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Claves para ayudar a los niños a salir del enfado

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El enfado es una emoción tan natural y necesaria como todas las demás. Sin embargo, si has notado que a tu hijo le cuesta salir de ese estado, quizá necesite tu ayuda.
Claves para ayudar a los niños a salir del enfado
Última actualización: 04 agosto, 2020

Cuando tu hijo se molesta o se disgusta por alguna circunstancia, ¿le cuesta reconducir su actitud? ¿Has notado que los sentimientos negativos permanecen en él más tiempo del que deberían? Ayudar a los niños a salir del enfado es una tarea en la que los padres tenemos mucho que aportar. Por ello, queremos proponerte unas claves que pueden serte de gran ayuda.

El enfado es una emoción tan natural como todas las demás. Nos ayuda a ser conscientes de que algo nos frustra, nos parece injusto o desearíamos que fuese diferente. Además, nos proporciona el impulso para hacer valer nuestros derechos y opiniones.

Por ello, no es positivo tratar de eliminar o reprimir esta emoción en los niños. Sin embargo, sí es necesario enseñarles a gestionarla de una forma sana y adecuada.

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¿A tu hijo le cuesta salir del enfado?

Por lo general, los problemas de ira en los niños se relacionan con una expresión desproporcionada o explosiva de este sentimiento. Algunos pequeños tienen dificultades para controlar sus impulsos y pueden estallar cuando se les ponen límites.

No obstante, independientemente de cómo sea esta reacción inicial, a algunos niños le resulta casi imposible salir del enfado una vez que han entrado en ese estado.

Esto es algo que también nos ocurre a los adultos. En función de nuestra personalidad, algunas personas olvidamos las rencillas fácilmente y continuamos adelante sin un ápice de rencor; mientras que otras se estancan en ese amargo y desagradable sentimiento de irritación que puede acompañarles durante horas o días.

Los niños que presentan esta tendencia pueden, realmente, llegar a sufrir con ella. Es muy probable que deseen dejar de sentirse enfadados, recuperar la armonía y la buena relación con los demás y, sin embargo, no saben cómo hacerlo. Entonces, ¿qué podemos hacer por ellos?

¿Cómo ayudar a los niños a salir del enfado?

Para enseñar a los menores a salir del enfado, hemos de proporcionarles estrategias eficaces de inteligencia emocional. Estas han de ser enseñadas en situaciones tranquilas en las que el niño pueda comprenderlas e introducirlas en su repertorio habitual. Tratar de explicárselas en un momento de ira no resultará útil ni positivo.

1. Identificar y aceptar la emoción

En primer lugar, es importante que el niño aprenda a identificar la emoción y ponerla en palabras. Para ello, podemos animarle a hacerse preguntas como: “¿cómo me siento?, ¿por qué me he enfadado?, ¿con quién estoy disgustado?”. Además, ha de saber que su emoción es válida, que tiene derecho a sentirla y a expresarla.

2. Comunicarse asertivamente

Si bien es totalmente lícito que exprese su enfado, ha de aprender a comunicarlo de un modo adecuado. Los estallidos descontrolados pueden conducirle a dañarse a sí mismo y a dañar las relaciones con los demás. Entonces, ayudémosle a expresarse de forma asertiva.

Esto puede resultarle muy difícil cuando el enfado se encuentra en su máxima intensidad, por ello, es preferible proponerle calmarse antes. Para ello, podemos emplear diferentes estrategias:

  • Enseñarle técnicas de respiración o ejercicios de relajación.
  • Emplear anclajes que le ayuden a reconducirse hacia un estado emocional más calmado.
  • Proponerle plasmar por escrito su disgusto y lo que está sintiendo en el momento.
  • Invitarle a dibujar o garabatear, descargar su enfado en papel hasta que este vaya decreciendo.
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3. Buscar soluciones

Por último, uno de los mayores motivos por los que puede costarles salir del enfado es porque continúan dando vueltas en sus pensamientos a lo sucedido. Repetir la escena que nos ha molestado solo incrementa nuestro malestar, nos impide seguir adelante y hallar una solución adecuada.

Entonces, invita a tu hijo a reflexionar sobre qué puede hacer para remediar la situación e impedir que se repita en el futuro. Pedir perdón, aceptar disculpas de otros, negociar o llegar a acuerdos son estrategias útiles y efectivas que hemos de enseñarles para que puedan poner en práctica.

Ayudar a los niños a salir del enfado dando ejemplo

Por último, es importante revisar qué ejemplo estamos dando nosotros mismos como padres. Es común que los pequeños a los que les cuesta “desenfadarse” tengan un progenitor con las mismas dificultades. ¿Cómo gestionáis tú y tu pareja vuestras propias emociones?

Recuerda que los  niños nos observan y nos imitan; por ello, si sus principales figuras de referencia son incapaces de reconvertir sus propios estados emocionales, el niño también lo será. Comienza por ti.


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