Debes estar alerta ante estos síntomas de carencia afectiva
El tema de la carencia afectiva es difícil de tratar, pues no cualquier padre está en disposición para aceptar que su hijo puede estar sufriéndola. Del mismo modo, si un niño no tiene amor y atención, quizá no tenga tampoco a alguien que se fije en los síntomas que esté presentando acerca de este problema.
Por otro lado, si al pequeño le falta afecto es quizá porque a sus padres no se les ha dado muy bien este asunto. No obstante, es posible que exista cierto grado de ignorancia al respecto y por eso la paternidad se ha enfocado en alimentar al niño y cubrir sus necesidades básicas.
Esta situación es preocupante, sobre todo porque tiene incidencia en un factor emocional determinante en la conducta futura del niño. Es decir, un niño al que le faltó amor y comprensión en su primera etapa de vida, es un potencial adulto con desequilibrio emocional. Pues es un problema que no se supera fácilmente.
Principales rasgos de la carencia afectiva
La carencia afectiva se puede evidenciar de muchas maneras, porque no solo se trata de que los padres no le den suficiente amor a su hijo, sino de que quizá no estén en condiciones de hacerlo. Tal vez están muy ocupados y por eso descuidan su labor de padres. O quizá ellos recibieron el mismo tipo de crianza, entonces creen que no hace falta.
En muchos casos la familia fue estructurada por padres que también sufrieron esta carencia, tienen problemas de conducta o poseen algún desequilibrio emocional. Por otro lado, es posible que se trate de padres amorosos pero que no tienen el tiempo suficiente para compartir con sus hijos. Entonces demuestran su amor comprando juguetes y creando espacios de entretenimiento para los niños.
En consecuencia, la misma necesidad de afecto puede presentarse en distintos contextos sociales y grupos familiares diversos. Pero el resultado siempre es el mismo: niños que se sienten abandonados y desprotegidos, una forma de maltrato al fin y al cabo.
Por lo general el niño que sufre este problema es altamente sensible, algo que desarrolla por su continua búsqueda de afecto. Es posible que cualquier mínimo gesto sea percibido por el pequeño.
Es común que algunas familias consideren que el cuidado y la atención a los hijos se basa en alimentarlos y cubrir sus gastos, por eso no reparan en darles amor. Por tal razón, aun por ignorar el tema o por poca habilidad emocional, es preciso que una madre atienda a las señales de falta de afecto que emita su hijo. Al respecto, como es su obligación ayudarlo, es conveniente que se enfoque en comprometer su tiempo para brindarle al niño la atención que necesita.
¿Cuáles son los síntomas de carencia afectiva?
La principal sensación que invade a un niño falto de afecto es el miedo y el abandono, porque el pequeño no está consciente de lo que pasa, solo siente que no es amado y percibe cierto rechazo. Por tanto, un niño cuyo único apoyo son sus padres, siente que está solo en el mundo si estos no lo toman en cuenta.
Aunque cada niño puede reaccionar diferente ante este problema, los síntomas universales se orientan hacia el temor y la inseguridad. De cualquier modo, es conveniente estar atentos a las siguientes señales.
- Miedo a quedarse solos y otros temores relacionados al abandono
- Problemas derivados de la falta de atención
- Ansiedad
- Trastornos en el desarrollo del lenguaje
- Falta de habilidad para relacionarse socialmente
- Violentos cambios de conducta
- Incapacidad de expresar sus sentimientos correctamente
- Actitud violenta incontrolable
- Sensibilidad emocional
- Falta de confianza en casi todas las personas
- Inseguridad, timidez y baja autoestima
El afecto es imprescindible
Es importante reflexionar sobre la posibilidad de que, sin darnos cuenta, estemos causando este problema a nuestro hijo. No siempre es sencillo reconocer nuestros errores, mas somos humanos y es de sabios rectificar; especialmente cuando el bienestar emocional de nuestro hijo está en juego.
Algunas veces podemos juzgarlo por su timidez o por su agresividad, pero no nos detenemos a buscar la causa. Para que un niño crezca sano, además de la alimentación y otros cuidados, también necesita afecto; abrazar al niño, besarlo, decirle palabras cariñosas, es algo que lo va a beneficiar enormemente.
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