El cerebro de los niños no está preparado para obedecer órdenes.

Puede que pensemos que los menores deben ser obedientes. Sin embargo, no caemos en la cuenta de que el cerebro de los niños no está preparado para seguir órdenes. Te lo contamos en este artículo. ¡Sigue leyendo!
El cerebro de los niños no está preparado para obedecer órdenes.
Mara Amor López

Escrito y verificado por la psicóloga Mara Amor López.

Última actualización: 02 marzo, 2023

Los padres tenemos la tendencia a preocuparnos de que nuestros hijos nos hagan caso, antes que otras cosas. ¿Se porta bien?, ¿es bueno?, ¿es obediente? Parece que hay que contestar sí a todas esas preguntas para que sea un buen niño. Pero, ¿y si resulta que el cerebro de los niños no está preparado para obedecer órdenes? Pues así es. Te lo contamos en este artículo.

Insistir a los hijos para que sean obedientes constantemente puede tener varias contraindicaciones. Cuando eso ocurre, les privamos de que sean ellos quienes formen su propio criterio. Los menores tienen su propio desarrollo y cuando estén preparados, obedecerán. Sigue leyendo para conocer más al respecto.

Por qué el cerebro de los niños no está preparado para obedecer órdenes

Muchos padres queremos hijos obedientes. Esto sucede porque estamos diariamente sometidos a un estrés continuo y, cuando llegamos a casa, no queremos hacer las cosas que deben hacer nuestros hijos. Entonces, tenemos que hacernos esta pregunta: ¿estamos seguros de que queremos un hijo obediente? Seguro que todos responderíamos que sí, porque de esta manera sabemos que harían sus cosas sin tener que ir nosotros detrás de ellos.

Sin embargo, ¿nos hemos parado a pensar que, al ser tan obediente, se anula su forma de pensar y su propio criterio? El cerebro de los niños no está preparado para obedecer órdenes, por lo que hacerlo es contraproducente para el desarrollo de su propia manera de pensar.

Un niño que obedece a todo se vuelve sumiso y es incapaz de hacer las cosas por decisión propia. Por ese motivo, educar en la obediencia es contraproducente.

¿Por qué un niño aprende a ser obediente?

Si un niño es obediente, es por dos razones claras:

  1. Por miedo: ellos saben que papá y mamá son los que mandan, son más fuertes y tienen más poder. Por lo tanto, el niño obedece las órdenes por temor a ser castigado.
  2. Porque se rinde: en este caso, el niño obedece porque anteriormente no ha hecho caso y ha recibido bastantes consecuencias negativas de sus padres (castigos y regañinas). Por esta razón, está agotado de recibir consecuencias.

Muchos pensaréis, ¿por qué es malo que obedezca? La cuestión no es que sea malo o bueno, sino que tiene consecuencias negativas en el desarrollo de su propio pensamiento. De esa forma, será temeroso y dudará a la hora de tomar decisiones por las consecuencias negativas que puedan acarrear.

Los niños tienen que desarrollar su propio criterio y pensamiento

Los niños, conforme crecen, necesitan desarrollar su propia forma de pensar y tener su propio criterio. De esa forma, podrán entender el mundo que les rodea y actuar consecuentemente. Por eso, los menores se fijan mucho en cómo actuamos, pensamos o decimos los padres. Los adultos somos su ejemplo y guía.

Si conseguimos que nuestros hijos confíen en nosotros, pero siempre desde la comprensión y el respeto, les ayudaremos a que desarrollen su propia manera de pensar y su propio criterio. Por el contrario, si nos decidimos por educar en la obediencia, condicionaremos a nuestro pequeño a no pensar por sí mismo.

Por eso, es importante que eduquemos a nuestros hijos con base en el respeto, en el consenso y en la comprensión. No debemos basarnos en una relación vertical en la que se hace lo que nosotros decimos, sino en una más horizontal. Los padres y el niño deben situarse a la misma altura.

Es importante fomentar que el menor tome sus propias decisiones y que sea responsable y respetuoso, en vez de obediente.

Recomendaciones para educar a niños responsables y respetuosos

Los padres educamos a nuestros hijos de forma que sean obedientes, en lugar de hacerlo para que sean responsables y respetuosos. Aquí, te damos algunas recomendaciones al respecto:

  • Destaca siempre las normas y límites que se deben respetar, así como las conductas que son tolerables o no. A los niños hay que recordárselas con frecuencia para que las aprendan, pero siempre desde la comprensión y el respeto.
  • Enséñales lo importante que es el respeto, tanto hacia su persona, como a su entorno y a los demás.
  • Apuesta siempre por el diálogo, la negociación y la resolución de conflictos en lugar de los castigos.
  • Deja que los niños se expresen, hablen y opinen cuando lo necesiten.
  • Utiliza frases positivas en lugar de negativas. Por ejemplo, «cuando termines la tarea vamos al parque, si tienes dudas, dímelo»; en lugar de «si no terminas la tarea a tiempo, no vamos al parque».
  • Asígnale algunas responsabilidades de acuerdo con su edad para que las haga por sí mismo y se sienta orgulloso de ello.
  • Deja que tus hijos se equivoquen y comentan sus errores. Estos les harán aprender.

El niño debe tomar sus propias decisiones

Ya has visto que el cerebro de los niños no está preparado para obedecer órdenes y que tampoco es bueno educar en la obediencia. Si lo hacemos así, anularemos su manera de pensar, de tomar decisiones y de ser él mismo. Por esta razón, es importante que apliquemos las recomendaciones que te hemos dado en este artículo. Así, educaremos a niños responsables y respetuosos en lugar de menores obedientes e incapaces de tener su propio criterio.


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  • Edith, R. B. N. (2003). Un estudio experimental de la obediencia en niños.
  • Edith, R. B. N. (2008). Un análisis de las relaciones poder-autoridad y sus efectos. Los casos experimentales de la obediencia y el cumplimiento en niños escolares.

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