Cómo ir al pediatra sin estrés ni nervios

Hay veces que los niños, e incluso algunos padres, pueden sentir miedo y ansiedad por ir al pediatra. ¡Sigue estas claves para que la visita el médico sea más llevadera!
Cómo ir al pediatra sin estrés ni nervios
María José Roldán

Escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 08 julio, 2020

No es raro que los padres y los niños experimenten cierta ansiedad cuando tienen que ir al pediatra. Ya sea porque se trata de la primera visita o la onceava, es posible que incluso los padres no sepan exactamente qué esperar. Por eso, es necesario saber cómo ir al pediatra sin estrés ni nervios.

A veces, una combinación de factores influye en la suavidad o la dificultad de la visita. Hay algunas maneras con las que se puede garantizar una visita más fluida. Pero también hay otros trucos que se pueden usar para ayudar a aliviar el estrés durante y después de la visita.

Sin embargo, ten en cuenta que, si tu hijo ha experimentado un procedimiento médico extremo o si crees que ha tenido un trauma médico, se recomienda consultar con un profesional de salud mental, ya que esto estaría más allá del alcance de este artículo.

Antes de la visita al pediatra

Estas recomendaciones es necesario que las tengas en cuenta antes de la visita:

  • Elige el mejor pediatra. Tienes que asegurarte de sentirte bien con la persona que te da la información y orientación para la atención médica de tu hijo. Los médicos se pasan años formándose, pero también son humanos y pueden cometer errores.
  • Ten una buena programación. Esto puede parecer obvio, pero es necesario que programes bien la hora de visita de tu pediatra y tener en cuenta los horarios de tus hijos para que no haya estrés ni nervios. Es mejor evitar las horas de alimentación o de la siesta. Cuando sea posible, intenta programar las citas para los momentos en los que sabes que tu hijo estará descansado, sin hambre y con buen humor.
    Niño en el pediatra tapándose la cara porque tiene miedo mientras le vacunan.
  • Respira profundamente. Intenta mantener siempre la calma, porque tu hijo puede sentir tu ansiedad. Incluso la forma en la que lo sostienes puede mostrarle cuánta tensión llevas en el cuerpo. Tener en mente los pensamientos positivos mientras practica algunas respiraciones lentas y profundas puede ayudar a que la visita al pediatra fluya sin estrés ni nervios.
  • Explica a tu hijo por qué va al médico. Sé honesto con tu hijo y hazle saber qué hará el médico. Por ejemplo, puedes decirle que vais al pediatra para que revisen su cuerpo y se asegure de que está sano. Hablar sobre vacunas o extraer sangre con los pequeños puede ser complicado. Tienes que usar tu intuición para poder abordar sus necesidades. Puedes decirle algo como: “La enfermera te va a pinchar el brazo para que podamos asegurarnos de que estés sano. Estaré allí para ayudarte”.
  • Usa juguetes. Si usas un kit de médico para jugar con tu hijo, podrá familiarizarse con los procedimientos que ocurrirán en la consulta: controlar el ritmo cardíaco, la respiración, los oídos, la boca, etc.)

Durante la visita al pediatra, sin estrés ni nervios

Estos consejos es importante tenerlos en cuenta durante la visita:

  • Permanecer presente y en sintonía. Haz tu mejor esfuerzo para sintonizar con lo que tu hijo puede estar experimentando, ya sea estrés o miedo. Tendrás que encontrar la manera de apoyarlo a través de esa experiencia.
  • Explica de nuevo. Es importante explicar al niño qué es lo que ocurrirá y pedir permiso antes de que le toquen el cuerpo (todos los niños deben ser conscientes de sus derechos, para que puedan decirle a alguien que pare cuando sea necesario o cuando se sientan incómodos. Es posible que tu hijo sienta mucho estrés cuando se encuentre en un lugar nuevo o vea una cara desconocida y le digan que necesita sentarse solo en una báscula, así que, hazle saber lo que sucederá.
  • Tranquiliza a tu hijo. Esto será en la forma de tu lenguaje corporal, como abrazos y masajes en la espalda, junto con tus palabras y tono. Tu hijo necesitará que le ayudes a corregular, ya que actualmente depende de ti para calmar su ansiedad.
  • Ten en cuenta sus preocupaciones. Puede ser fácil sentir que las palabras del profesional médico tienen más peso que tus pensamientos u opiniones, pero recuerda: también son humanos. Tú eres el mayor defensor de tu hijo, así que tienes que asegurarte de hacer preguntas y expresar tus preocupaciones, incluso si tienes miedo de que suene “tonto”. La mayoría de las decisiones no tienen que tomarse en ese instante, así que respira y toma un momento para decidir sus próximos pasos.
    Niño en la consulta con el pediatra.

Después de la visita

El proceso continuará incluso después de la visita al médico, especialmente si ocurrió algo nuevo en la visita más reciente.

  • Apoyo. Continúa ayudando a tu hijo a expresar los sentimientos que acaba de tener y recuérdele los factores positivos, como que has estado allí para ayudarle.
  • Valida. Valida la experiencia que tu hijo expresó o continúa expresando, ya que necesita saber que sus sentimientos están bien y que no está mal tener miedo o llorar.
  • Juega. Tu hijo puede jugar una vez llegue a casa. Si sintonizas, verás tu señal para sacar el kit de ese médico o para dejar que use los juguetes que desee para que pueda mostrarte lo que sucedió desde su perspectiva. Te sorprenderá lo que los pequeños terminan mostrándote y cómo escucharon tu voz durante esos momentos de ansiedad.

El reto de visitar al pediatra sin estrés ni nervios

Como has podido comprobar, son muchos los factores que pueden influir a la hora de sentir nervios y estrés cuando se acude al pediatra. No obstante, te animamos a que tengas en cuenta estos consejos y los apliques, junto a tu hijo, la próxima vez que acudáis al médico.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.