Claves para que mi hijo sea un estudiante productivo
Sobresalir en el área académica no es tan sencillo como se piensa. Se parte de la creencia de que si se inscribe al pequeño en una buena escuela o si se revisa que haga sus tareas será suficiente. Sin embargo, en muchas ocasiones, cuando llegan las notas de fin de curso, se puede notar que el niño tuvo un desempeño promedio o bajo. ¿Cuáles son las claves para que mi hijo sea un estudiante productivo?
Para conseguir que el pequeño estudiante sea productivo, no basta con que pase todo el día estudiando o que tenga un coeficiente intelectual alto. Debe haber una conjunción de múltiples aspectos en los que se incluye que el pequeño esté bien alimentado o que reciba los estímulos visuales y afectivos adecuados.
Sabemos que este tema puede ser complejo, pero para hallar soluciones que realmente funcionen para tu hijo, no te pierdas los consejos prácticos que te traemos a continuación.
¿Qué engloba ser un estudiante productivo?
La productividad se vincula con rendir en el colegio y obtener el éxito en el desempeño escolar al finalizar el curso. Sin embargo, debemos entender a la productividad vinculándola a la eficiencia y dejando de lado las antiguas creencias que rezaban que ser productivo es hacer más o estar todo el tiempo ocupado.
Por eso, partimos del hecho de que, para que el niño sea productivo, es fundamental que el tiempo que invierte en hacer sus tareas y estudiar no tenga que ser necesariamente largo, sino que debe ser un tiempo en el que el pequeño esté concentrado y retenga la mayor información. Además, ha de ser capaz de entender lo que ha leído.
Para lograr ese objetivo, deben intervenir múltiples factores que desembocan en que el niño se sienta cómodo y tenga todas las herramientas a la mano; así, podrá cumplir sus obligaciones correctamente. A continuación, te presentamos algunas claves para conseguir esta meta.
Claves para que mi hijo sea un estudiante productivo
1. Buena alimentación y descanso
Necesariamente, se debe comenzar por lo básico, que es una buena alimentación y un buen descanso. En primer lugar, el desayuno, que aporta un 25% de las calorías diarias que necesita el organismo para funcionar correctamente.
Los niños que no se alimentan antes de ir a la escuela presentan poca energía durante las clases, déficit de atención, dolores de cabeza y no logran retener la información. Lo mismo ocurre cuando no descansan lo suficiente por las noches.
La recomendación, entonces, también aplica para las actividades durante la tarde. Asegúrate de que tu pequeño almuerce o meriende antes de comenzar a estudiar; también, de ser posible, que duerma una pequeña siesta.
2. Un espacio adecuado para el estudio
Tu hijo debe tener un escritorio o una mesa para realizar sus tareas, donde se sienta cómodo y sin distracciones como el televisor. Recuerda también que menos es más a la hora de decorar el área de estudio de los niños.
Por ello, revisa siempre que sobre su escritorio solo esté la computadora o laptop, lápices, cuadernos y los libros de la asignatura que va a estudiar y nada más. Retira de la mesa el móvil o la tablet y cualquier juguete que lo pueda distraer.
“Es fundamental que el tiempo que invierte en hacer sus tareas y estudiar no tenga que ser necesariamente largo, sino que debe ser un tiempo en el que el pequeño esté concentrado y retenga la mayor información”
3. Usar una silla ergonómica para estudiar
Continuando con el espacio de estudio, es importante considerar que el pequeño tenga a la mano el mejor mobiliario para que se sienta cómodo; eso incluye tener una silla ergonómica.
La mayoría de los padres obvian el hecho de que si la silla en la que se posa su hijo es inadecuada, él estará constantemente inquieto y cambiando de posición; como consecuencia, perderá el hilo de lo que lee, lo que dificulta mucho el ser productivo.
4. Colabora activamente con tu hijo
Debes ser el máximo cómplice y colaborador de tu hijo. No escatimes en proporcionarle toda la ayuda que él te pida con sus tareas; si necesita hacer trabajos en grupo con sus compañeros, permítele que vayan a tu casa. Otra buena sugerencia es revisar periódicamente su vista para constatar si necesita anteojos.
Por último recuerda dotar a tu pequeño de vitaminas emocionales, pues un niño con una autoestima alta cree en sí mismo y tiene más seguridad en lo que hace. Por ende, este bienestar sumado a los factores citados antes, lo llevarán a un mejor rendimiento escolar.
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