10 cambios en la piel durante el tratamiento del cáncer de mama

La piel durante el tratamiento del cáncer de mama experimenta diversos cambios que pueden ser desconfortables. Aquí te contamos cuáles son y qué hacer para tratarlos.
10 cambios en la piel durante el tratamiento del cáncer de mama
Maria del Carmen Hernandez

Escrito y verificado por la dermatóloga Maria del Carmen Hernandez.

Última actualización: 24 julio, 2023

El tratamiento del cáncer de mama, aunque es fundamental para combatir la enfermedad, puede tener diversos efectos secundarios en el cuerpo de una paciente. Uno de los aspectos más visibles y notables son los cambios en la piel que pueden ocurrir durante este proceso.

Estos cambios pueden variar desde leves hasta más pronunciados y pueden afectar tanto la apariencia física como la comodidad de la persona. En este artículo, exploraremos 10 cambios en la piel que pueden ocurrir durante el tratamiento del cáncer de mama.

¿Qué ocurre con la piel durante el tratamiento del cáncer de mama?

Desde la sequedad y la sensibilidad hasta la aparición de erupciones cutáneas y la pigmentación irregular, es importante comprender los cambios que pueden ocurrir en la piel durante este tratamiento.

1. Irritación y enrojecimiento

La piel de la zona tratada con radioterapia o sometida a cirugía puede volverse sensible y con mayor irritación, provocando malestar y enrojecimiento.

La irritación de la piel por la radiación es un efecto secundario común. Esto puede incluir piel seca, enrojecimiento, picazón persistente, sensación de ardor y ampollas.

Por esto, es importante mantener una correcta rutina de cuidado de la piel, evitar la exposición prolongada al sol y elegir productos que no sean irritantes durante el proceso de este tratamiento.

2. Sequedad y descamación

La quimioterapia y la radioterapia pueden alterar la producción de aceites naturales de la piel, lo que lleva a la sequedad y descamación. Asimismo, el uso de cremas hidratantes suaves y sin fragancias ayudan a aliviar este síntoma.

Un estudio publicado en la revista BMC Cancer explica que este tipo de lesión en la piel puede provocar un estado psicológico depresivo y afectar la calidad de vida de las pacientes.

3. Picazón

Algunos tratamientos del cáncer de mama pueden provocar picazón en la piel. En estos casos, es esencial evitar el rascado para prevenir futuras. Incluso puede ser beneficioso consultar con el médico sobre el uso de cremas, antihistamínicos o lociones específicas para aliviar la picazón.

4. Cambios de pigmentación

Las pacientes suelen notar cambios en la pigmentación de la piel en la zona tratada. De hecho, la organización BreastCancer detalla que algunas áreas pueden oscurecerse o aclararse. Si bien estas alteraciones suelen ser temporales, pueden afectar la autoestima de la paciente.

Se recomienda utilizar protector solar y ropa con filtro UV para ayudar a minimizar el riesgo de daño adicional a la piel. También pueden usarse cremas despigmentantes para ayudar a mejorar la apariencia.

5. Alteraciones ungueales

Algunas pacientes pueden experimentar cambios en las uñas, como fragilidad, infecciones, decoloración o crecimiento irregular. Lo ideal para ayudar a prevenir lesiones es mantener las uñas cortas.

6. Sensibilidad al sol

Como detalla el National Cancer Institute, durante el tratamiento, la piel puede volverse más fotosensible. En estos casos, es fundamental evitar la exposición directa al sol y aplicarse protector solar de amplio espectro con alto factor de protección, así como ropa protectora, sombreros y ropa de manga larga.

Además, la piel también se encuentra más sensible al tacto, por lo que la ropa ajustada o el roce excesivo pueden provocar molestias. Por lo tanto, se aconseja elegir prendas suaves y holgadas que ayuden a reducir la irritación.

7. Acné o brotes cutáneos

La terapia hormonal puede desencadenar cuadros de acné o brotes cutáneos en algunas mujeres. Asimismo, un artículo publicado en la revista Cancer Management and Research, detalla que es la reacción más común a la terapia sistémica y ocurre entre un 43 a 85 % de las pacientes.

Para controlar estos efectos, se recomienda mantener una rutina de limpieza suave y consultar con un dermatólogo para que pueda recomendar los productos adecuados.

8. Sensibilidad al frío

Algunos tratamientos pueden causar mayor sensibilidad al frío, lo que provoca manos y pies fríos. En consecuencia, mantenerse abrigado y utilizar calcetines y guantes térmicos es de gran utilidad. En general, la sensibilidad se reduce una vez finalizado el tratamiento del cáncer de mama.

9. Ulceraciones

En casos más raros, ciertos tratamientos pueden provocar úlceras en la superficie de la epidermis. Es vital notificar de forma inmediata al equipo médico si se observa este tipo de cambio o lesión en la piel.

De hecho, un estudio publicado por la revista Medicina, explica que las complicaciones orales son uno de los principales problemas de la terapia de los pacientes con cáncer.

10. Síndrome mano-pie

También conocido como eritrodisestesia palmoplantar, es un efecto secundario que se caracteriza por hinchazón, enrojecimiento y dolor en las plantas de los pies y las palmas de las manos. No obstante, puede manifestarse en otras áreas de la piel, como los codos y las rodillas.



Consejos para cuidar tu piel durante el tratamiento del cáncer de mama

Es fundamental que las pacientes se cuiden tanto física como emocionalmente durante el tratamiento del cáncer de mama. Un enfoque integral de la atención médica, que también incluya el manejo de los cambios en la piel, puede ayudar a mejorar la calidad de vida y el bienestar general de las pacientes. Algunas recomendaciones para el cuidado de la piel abarcan las siguientes.

  • Hidratación de la piel: es importante mantener la piel hidratada con cremas o lociones suaves y sin fragancias de forma regular. De hecho, la hidratación adecuada contribuye a prevenir la sequedad y descamación.
  • Cuidado de las uñas: mantener las uñas cortas y cuidadas. A su vez, se desaconseja cortar las cutículas y usar esmaltes de uñas con productos químicos agresivos.
  • Hábitos saludables: conservar una dieta saludable y equilibrada, junto con una correcta hidratación. A su vez, se recomienda dormir lo suficiente, reducir los niveles de estrés y evitar el consumo de alcohol y tabaco.
  • Protección solar: evitar la exposición directa al sol, en especial en las áreas tratadas, ya que la piel se encuentra más sensible a los rayos solares. Por ende, la American Society of Clinical Oncology recomienda utilizar protector solar de amplio espectro con un alto factor de protección.
  • Evitar temperaturas extremas: evitar las fuentes de calor intensas, como saunas y baños calientes, puesto que pueden aumentar la sensibilidad de la piel. Incluso, si se experimenta sensibilidad al frío, lo ideal es abrigarse bien y proteger manos y pies.

El cuidado adecuado de la piel durante el tratamiento del cáncer de mama puede contribuir a mejorar la comodidad física y emocional, lo que es esencial para enfrentar este desafío con fortaleza y bienestar.

El cuidado de la piel durante el tratamiento del cáncer de mama

Recordemos que cada paciente es única y cada experiencia puede variar, por lo que la atención individualizada es crucial para enfrentar estos desafíos con éxito.

Los especialistas pueden ofrecer consejos específicos y recomendaciones para abordar cada situación. Además, cuidar la piel de manera adecuada puede mejorar la calidad de vida y ayudar a mantener una imagen positiva de sí mismas durante esta etapa difícil.


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