¿Debemos obligar a los niños a dar muestras de afecto?

Obligar a los niños a dar muestras de afecto es un factor que ha sido debatido ampliamente por los expertos. Esta fase del crecimiento del pequeño se encuentra llena de aprendizaje para el futuro. Actuar de la mejor manera traerá grandes beneficios. 
¿Debemos obligar a los niños a dar muestras de afecto?
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 12 enero, 2022

La manera en la que actúan los niños dice mucho de los padres. Esta es una premisa muy frecuente de las personas que rodean el entorno de un pequeño. Sin embargo, aunque es necesario enseñarles a saludar respetuosamente, no se debe obligar a los niños a dar muestras de afecto. Proporcionarles el respeto que se merecen, contribuye a un sano crecimiento.

A continuación, apunta algunas de las razones de por qué esta circunstancia es incómoda y cómo influye en el asunto de los límites personales.

Los niños, los besos y los abrazos

Las muestras de afecto por parte de los pequeños es una costumbre generalizada a nivel mundial. Incluso, se considera una falta de educación o grosería por parte de los chicos no darlas. Es deleitable disfrutar del amor infantil, no obstante, este no debe ser obligado. Al forzarlos a propiciar afecto, se les enseña una forma disfrazada de salir de las situaciones perturbadoras.

Por otra parte, es recomendable que los padres, desde muy pequeños, les enseñen los límites y el control de su cuerpo. Es necesario dejarles claro que, ninguna persona los debe tocar y que su cuerpo siempre se debe respetar. Por ello, si te esfuerzas en obligar a los niños a dar muestras de afecto, el mensaje que le transmite los puede confundir. Entonces, ante las insistencias, pueden ceder a acciones que no son saludables en cualquier ámbito, particularmente el sexual.

3 razones para no obligar a los niños a dar muestras de afecto

La sociedad moderna debe cambiar el concepto de que un niño educado es el que reparte besos y abrazos. Es necesario enseñarle modales desde temprana infancia, tales como saludar con uno “buenos días”, “buenas tardes”, despedirse, ser atento en una conversación, entre otras normas de cortesía. Sin embargo, trascender al hecho de obligar a los niños a dar muestras de afecto, puede ser contraproducente. Y esto se debe a las siguientes razones:

No debemos obligar a los niños a dar muestras de afecto.

Es un asunto de emociones y sentimientos

A los niños en proceso de formación se les enseña a dar afecto, amor y calidez a través de muestras como los besos y los abrazos. Obligar a los niños a dar muestras de afecto es una manera de decirles que sus sentimientos no valen. Con el tiempo, se le va a dificultar expresar de forma correcta sus emociones y aprenderán a hacerlo de forma fría y mecánica.

Es un acto íntimo

Forzarlos a dar una muestra de afecto cuando están acostumbrados a darlas en el entorno familiar les puede resultar incómodo. Los abrazos, besos y pruebas de afecto y cariño no son actos sociales. Para muchos adultos es difícil suministrar muestras de afecto a ciertas personas, mucho más a un niño que, en ocasiones, ni lo conoce.

Las muestras de afecto tienen límites

Como ya se planteó, obligar a los niños a dar muestras de afecto supone darles un mensaje de que, bajo insistencia, no tienen autoridad sobre su cuerpo. Esto lo deja vulnerable al abuso infantil, una acción muy común en los últimos años. Es necesario respetar su decisión y que elija por su propia cuenta quién merece su afecto y cariño.

¿Cómo actuar ante esta situación?

El rol de los padres es guiar a los chicos durante el proceso de crecimiento con la finalidad de que desarrollen su personalidad. Por ello, ante estas circunstancias puedes suministrar diversas posibilidades que lo inciten a actuar según lo que decida. Puedes recomendarle dar un apretón de mano y un fuerte saludo, por ejemplo.

También puedes preguntar “¿Cómo quieres saludar a la tía? ¿Le quieres dar un beso?” En caso de que se niegue, no insistas. Evita recurrir al chantaje y a la manipulación, enséñale que el afecto no se compra. Al contrario, demuéstrale que se gana.

Las muestras de afecto han de salir de la propia persona, nunca han de ser una obligación.

Con el paso del tiempo, él se acostumbrará a los modelos sociales y empezará a diferenciar las normas de cortesía, incluyendo los besos. Al observar que tú lo haces, te imitará y se adaptará. Sin embargo, mientras son pequeños, deben saber que tienen derecho a decir “NO”, así como a preguntar y expresar lo que sienten.

En conclusión, no es una buena idea obligar a los niños a dar muestras de afecto debido a que se compromete el aprendizaje sobre los límites de su cuerpo. También afecta el modo de ver las expresiones de afecto desde un punto de vista saludable. Mientras crece, ten paciencia, es una etapa que pasará rápidamente y dejará aprendizajes para toda la vida.


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