Beneficios de la lactancia prolongada
En algunas culturas, la lactancia prolongada está normalizada y es habitual que dure por varios años. Sin embargo, en los países occidentales, no es tan frecuente e incluso a veces está hasta mal visto.
En muchas ocasiones, la madre que decide continuar con la lactancia más allá del año, se enfrenta con el rechazo por parte de la sociedad. También, debe lidiar con los comentarios de la familia, los amigos y el personal sanitario, que pueden llegar a resultar muy dolorosos.
¿Qué es la lactancia prolongada?
Se conoce como lactancia prolongada a aquellas que se prolongan más allá del primer año. De todas formas, se debe tener en cuenta el lenguaje que empleamos en ciertas ocasiones para poder normalizar un acto.
Realmente, llamarlo lactancia prolongada puede dar lugar a malos entendidos, ya que hace referencia a que dura más de la cuenta, cuando no debería tomarse de esa manera. En este sentido, debes saber que la lactancia materna es igual de válida y beneficiosa tanto a los tres meses como a los tres años, y sin distinciones de ningún tipo.
Descubre cuáles son los beneficios de la lactancia prolongada
Los beneficios que aporta la lactancia son infinitos, pero cuanto más dura en el tiempo pueden llegar a ser mucho mayores. Además, estas ventajas no son solo para el bebé, sino también para la madre. Te contamos cuáles son a continuación.
Beneficios para el bebé
Estos son algunos de los beneficios con los que contará el bebé por la lactancia prolongada:
- Continuo refuerzo inmunitario.
- Previene enfermedades cardiovasculares.
- Previene la obesidad infantil y también en la edad adulta.
- Proporciona un vínculo con la madre que le ofrece seguridad y consuelo.
- Aporta ventajas del tipo emocional.
Estudios que demuestran el beneficio emocional de la lactancia prolongada
Las lactancias prolongadas están relacionadas con escalas menores de ansiedad en el adulto, según manifiestan Bushnell (1977) y Hawkins (1975). Además, de acuerdo con Baumgartner (C. 1984), la lactancia contribuye con los pequeños a tener una transición gradual hacia la niñez, pues les ayuda a aliviar las frustraciones, los choques, los golpes y las tensiones diarias.
Un estudio que se hizo específicamente con bebés de lactancias prolongadas, demostró un mayor ajuste social y con tendencias de menores desórdenes de conducta en relación con la mayor duración de la lactancia (Ferguson, 1987).
Por su parte, los niños con mayor apego en la infancia no exhibieron conductas asociadas con temor a ser abandonados cuando sus madres dejaban la habitación. El menor aceptaba la separación porque sabía que su madre sería accesible en caso de que llegara a necesitarla. En cambio, las mujeres que amamantaron por menos tiempo tenían hijos que lloraban más cuando se separaban de ellos (Stayton, 1973).
Beneficios para la madre
La madre también gozará de ventajas si practica la lactancia prolongada.
- Protege a la madre del cáncer de pecho, el cáncer de ovario y el cáncer de endometrio.
- Reduce el riesgo de osteoporosis.
- Reduce el riesgo de diabetes de tipo 2.
Cuándo hacer el destete
La duración de la lactancia es hasta que la madre o el bebé lo decidan. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda dar el pecho, como mínimo, hasta los 2 años de edad del pequeño. Además, la misma debe ser exclusiva durante los seis primeros meses.
El destete natural suele ocurrir entre los 2 años y medio y los 7 años de edad, por lo que la media es alrededor de los 4. Cuando hablamos de niños más mayores, el vínculo afectivo que proporciona la lactancia materna cobra mucha más importancia. Esto se debe a que le aporta al niño la seguridad y el consuelo que necesita.
Mitos sobre la lactancia prolongada
Como contábamos al principio del artículo, hoy en día, todavía podemos encontrar a madres que cuentan sobre el rechazo que han vivido por parte de la sociedad al tener que amamantar a su hijo mayor de un año.
Podemos escuchar comentarios como que a partir de los seis meses la leche ya no alimenta tanto, siendo totalmente falso. También podemos encontrar la creencia de que la lactancia prolongada crea una dependencia excesiva del bebé a la madre.
Sin embargo, para llegar a ser un adulto independiente, seguro y estable emocionalmente, primero se necesita cubrir esa etapa de alta dependencia: la infancia.
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