La higiene bucodental de los niños es una práctica fundamental para prevenir enfermedades y mantener la boca sana. Para que la limpieza oral sea efectiva, es necesario cambiar el cepillo de dientes infantil cada cierto tiempo.
Un instrumento de higiene oral apropiado y en buenas condiciones favorece la correcta limpieza de los dientes y encías. A continuación, descubre con qué frecuencia y en qué situaciones se recomienda reemplazar el cepillo de los más pequeños.
¿Cada cuánto se debe renovar el cepillo de dientes para niños?
La Asociación Dental Americana (ADA) recomienda reemplazar los cepillos de dientes cada tres o cuatro meses o con mayor frecuencia si las cerdas están abiertas o deshilachadas. En el caso de los niños, las pautas para cambiar el cepillo de dientes son similares.
Ya sea que tu pequeño utilice un cepillo manual o uno eléctrico, lo ideal es cambiarlo cada 3 meses o antes, si es necesario. Como se explica en un artículo de BMC Pediatrics, debido al uso continuo, los cepillos de dientes de los niños experimentan cambios con el tiempo.
Las puntas de los cepillos de dientes utilizados por niños en edad preescolar suelen agrietarse después de 4 semanas, lo que favorece la proliferación de microorganismos. Además, el artículo explica que las cerdas son vulnerables a enredarse, ya que los pequeños se cepillan con movimientos desiguales y pueden morder o masticar el instrumento durante la limpieza.
Como indica una revisión publicada en International Journal of Pharmaceutical Science Invention, el desgaste del cepillo de dientes está más influenciado por los métodos de cepillado que por la duración o el número de cepillados por día.
Las cerdas desgastadas comprometen la capacidad del cepillo para eliminar restos de comida y placa bacteriana. Por esta razón, el recambio trimestral es una manera de favorecer una limpieza efectiva.
Razones para cambiar el cepillo de dientes infantil
Cambiar el cepillo de dientes infantil cada 3 o 4 meses ayuda a tener un instrumento en buenas condiciones para llevar a cabo la higiene oral de los más pequeños. No obstante, existen situaciones específicas que requieren reemplazar la herramienta antes de este período. Algunas de estas condiciones son las siguientes.
1. Cerdas dobladas, abiertas o dañadas
Como señala un artículo publicado en el International Journal of Dental Hygiene, si las cerdas del cepillo de dientes infantil están dañadas o abiertas, no pueden llevar a cabo una higiene oral efectiva. Al no poder eliminar la placa bacteriana de manera adecuada, aumenta el riesgo de padecer enfermedades bucales como caries y gingivitis.
Es importante que las cerdas del cepillo de dientes de tu hijo sean rectas, suaves y firmes. Además, el mango debe ser de fácil agarre y estar limpio. Si notas que los filamentos están desgastados, doblados o deshilachados antes de que se cumplan los 3 meses de uso, es hora de reemplazar el cepillo.
2. Haber estado enfermo
Si tu hijo estuvo enfermo, se recomienda cambiar su cepillo de dientes infantil cuando se recupere. Si alguien de la familia ha tenido gripe, anginas u alguna otra infección, lo ideal es que todos los miembros del grupo conviviente renueven sus cepillos.
Como señala un artículo en el Journal of Family Medicine and Primary Care, los cepillos dentales pueden servir como reservorio y también pueden transmitir importantes patógenos orales entre individuos. Al reemplazar los cepillos, se previene la proliferación de microorganismos patógenos en sus cerdas.
3. Al culminar un tratamiento odontológico
Si tu pequeño ha estado visitando al odontopediatra con frecuencia para tratar caries, gingivitis u otras infecciones orales, es recomendable comprarle un cepillo nuevo una vez que haya terminado el tratamiento.
Reemplazar su herramienta de higiene oral ayuda a reducir el riesgo de reintroducir cepas de microorganismos que podrían haber quedado entre las cerdas del cepillo anterior.
