¿Cómo afecta la enfermedad renal en el embarazo?

La detección de los síntomas y el tratamiento adecuado de la enfermedad renal son fundamentales para prevenir sus importantes efectos negativos en la salud durante el embarazo. Para ello, son necesarios controles médicos y estar atentos a los factores de riesgo.
¿Cómo afecta la enfermedad renal en el embarazo?

Escrito por Fernando Clementin

Última actualización: 06 abril, 2018

La enfermedad o insuficiencia renal puede traer aparejados problemas para la mamá en gestación y también para su bebé. Es importante conocer cómo afecta la enfermedad renal en el embarazo para evitar mayores complicaciones que pongan en riesgo el bienestar de ambos.

La enfermedad renal produce un funcionamiento inadecuado de los riñones a causa de alguna falla. Si se extiende por más de tres meses, se la considera una enfermedad renal crónica.

Pese a tener tratamiento, esta enfermedad puede causar serios inconvenientes a las mujeres en gestación y también a aquellas que estén pensando en tener un bebé. De hecho, estudios médicos afirman que son estas últimas, es decir las mujeres ya diagnosticadas que aún no concibieron, las que presentan mayores riesgos.

Tipos de enfermedades renales

Según su intensidad y duración, las afecciones renales se clasifican en los siguientes tipos:

Aguda: suceden rápidamente, por lo general causadas por pérdidas importantes de sangre, sustancias venenosas o ciertos medicamentos que hacen que los riñones dejen de funcionar de manera normal. Puede llevar a la pérdida permanente de la función renal.

Crónica: se produce cuando el deterioro de las funciones renales es progresivo y se extiende en el tiempo. Es resultado de enfermedades primarias o secundarias. Si se la detecta de manera temprana, el tratamiento puede permitir retrasar el inicio de terapias que reemplacen las funciones renales. Estas son la hemodiálisis, la diálisis peritoneal, y el trasplante renal.

Las mujeres embarazadas deben ser conscientes de cómo afecta la enfermedad renal en el embarazo.

Aguda-sobre-crónica: se da al presentarse una insuficiencia renal aguda cuando ya existía una falla crónica. La falla aguda puede ser revertida, para volver así a las condiciones anteriores a su aparición. Sin embargo, al ser difícil de detectar, puede agravarse sin que el paciente perciba que se trata de una nueva afección.

Terminal: en estos casos, hay insuficiencia renal permanente y total y la vida de la persona puede correr riesgo si no se somete a los tratamientos adecuados. Estos son los mismos que fueron citados con anterioridad.

¿Cómo se detecta una enfermedad renal?

El primer paso para saber si los riñones están funcionando bien es analizar la orina en búsqueda de proteínas. Estas son buenas para los seres humanos, pero deben estar en la sangre, no en la orina. Si están en la orina, quiere decir que los riñones no están filtrando como deberían.

Por otro lado, también se deben realizar exámenes de sangre. Lo que se busca aquí es un producto de desecho llamado creatinina,  proveniente del tejido muscular. Cuando la función renal no es eficaz, la creatinina no es debidamente descartado por el organismo. 

Una vez obtenido el índice de creatinina en sangre, se procede a averiguar el índice de filtración glomerular. Este indica al médico cómo están ejecutando los riñones su tarea y así sabrá como afecta la enfermedad renal en el embarazo de cada mujer.

“Pese a tener tratamiento, esta enfermedad puede causar serios inconvenientes a las mujeres en gestación y también a aquellas que estén pensando en tener un bebé”

Cómo afecta la enfermedad renal en el embarazo

Riesgos para la mamá

Las mujeres embarazadas que sufren de fallos renales tienen mayores probabilidades de padecer hipertensión arterial, preeclampsia, eclampsia y hasta la muerte. Incluso aquellas que sufran de una enfermedad renal leve pueden atravesar complicaciones como la anemia o desnutrición durante la gestación.

La mejor manera de prevenir este tipo de inconvenientes es el monitoreo en las diferentes etapas del parto. Aún hoy, sobre todo en países en desarrollo, hay embarazadas que no reciben la atención médica correspondiente en esos periodos.

Por este motivo, no se detectan los factores de riesgo que pueden predisponer a condiciones como esta y tampoco se evalúan correctamente los síntomas que ellas presentan. Algunos de ellos son:

  • Cambios en la frecuencia, la cantidad y el color de la micción.
  • Retención de líquidos, que a su vez puede causar hinchazón y sensación de fatiga.
  • Sabor metálico en la boca y aliento a amoníaco, causado por el aumento de la urea en la saliva.
  • Hipertensión arterial.
  • Náuseas y vómitos.
Al explicar cómo afecta la enfermedad renal en el embarazo, la salud del bebé también juega un papel central.

Peligros para la salud del bebé

Al explicar cómo afecta la enfermedad renal en el embarazo, la salud del bebé también juega un papel central. Las consecuencias más graves que puede padecer el bebé es un retraso en el crecimiento intrauterino, bajo peso al nacer y también la muerte fetal. Asimismo, muchas veces es causante de nacimientos prematuros.

La principal causa de estos problemas es la falta de proteínas que sufre la madre. Como dijimos, la filtración deficitaria por parte de los riñones hace que estos nutrientes, elementales para la mamá y el bebé, se eliminen a través de la orina.

El médico deberá evaluar el nivel de creatinina sanguínea de la madre al comenzar el embarazo para determinar el tratamiento, las precauciones necesarias y los riesgos que pudieran atravesar ambos. Se debe tener en cuenta que si uno de los progenitores ha sufrido o sufre insuficiencia renal, el bebé también podría desarrollarla a lo largo de su vida.

Como conclusión, se puede establecer que es necesario llevar al día los controles pertinentes antes y después de comenzado el embarazo. Todas las madres deben estar al tanto de cómo afecta la enfermedad renal en el embarazo para prevenir sus severas consecuencias.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.