En función de la región del planeta en la que residas, es más o menos probable que tú y tus hijos estéis expuestos a fenómenos naturales extremos. Sin embargo, en un mundo globalizado como el nuestro, las noticias vuelan y traspasan fronteras. Por esto, es importante que estemos preparados para hablar con los niños sobre los desastres naturales, ya sea que los hayan vivido en primera persona o que los hayan conocido por diferentes medios.
Este tipo de fenómenos pueden presentarse de forma muy variada: huracanes, erupciones volcánicas, inundaciones, incendios, terremotos o tsunamis, entre otros. En todos los casos, se pueden producir enormes pérdidas materiales y humanas y se crea un fuerte impacto psicológico, no solo en los supervivientes, sino también, en menor medida, en el resto de la población.
Los niños pueden ser especialmente vulnerables a los efectos emocionales por la desinformación y la falta de recursos personales. De tal modo, la guía y el apoyo de los padres resulta fundamental.
Claves para hablar con los niños sobre los desastres naturales
Tener este tipo de conversaciones no es sencillo. Podemos dudar de cuánta información darles a nuestros hijos y de qué modo comunicársela. También puede resultarnos confuso saber cómo acompañarlos y ayudarles a gestionar lo que sienten al respecto. Por ello, te proponemos una serie de claves útiles.
Ofrece información veraz
Sea cual sea el caso, una premisa básica es nunca mentir a los niños ni ocultarles información. Sí hemos de seleccionar las palabras y el tono adecuados, pero necesitan saber lo que está ocurriendo o lo que ha ocurrido y cómo va a afectarles. En caso de que hayan visto una noticia, hemos de explicarles con claridad que todos podemos sufrir los desastres naturales, pero que hay medidas de prevención y que en ese momento están a salvo.
En caso de que hayan vivido el suceso en primera persona, han de saber qué ha sucedido y por qué, y conocer qué va a cambiar a partir de ahora. Tal vez tengan que mudarse o vivir sin luz y sin agua en sus hogares durante un tiempo. Si alguna persona cercana ha sido afectada, es importante explicarles cómo se encuentra y cuál es su pronóstico.
Ten presente la edad de tu hijo
La información que un menor debe recibir depende mucho de su edad. Los niños más pequeños únicamente serán capaces de asimilar una parte de lo ocurrido, por lo que es suficiente con explicarles qué sucedió y cómo les afectará. Los más mayores pueden desear indagar más y obtener más detalles para comprender mejor; en cualquier caso, presta atención al ritmo que vaya marcando tu hijo en la conversación.
Puedes comenzar por preguntarle qué sabe sobre el tema y, partir de ahí, clarificar o ampliar la información. Asegúrate también de que pueda plantear todas sus dudas y sus miedos. Es una oportunidad para desmentir datos falsos que pueden estar alarmándole sin motivo.
Favorece la expresión emocional
Al hablar con los niños sobre los desastres naturales es fundamental dar espacio a las emociones. Los niños pueden sentir un gran temor ante la posibilidad de ocurrencia de estos acontecimientos, especialmente entre los 8 y los 10 años, ya que se trata de un miedo evolutivo. Expresarlo y poder comunicarse con sus padres al respecto les es de gran ayuda.
Con mayor razón, si habéis sufrido en primera persona un desastre natural, es lógico que surjan sentimientos de angustia, ira, miedo o tristeza, tanto en los niños como en los adultos. Como padres, es importante que logremos gestionar nuestro propio estado emocional antes de hablar con nuestros hijos, pues, de lo contrario, podemos transmitirles una alarma y una desesperanza excesivas.
Cuando nos veamos capaces, hemos de acompañar al niño en la gestión de sus propias emociones, permitirle que vea cómo nos sentimos nosotros (sin mostrarnos devastados o fuera de control) y preguntarle cómo está él. Podemos ayudarle a poner sus emociones en palabras y ofrecer calma y consuelo para lidiar con ese estado.
Propicia el sentimiento de control y seguridad
La percepción de incontrolabilidad es uno de los factores que hace más probable que un evento de este tipo se viva como un trauma. Por ello, es clave fomentar una sensación de control y seguridad en cierta medida. Podemos explicarle al niño que la naturaleza no es mala, no nos ataca ni busca hacernos daño; que los desastres naturales se producen, pero hay formas de prevenir sus daños.
También podemos hablarles de la importancia de cuidar el medio ambiente, o darles algunas recomendaciones para actuar en caso de que se produzca un desastre natural. Además, han de saber que existen servicios especializados que pueden ayudarnos si eso ocurre.
Alienta la colaboración y la pertenencia
Por último, al hablar con los niños sobre los desastres naturales, podemos animarles a colaborar activamente en la medida de lo posible. Si el fenómeno ha ocurrido lejos, tal vez sea posible enviar ropa, alimentos o contribuir económicamente con las víctimas. Por otra parte, si ha tenido lugar en la propia comunidad, esta colaboración será más sencilla.
Cuidado con los medios de comunicación al hablar con los niños sobre los desastres naturales
Aunque hablar con los niños sobre este tipo de catástrofes es necesario, es importante ser cuidadosos con el contenido que consumen y que les llega desde los medios de comunicación. No es saludable que los menores pasen el día recibiendo este tipo de noticias desagradables y que descubran detalles escabrosos. Mucho menos que estén expuestos a imágenes explícitas.
Cuando los niños son pequeños, evitemos poner las noticias en su presencia y busquemos la forma adecuada de presentarles la información. Los niños mayores y los adolescentes pueden tener acceso mediante internet a todo tipo de contenidos, por lo que habremos de reforzar la comunicación para que puedan expresarse sobre lo que han visto y tratar de concientizarlos sobre la importancia de evitar ciertos contenidos para cuidar su bienestar mental.
En suma, al tratar este tema con tus hijos procura ser paciente y empático. Ofrece información, pero al mismo tiempo permite que ellos se expresen. Cuéntales la verdad, pero de una manera apropiada y, sobre todo, recuérdales que son amados y que siempre se les va a cuidar.
Bibliografía
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- Kushner, M. G., Riggs, D. S., Foa, E. B., & Miller, S. M. (1993). Perceived controllability and the development of posttraumatic stress disorder (PTSD) in crime victims. Behaviour research and therapy, 31(1), 105-110.
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