Aunque muchas de las bacterias que contribuyeron a los problemas orales pueden persistir en la boca, utilizar un cepillo nuevo contribuye a controlar su proliferación y prevenir su acumulación.
4. Guardado incorrecto
El lugar y la forma de almacenar el cepillo de dientes son fundamentales para reducir la contaminación. Según un estudio publicado en Avances en Odontoestomatología, se recomienda guardar el cepillo dental en un lugar seco, alejado del inodoro y sin usar estuches.
Tras su uso, es importante lavar y sacudir el cepillo y luego colocarlo en posición vertical para permitir su secado y ventilación. Mantener las cerdas del cepillo húmedas durante períodos prolongados facilita la proliferación de gérmenes en ellas.
Se sugiere reemplazar el cepillo de dientes infantil si ha estado húmedo por más de 48 horas. También es recomendable cambiarlo después de viajes largos en los que el cepillo haya estado guardado y con poca ventilación.
5. Compartir el cepillo
La ADA (Asociación Dental Americana) advierte que compartir un cepillo de dientes podría dar lugar a la transferencia de fluidos corporales y microorganismos entre personas. Por lo tanto, es esencial que tu hijo nunca comparta su cepillo de dientes, ni siquiera con sus hermanos.
Si tu pequeño ha compartido su cepillo de dientes, es importante que lo reemplaces de inmediato para prevenir la propagación de gérmenes y evitar posibles contagios de enfermedades.
Consejos para cuidar el cepillo de dientes de tu hijo
Además de reemplazar el cepillo de dientes infantil periódicamente, es fundamental mantenerlo en óptimas condiciones. A continuación, te proporcionamos algunos consejos importantes a tener en cuenta.
- Lavado y secado: después de que tu hijo haya cepillado sus dientes, asegúrate de enjuagar bien el cepillo bajo el grifo para eliminar bacterias, residuos y restos de pasta dental. Luego, agítalo enérgicamente para eliminar el exceso de agua y déjalo secar al aire libre en posición vertical. Colócalo en un lugar limpio y bien ventilado.
- Almacenamiento: mantén los cepillos de dientes de todos los miembros de la familia lo más separados posible entre sí. Elige un lugar seco y ventilado para almacenarlos. Evita ubicarlos cerca del inodoro, ya que esta zona puede ser una fuente de gérmenes que podrían contaminar las cerdas.
- Utiliza protectores de viaje: si necesitas transportar el cepillo de dientes de un lugar a otro, es recomendable utilizar un protector plástico que evite que las cerdas se deformen y que el cepillo entre en contacto con otros objetos. Asegúrate de que el cepillo esté seco antes de guardarlo para evitar la proliferación de gérmenes. Considera también la posibilidad de utilizar cepillos de dientes desechables cuando estés de viaje.
- No compartas el cepillo dental: nunca debes compartir el cepillo de dientes con otra persona. En caso de que esto ocurra, es necesario reemplazarlo por uno nuevo.
- Registra la fecha de inicio de uso de un cepillo nuevo: lleva un registro de cuándo se comenzó a utilizar un cepillo nuevo y calcula el tiempo de uso estimado. Planifica el reemplazo del cepillo junto con los de todos los miembros de tu familia.
- Inspecciona las cerdas regularmente: observa con frecuencia el estado de las cerdas del cepillo dental y evalúa si es necesario reemplazarlo en función de su desgaste y deterioro.
Cepillos de repuesto
Cambiar el cepillo de dientes infantil cada 3 meses es una pauta general recomendada para garantizar la eficacia de la herramienta. Sin embargo, en el caso de los niños, es fundamental estar atento a las señales de desgaste o contaminación y reemplazarlo antes si es necesario.
Tener algunos cepillos de dientes de repuesto para toda tu familia te ayudará a contar con una herramienta nueva cuando sea necesario un recambio. No olvides que mantener el cepillo dental infantil en óptimas condiciones es crucial para que la higiene oral de tu pequeño sea eficaz.
Bibliografía
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