Cómo jugar con el bebé
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El juego de los pequeños es muy importante para su correcto desarrollo. A través de él, descubren su cuerpo y cómo funciona el mundo que los rodea. Por este motivo, es muy importante que dediques un tiempo del día para jugar con tu bebé y te entregues en cuerpo y alma a este preciado momento.
¿Quieres saber cómo hacerlo? Entonces, no te pierdas la información que te brindaremos a continuación.
El bebé empieza a jugar con su propio cuerpo
Desde que nace, tu bebé empieza a descubrir el mundo a través de su piel: el contacto con tu pecho, tus caricias y los momentos en tus brazos favorecen el desarrollo de su percepción corporal.
Además, el pequeño reconoce los sonidos del ambiente y poco a poco identifica los objetos. La voz suave y calma que oye cuando le cantas o le hablas capta su atención y lo llena de información valiosa.
Sus ojos empiezan a percibir las formas de los objetos. Pero tus rasgos y los colores de tu rostro son sus imágenes favoritas, sobre todo cuando se asocian a los momentos de placer, como la hora del pecho.
Al principio, sus movimientos corporales son desorganizados y muy sencillos, pero con el correr de los días empiezan a cobrar más sentido. Así, de a poco comprenden que la mano llega a la boca, que los pies pueden hacer sonar un juguete colgante y que una caricia les hace cosquillas.
Todas estas acciones corporales son juegos para tu bebé y los puede repetir solo o con tu ayuda. Esto le da el estímulo para seguir aprendiendo.
Cuando lo veas jugar con su cuerpo, puedes acompañarlo con una frase: “¡Estás aplaudiendo con tus manos!”, “¡Qué rico abrazo!”, “¿Quieres mover el móvil con tus pies?”. De esta manera, enriqueces aún más el aprendizaje.
Los juegos motores traen beneficios de coordinación , afectivos y sociales.
La boca del bebé, ¡también le sirve para jugar!
Los bebés nacen con la capacidad innata de aprender su lengua materna, por lo que no es necesario enseñarles a hablar.
Si prestamos atención, desde muy pequeños intentan reproducir los sonidos que perciben del entorno, sobre todo los que emiten los humanos que los rodean. Las vocalizaciones y el balbuceo también son un juego y representan las bases del lenguaje hablado.
Según el lingüista y filósofo Noam Chomsky, el lenguaje es una habilidad innata y requiere muy poco input lingüístico para desarrollarse. Sin embargo, algunos psicolingüistas señalan que el lenguaje oral requiere de estímulos externos para decodificar y entender las expresiones y el significado de las palabras.
Como otros aspectos del desarrollo infantil, el lenguaje de los niños resulta de la combinación entre la genética y el ambiente.
A su vez, la boca del bebé le sirve para explorar su cuerpo y los objetos que lo rodean. Cuando logran llevarse sus manos o los juguetes a la boca, exploran todas sus características y se divierten de esta manera.
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El juego del bebé con los objetos
Poco a poco tu bebé comienza a relacionarse con los objetos: el biberón, los móviles o los sonajeros le permiten interactuar con algo externo a su propio cuerpo. Ejercer un movimiento sobre ellos y observar su reacción ¡es toda una aventura!.
Por este motivo, puedes utilizar algunos de los siguientes elementos para elaborar opciones de juego sencillas y divertidas:
- Elementos de encastre.
- Cajas de permanencia.
- Bloques para construir.
- Juguetes para aplastar que emitan algún sonido.
- Pelotas grandes o telas.
- Objetos para cargar y trasladar, como un camión y algunos pompones de lana grandes.
- Instrumentos musicales, como tambores o xilófonos.
Según la neuropsicopedagogía, los bebés aprenden rápidamente del mundo que los rodea a través de sus sentidos.
De esta forma, permitirle al niño tocar, oler, mirar, oír y probar, favorece el aprendizaje de los colores, las formas, los olores, las texturas y los sonidos. Y todas estas experiencias también se promueven en el juego.
Acerca de la importancia de jugar con el bebé
En estos tiempos modernos, necesitamos de seguridad emocional, conocimientos, actitudes y valores para adaptarnos a vivir en sociedad. Todo esto podemos empezar a formarlo en tu bebé a través del juego, aún desde etapas muy tempranas.
El juego le permite al niño desarrollar su potencial, pues estimula todas sus habilidades a la vez: cognitivas, motoras, sociales, emocionales y de comunicación. Pero jugar no solo favorece el aprendizaje, sino que además ayuda a reforzar el vínculo con su familia o el entorno que lo rodea. Así que, pon la manta en el piso y ¡a jugar!
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