disléxico tiene habilidades intelectuales normales, la lucha para lograr la alfabetización lo enfrenta a desventajas educativas de por vida. Así lo interpretamos de este amplio estudio publicado en Neuroimage

De modo que, ante cualquiera de los síntomas mencionados, lo mejor es acudir a un profesional que haga una evaluación exhaustiva y oriente sobre qué tratamiento es el más adecuado en cada caso.

Causas de la dislexia infantil

Uno de los factores que puede ser causante de este trastorno es el hereditario. De hecho, se ha visto que hay genes que determinan la forma en la que el cerebro procesa el lenguaje y la lectura.

Este artículo publicado en Current opinion in pediatrics, comenta que se han logrado identificar muchos genes asociados con las diferencias individuales en la lectura, aunque sigue siendo más determinante el entorno de alfabetización en el hogar.  Por esta razón, la existencia de algún miembro de la familia con dislexia puede ser uno de los motivos por los que surja este trastorno.

Entre las pautas publicadas en Pediatría Intregral para una historia clínica dirigida a la detección de factores de riesgo, se menciona, entre otros:

  • El tipo de parto.
  • Edad de la madre.
  • La prematuridad.
  • Accidentes.
  • Enfermedades crónicas.

Antecedentes familiares, entre otros:

  • Trastornos del habla y del lenguaje.
  • Epilepsia. Trastornos metabólicos.
  • Problemas de salud mental
  • Sordera.

También, que los padres padezcan problemas emocionales o escasa conciencia fonológica, y la exposición durante el embarazo a determinadas sustancias, como:

  • Tabaco (o nicotina).
  • Alcohol.
  • Drogas.


Tratamiento de la dislexia infantil

Los estudios destacan que hay carencias en torno al tema por parte de profesores, terapeutas y padres en función de lograr una educación inclusiva. En general estos actores adolecen de sensibilidad y formación para poder desarrollar actividades, juegos y dinámicas enfocadas en el niño con dislexia. A las dificultades en la escuela se suma la falta de tiempo o un aula con muchos alumnos, lo cual impide la dedicación que cada caso en particular requiere.

Con respecto al tratamiento de este trastorno, lo primero que hay que tener en cuenta es la detección temprana, pues las decisiones que se tomen dependerán de la edad en la que se produzca el diagnóstico.

Al respecto, según un estudio divulgado en Oxford Review of Education, las intervenciones más efectivas se sustentan en el aspecto fonológico, lo que implica entrenar la conciencia de los fonemas y el conocimiento de las letras, en combinación con técnicas de lectura estructurada. Esto es, un tipo de lectura que analiza todas las partes que componen un texto para alcanzar una comprensión detallada.

Recomendaciones a padres y maestros

Producto de la dislexia, hay que tener en cuenta otras afectaciones, por ejemplo, en el área motriz, en la autoestima, o en los niveles de atención. En este sentido, es recomendable que los padres y maestros sigan algunas ideas recogidas en este artículo de la revista Tempus Psicológico, para gestionar dicho problema:

  • Estar en contacto con el colegio para trabajar de forma conjunta.
  • Mantener una buena comunicación padre-hijo en torno a la dislexia y las formas de superarla.
  • Compensar el esfuerzo, no solo el resultado.
  • Estar atentos a los signos de estrés emocional.
  • Ayudar a los niños a expresar sus emociones.
  • Alimentar su autoestima. El niño tiene que sentir que tendrá éxito.
  • Contribuir a su organización por medio de listas de verificación, rutinas, horarios de colores que puedan ser chequeados de un vistazo, establecimiento de sitios fijos para guardar las cosas, entre otras acciones de esta naturaleza.
  • En ortografía, vincular palabras a imágenes.
  • Emplear estrategias mnemotécnicas.
  • Realizar actividades de asociación de palabras a partir de elegir la letra inicial.
  • Promover la lectura frecuente, pero ser un ejemplo también. Leer mientras ellos también lo hacen.
  • Buscar ayuda profesional para tratar el déficit de forma temprana.

Propuestas concretas para los docentes

Son sugerencias prácticas para llevar al salón de clases y acompañar el proceso de aprendizaje del niño disléxico.

  • Proporcionar el texto escrito al estudiante cuando necesite tomar apuntes. Ello busca evitar que se pierdan y garantiza que completen las anotaciones.
  • Sentarlo en primera fila.
  • Utilizar material audiovisual y leer en voz alta.
  • Asegurarse de que el alumno con dislexia entiende lo que tiene que hacer en cada actividad o examen.
  • Permitir el uso de tablets y ordenadores.
  • Dar más tiempo para las tareas o exámenes.
  • No regañar ni hacer especial hincapié en los fallos que estos alumnos cometen, como las faltas de ortografía, sino que hay que alabar sus rasgos positivos, como la creatividad.
  • Emplear en ocasiones como método los exámenes orales.
  • Enseñar métodos de estudio, mapas conceptuales y esquemas.
  • Emplear juegos y dinámicas didácticas.
  • Sustituir los exámenes por trabajos de investigación.

En definitiva

Se puede decir que la dislexia infantil es un trastorno que hay que abordar pronto para que no se convierta en un problema en otras áreas de la vida de los pequeños. Si se precisa ayuda a tiempo, se podrán controlar los efectos y las dificultades que representa.

Así pues, como padre o madre, intenta poner en práctica los consejos que hemos dado en este artículo y, sobre todo, pide acompañamiento profesional para que te oriente y el problema se trate cuanto antes.


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