El desayuno del bebé a partir de 1 año

Te vamos a mostrar cuáles son los alimentos clave que no deben faltar en el desayuno del bebé mayor de 1 año para conseguir un óptimo desarrollo.

A partir del año de vida del bebé, el desayuno puede comenzar a ser más variado. En esta etapa se puede implementar la alimentación complementaria. Durante los 12 meses, la leche materna ha de ser el alimento principal para los más pequeños, pero más allá de este momento, no se ha demostrado que genere beneficios especiales. Por ello, te vamos a contar cuáles son las mejores alternativas.

Antes de comenzar, hemos de resaltar la necesidad de optimizar la dieta durante las primeras etapas de la vida para mejorar el desarrollo y para prevenir patologías a medio plazo que puedan condicionar el estado de salud. Es fundamental asegurar un aporte adecuado de nutrientes esenciales por medio de comestibles frescos de buena calidad.

Los lácteos en el desayuno del bebé

Una vez superados los primeros 12 meses de vida se pueden incluir sin problema los lácteos en la dieta del bebé. El desayuno es un buen momento para ello, ya que suponen una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico, con todos los aminoácidos esenciales y con una buena puntuación en cuanto a digestibilidad. De este modo, se ayuda a cubrir los requerimientos diarios, algo determinante para el crecimiento, según un estudio publicado en Annals of Nutrition & Metabolism.

Por otra parte, aportan una cantidad significativa de calcio. Hablamos de un mineral fundamental para la construcción muscular. Su ingesta permite mejorar la densidad del hueso, lo que reducirá el riesgo de fracturas en un futuro. Sobre todo en el caso de las mujeres, es clave priorizar el consumo de este nutriente durante la infancia, ya que a partir de la menopausia el riesgo de osteoporosis se ve aumentado.

Los lácteos son fundamentales para el buen crecimiento del bebé, puesto que aportan proteínas y cuentan con todos los aminoácidos esenciales.

Los cereales como fuente de energía

A la hora de garantizar buenos niveles de energía, será determinante la inclusión de los cereales en el desayuno del bebé mayor de 1 año. Una de las alternativas a las que se le debe otorgar preferencia es a la avena. Hablamos de un elemento que cuenta en su interior con un tipo de fibra que se ha demostrado que genera un beneficio claro sobre la microbiota intestinal. Esta fermenta dentro del tubo y sirve de sustrato energético para las bacterias que habitan allí.

No solo se consigue mejorar la densidad de los microorganismos por medio de un aporte suficiente de fibra, sino que se sintetizarán varios elementos con capacidad antiinflamatoria. Un ejemplo son los ácidos grasos de cadena corta, que son determinantes en la prevención de muchas patologías complejas que afectan al tubo digestivo o que presentan un carácter autoinmune.

No olvides un vegetal

Para confeccionar un desayuno completo no basta con el consumo de proteínas y carbohidratos. También será fundamental asegurar la presencia de un alimento de origen vegetal. Lo mejor en este caso es la fruta, que es fácil de comer y les gusta a los más pequeños. Además, supone una fuente de vitaminas y de minerales esenciales que son importantes para lograr que la fisiología del medio interno se regule y se ejecute correctamente.

Incluso, estos productos son una fuente de fitoquímicos con actividad antioxidante. Hablamos de una serie de elementos que neutralizan la formación de los radicales libres y su posterior acumulación en los tejidos del organismo. Gracias a este efecto se puede reducir la incidencia de muchas patologías crónicas y complejas con el paso de los años, como la diabetes de tipo 2.

Las frutas son una fuente de vitaminas y de minerales esenciales, por lo que es importante incluirlas en el desayuno del bebé.

Preparar un buen desayuno para el bebé mayor de 1 año

Como has visto, preparar un buen desayuno para el bebé mayor de un año es clave cuando el objetivo es optimizar su crecimiento y mantener un buen estado de salud con el paso del tiempo. Han de aparecer un buen puñado de nutrientes esenciales y también elementos que consigan controlar el equilibrio inflamatorio y oxidativo en el medio interno. De esa forma, se evitan desregulaciones que puedan afectar negativamente a la fisiología.

Por último, hemos de comentar la necesidad de evitar la inclusión de procesados en la primera comida del día. Dichos comestibles cuentan en su interior con ácidos grasos de tipo trans que consiguen incrementar los niveles de inflamación en el organismo y causar grandes perjuicios sobre la función de los diferentes órganos.

Bibliografía

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