Brackets para niños: ¿cuándo son recomendables?
En las siguientes líneas te contamos de qué se tratan los brackets para niños y cómo pueden ser útiles para resolver las alteraciones de mordida de tu hijo. Preocuparse por la salud bucodental de los pequeños es una responsabilidad más durante la crianza.
Detectar problemas de mordida y solucionarlos está dentro de esta búsqueda de una boca saludable. La ortodoncia infantil es la solución para aquellos casos que necesitan alinear piezas dentarias o cuando hay anomalías en la oclusión.
En la infancia el tratamiento es más rápido, sencillo y barato. Como verás, los brackets para niños pueden ser la solución para tu pequeño.
¿Qué son los brackets para niños?
Los brackets para niños son un tipo de tratamiento de ortodoncia que utiliza pequeñas piezas que se adhieren a las superficies dentarias y sujetan un arco metálico. Este conjunto se va ajustando en el consultorio para que ejerza fuerzas sobre los dientes y, así, se pueda modificar su posición.
¿Cuándo son necesarios?
Es el ortodontista quien decide el tipo de ortodoncia que se va a utilizar según la problemática a solucionar, la edad del niño y las necesidades particulares de cada caso clínico. Pero, en general, los brackets se pueden utilizar para corregir problemas de mordida y cualquier malposición dentaria, como dientes rotados, apiñamientos dentales y diastemas (mucho espacio entre dientes).
Solucionar los problemas de mordida a edades tempranas evitará otros inconvenientes a largo plazo. Los dientes alineados permiten realizar una correcta limpieza oral, ejercer las funciones de la boca, como comer y hablar con normalidad, y evitar problemas de autoestima por complejos y burlas.
¿A qué edad se colocan los brackets para niños?
El mejor momento para realizar la primera visita al ortodoncista son los 6 años de edad. A veces los padres creen de manera errónea que no deben ir hasta que el niño no finalice el recambio dental, lo que sucede entre los 12 y 13 años.
Lo cierto es que, cuanto antes se analice la mordida del pequeño, se detecte cualquier anormalidad y se comience a resolverla, más efectivo, rápido y cómodo será el procedimiento. El ortodoncista valora el crecimiento de los maxilares, la posición de los dientes y la manera de morder para realizar un diagnóstico preciso y considerar la necesidad de un tratamiento.
En los casos en los que se detecte algún problema durante la dentición mixta (hay dientes de leche y permanentes en la boca), la ortodoncia que se va a utilizar es del tipo interceptiva. Son sistemas removibles que intentan corregir hábitos o guiar el crecimiento del hueso cuando su tamaño o posición no es el adecuado.
Cuando finaliza el recambio dental y se completa la erupción de los dientes definitivos es la edad ideal para la colocación de brackets para niños. La adolescencia es la etapa más oportuna, pues el hueso aún está creciendo y las piezas dentarias definitivas están terminando de salir, lo que permite correcciones a mayor velocidad.
Entre los 9 y los 13 años suele ser la edad a la que el ortodoncista puede sugerir la colocación de brackets para niños, pues la erupción dentaria varía de una persona a otra y será el profesional quien mejor conozca las necesidades de tratamiento para cada caso particular. No se recomienda utilizar este tipo de aparatos en menores de 9.
Tipos de brackets
En caso de que el odontólogo decida colocar brackets para niños para realizar el tratamiento de ortodoncia, se podrán elegir entre diferentes opciones:
- De metal: son los más baratos y los que, en general, eligen los pequeños, pues se notan a simple vista. Pero el factor estético a esa edad no suele ser una preocupación.
- De zafiro: son transparentes, por lo que pasan desapercibidos y son los más estéticos. Son ideales para aquellos niños que no quieran que se noten sus frenillos, pero son más costosos.
- De porcelana: son piezas del color del diente, por lo que su estética es aceptable. No son tan costosos como los de zafiro, pero se pueden teñir con el paso del tiempo. Son útiles para tratamientos cortos.
- Linguales: aquí los brackets se cementan en la parte interna de los dientes, por lo que no son visibles. Son costosos y no se utilizan con frecuencia en los niños, pues requieren un mayor cuidado y limpieza.
También existe ortodoncia sin brackets en la que se utilizan férulas transparentes que realizan las fuerzas sobre los dientes. Con este sistema se pueden hacer las mismas correcciones que con el método fijo, pero aquí el paciente se puede poner y sacar las cubetas.
¿Cómo cuidar los brackets para niños?
Llevar brackets para niños en la boca contribuye a la acumulación de bacterias y restos de comida. Esto debe ser controlado para que el tratamiento de ortodoncia no suponga un riesgo para otras afecciones bucales, como la aparición de caries, gingivitis o ulceraciones en la mucosa.
Realizar una correcta higiene bucal, cepillando los dientes después de cada comida y complementando con hilo dental, cepillos interproximales y enjuagues bucales es fundamental. Los padres cumplen un papel muy importante ayudando y supervisando el hábito de limpieza.
La alimentación también es un factor que hay que considerar. Se deben evitar alimentos con mucho azúcar que favorezcan las caries. Los alimentos muy duros o pegajosos se deben obviar, pues pueden despegar o romper los frenillos.
El odontólogo indicará y explicará el uso de cera para brackets. La misma se debe colocar en las zonas filosas que pueden lesionar la mucosa para evitar la aparición de llagas y lastimaduras.
Resolver los problemas de mordida con brackets para niños
Ahora ya sabes que la consulta temprana con el ortodoncista ayudará a tratar las alteraciones en la mordida apenas se detecten. Un tratamiento precoz resulta más efectivo y menos molesto para los pequeños.
Los brackets para niños son una opción para corregir los problemas de oclusión y de malposiciones dentarias que se puede utilizar después del recambio dental. Existen diferentes tipos, pero los de metal son los más elegidos para lograr una hermosa sonrisa en los más pequeños.
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