¿Cómo cuido el cordón umbilical de mi bebé?

Cuando el bebé nace, se pierde el único y último punto de contacto orgánico con su madre: el cordón umbilical, el cual pierde su utilidad puesto que el recién nacido comenzará a alimentarse del pecho materno y a través de su boca.
Los médicos procederán a cortar el cordón umbilical a unos 4 centímetros del abdomen del bebé y colocarán luego una pinza hemostática capaz de contener una posible hemorragia. Es así como esta zona requerirá de una serie de cuidados que deben tomar los padres en los siguientes días hasta que se seque y caiga.

Por eso en este artículo de Eres Mamá te señalamos algunas recomendaciones que sería importante considerar en torno al cordón umbilical. ¿Cuándo y cómo curarlo? ¿Puedo bañar al bebé? ¿Cómo debe verse y en qué casos hay que acudir al médico?

Cuidados para el cordón umbilical del bebé

Desde el momento en que tu hijo sale al mundo, el ombligo del bebé sufre un proceso de autodestrucción sin infección, el cual culminará con el desprendimiento del cordón umbilical. Esto lleva entre siete y diez días en niños nacidos en parto natural, y de doce a quince en bebés nacidos por cesárea.

Previo a la caída del cordón umbilical, la zona debe permanecer seca, protegida y cubierta para evitar todo tipo de infección, y para que se seque y caiga lo antes posible. Y, si bien, antes se aconsejaba no bañar al recién nacido o hacerlo por partes, actualmente se aconseja asearlo pero secarlo muy bien.

De este modo, garantizamos una correcta higiene personal del pequeño al mismo tiempo que evitamos la proliferación de bacterias evitando también que el cordón umbilical se humedezca y demande una mayor cantidad de tiempo el proceso de autodestrucción.

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Ahora bien, luego de ese lapso temporal, quedará una herida que necesitará cuidados adecuados para cicatrizar en tres o cinco días. Para esta etapa se recomienda curar el ombligo con alcohol y clorhexidina, un líquido transparente desinfectante.

Antiguamente se tenía la costumbre de fajar al bebé una vez caído el muñón umbilical, en algunos casos llegando a colocar una moneda sobre el ombligo para que ejerza presión a fin de que quede para dentro. Por supuesto, se trata de una práctica para nada aconsejable dado que podría causar infecciones y molestias estomacales.

Lo único que importa aquí será mantener siempre esta zona limpia y seca, atendiendo que no se ensucie con heces u orina del chico. Por esto se torna imperioso cuidar el cordón umbilical, cambiando la gasa cada día y comprobando el estado del muñón en cada cambio de pañal.

Materiales infalibles para curar el ombligo del recién nacido

Ante cada cambio de pañal, debes tener a mano los materiales necesarios para hacer la cura de su ombliguito. Prepara junto al cambiador, el pañal y el óleo calcáreo, los siguientes elementos imprescindibles:

  • Gasas estériles.
  • Alcohol 60-70% o clorhexidina.

 Cura del ombligo del niño, paso a paso

  • Antes que nada, lava muy bien tus manos con abundante agua tibia y algún jabón sanitizante, retira la gasa que cubre el cordón umbilical. En caso de que ésta esté pegada, no tires de ella; simplemente, humedécela con una gasa embebida con alguna solución antiséptica a fin de desprenderla con facilidad.
  • Moja una gasa estéril con antiséptico y limpia suavemente tanto la herida como la piel de alrededor. De este modo, facilitas la curación de la herida dado que si se torna colorada puede indicar una infección.
  • Seca correctamente esta zona dado que una humedad excesiva y un mal cuidado del cordón umbilical pueden acarrear serios problemas además de un retraso del proceso de cicatrización.
  • Tapa la zona del muñón con una gasa y cuida que esta zona permanezca fuera del pañal no solo para que se aire, sino también para evitar que la orina del bebé roce esa delicada zona.
  • Practica esta curación tres o cuatro veces diarias como mínimo, siempre aprovechando los cambios de pañal necesarios o ante eventuales “accidentes” que involucren al cordón umbilical.

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¿Cuándo llevo mi bebé al pediatra?

Se recomienda llamar al médico urgentemente en el caso de que notes los siguientes signos de alerta en el cordón umbilical de tu hijo:

  • Sangrado abundante. Si el recién nacido sangra considerablemente puede deberse a un traumatismo hemorrágico, una mala ligadura o a alternaciones en la coagulación, por lo que debes llamar a urgencias médicas cuanto antes. Ahora bien, recuerda que los pequeños sangrados -siempre hablando de unas pocas gotitas- son normales y se hacen presentes tras el desprendimiento del cordón.
  • Mal aspecto de la zona. Si la piel del ombligo despide un olor desagradable, luce enrojecida, supura un fluido amarillento o el bebé tiene fiebre, bien podría tratarse de una infección.
  • Presencia de bultos en el ombligo. Si el ombligo del bebé presenta un bulto blando puede deberse a una hernia umbilical, por lo cual el pediatra evaluará si es necesario realizar una pequeña intervención quirúrgica. Generalmente, si se trata de protuberancias pequeñas, se corrigen solas. Ahora bien, si hay un bulto rosado y húmedo, puede tratarse de un granuloma, en cuyo caso el médico prescribirá el tratamiento adecuado.
  • Llanto ante el tacto. Si el niño llora cada vez que tocas el cordón umbilical o la piel que lo rodea, considera acudir a la central de emergencias para corroborar que todo esté en orden y descartar cualquier tipo de inconveniente.
Bibliografía

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