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¿Cómo diferenciar las autolesiones y el intento de suicidio en nuestros hijos?

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¿Has descubierto cortes en los brazos de tu hijo? ¿Se daña a sí mismo y no sabes por qué? Te contamos a qué se debe y cómo puedes ayudarle.
¿Cómo diferenciar las autolesiones y el intento de suicidio en nuestros hijos?
Última actualización: 23 enero, 2021

Por desgracia, muchas madres experimentan el terror y la desesperación de observar en los cuerpos de sus hijos cortes, quemaduras o heridas de cualquier tipo causadas por ellos mismos. Lo más común en estos casos es pensar que el joven ha tratado de quitarse la vida. Sin embargo, no siempre es esto lo que sucede. Por lo mismo, queremos explicarte cómo diferenciar las autolesiones y el intento de suicidio, para poder actuar como corresponda en cada situación.

Ambas realidades están muy presentes entre los adolescentes hoy en día. Se estima que los intentos de suicidio entre jóvenes alcanzan proporciones de entre el 5 y el 15 %, siendo aún mayor la tasa de ideaciones suicidas que no llegan a consumarse.

Por su lado, la prevalencia de las autolesiones entre adolescentes asciende hasta un 18 %. A la vista de estas alarmantes cifras conviene conocer en qué consisten estos comportamientos y cómo podemos abordarlos si ocurren en nuestra familia.

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Autolesiones e intento de suicidio en adolescentes

Se denomina intento de suicidio a todas aquellas conductas que el adolescente lleva a cabo sobre sí mismo con el objetivo de terminar con su vida. Para ello, puede emplear un arma blanca, un arma de fuego, una sobredosis de medicamentos o cualquier otra alternativa que genere un daño de suficiente gravedad.

El intento de suicidio suele estar relacionado con patologías mentales tales como la depresión, las adicciones o los trastornos de ansiedad. Además, suelen confluir una serie de circunstancias que llevan al menor a sentirse incapaz de afrontar lo que la vida demanda de él; divorcio de los padres, acoso escolar, abusos sexuales y otros estresores externos pueden precipitar la conducta suicida.

Las autolesiones, por su lado, consisten en dañar deliberadamente el propio cuerpo sin intención de quitarse la vida. Estas pueden manifestarse en forma de cortes, golpes, quemaduras u otros, y generan un alivio emocional que hace que los jóvenes sigan recurriendo a ellas cuando se ven desbordados por el estrés, la angustia o la tristeza.

¿Cómo diferenciar las autolesiones y el intento de suicidio?

Las manifestaciones físicas de ambas situaciones (cortes, quemaduras, etc.) pueden llegar a confundirse fácilmente. Por ello, es importante tener en cuenta las siguientes pautas para lograr diferenciar las autolesiones y el intento de suicidio:

  • Habla con tu hijo, con amor y sin juicios. Este es el primer paso para dilucidar claramente qué ha ocurrido. Si escuchamos a los jóvenes, ellos nos contarán qué están sintiendo, qué necesitan y por qué se han hecho daño. Pero hemos de estar abiertos a escucharlos con compasión y comprensión, sin aumentar la carga emocional con nuestros reproches.
  • El intento de suicidio es un hecho puntual (aunque es posible que existan varios). Por el contrario, las autolesiones se producen de manera frecuenta y casi constante, puesto que el alivio que generan puede llegar a resultar adictivo para el joven que sufre.
  • La principal diferencia de estas dos conductas es la finalidad que persiguen. El intento de suicidio busca terminar con la vida, pero las autolesiones no. En este segundo caso se persigue únicamente el alivio momentáneo del dolor emocional.
  • Los sentimientos que subyacen en cada caso también son distintos. Las autolesiones se producen cuando el joven siente angustia, estrés o tristeza en un grado desbordante. Por su lado, se recurre al suicidio cuando invaden sentimientos de culpa y desesperanza, de impotencia e indefensión.
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Ofrécele el apoyo que necesita

Tanto si tu hijo se autolesiona como si ha cometido un intento de suicidio, sé cuidadoso y empático con sus sentimientos. En ambos casos está experimentando unas emociones tan angustiantes que no ha encontrado otra salida que herirse a sí mismo. Tu ira y tus reproches solo empeorarán la situación. Así pues, ofrécele apoyo incondicional, una escucha abierta sin juicios y una salida.

La atención psicológica es fundamental e imprescindible cuando ha ocurrido un intento de suicidio. Es necesario que el adolescente obtenga recursos para lidiar con las situaciones internas o externas que le han llevado a tal límite. Pero, en el caso de las autolesiones, también es de suma importancia el acompañamiento profesional.

En cualquier caso, no ignores lo sucedido, no continúes como si nada hubiera pasado. Más que una llamada de atención, es una llamada de auxilio que ha de ser atendida. El joven necesitará trabajar sus fortalezas y desarrollar habilidades de las que carece. Pero no es posible esperar más para dar el paso. El apoyo familiar será fundamental en este proceso.


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