¿Por qué los bebés no deben tomar leche de vaca?

Si estás pensando en sustituir la leche materna por leche de vaca, deberías saber que hasta pasados los primeros 12 meses de vida no se puede incluir este producto en la dieta del bebé.
¿Por qué los bebés no deben tomar leche de vaca?
Saúl Sánchez Arias

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias.

Última actualización: 02 julio, 2023

La leche de vaca es un alimento considerado como saludable, ya que presenta una elevada densidad nutricional. Sin embargo, los bebés no deben consumirla por una serie de motivos que te vamos a explicar a continuación. Es importante tener en cuenta que durante las primeras etapas de la vida existen restricciones dietéticas que se eliminan con el paso del tiempo.

Si tienes dudas acerca de qué puede comer un bebé y qué no, lo mejor es consultar con un especialista. Introducir en su dieta un producto inadecuado podría generar daños sobre la función digestiva o alteraciones en el estado de salud que se manifiesten a medio o a largo plazo.

Los bebés menores de un año no deben consumir leche de vaca

Durante el primer año de vida, el sistema digestivo del bebé está optimizado para procesar la leche materna. Sin embargo, no es capaz de manejar correctamente otros alimentos, como puede ser la leche de vaca, debido a su concentración en nutrientes. Hasta superados los 12 meses de vida no se debería comenzar a incluir este elemento en la dieta. De ese modo, se logra prevenir sobrecargas proteicas.

Diferencias entre la leche materna y la de vaca

La leche materna cuenta con una cantidad de proteínas que es tolerable para el sistema digestivo del recién nacido. Al ser mayor en la leche de vaca, podría ocasionarle problemas de salud al pequeño.

Hay que destacar que la leche materna cuenta con una concentración en proteínas de 1 gramo por cada 100 mililitros. Por su parte, la leche de vaca es capaz de aportar 3,3 gramos por cada 100 mililitros de alimento. Esto resulta excesivo para un bebé, ya que no es capaz de excretar y de filtrar el exceso de nutrientes.

Aunque se ha demostrado que durante las primeras etapas de la vida las necesidades proteicas se encuentran aumentadas, el aporte ha de ser progresivo. Asimismo, influye la concentración en solutos de la disolución y la leche materna es un producto mucho más respetuoso con el sistema excretor del recién nacido.

Asimismo, la capacidad de absorción del hierro por parte del niño varía según se administre leche materna o leche de vaca. Y esta es muy superior en el caso del alimento procedente de la madre. De esta manera, se previene un aporte ineficiente de un nutriente que, por lo general, cuenta con una disponibilidad baja.

El riesgo de alergias

Además de las razones expuestas, cabe destacar que los niños menores de un año cuentan con un mayor riesgo de desarrollar alergia a las proteínas de la leche de vaca si este alimento se introduce en la dieta antes de tiempo. Por este motivo, en el caso de no poder consumir leche materna, se recomienda optar por una versión hidrolizada para facilitar la digestión.

De acuerdo con una investigación publicada en la revista Nutrients, existen en el mercado varias opciones para suplir a la leche materna cuando esta no puede ser administrada. Muchas de ellas son de origen vegetal, pero también existen casos de alimentos de procedencia animal con las proteínas parcialmente digeridas para evitar reacciones autoinmunes.

A partir del primer año de vida, el niño puede comenzar a tomar leche de vaca. De todas formas, habrá que prestar atención las primeras veces y acudir al médico si aparecieran síntomas tras su ingesta.

¿Cuándo se puede empezar a consumir leche de vaca?

A pesar de que algunos expertos recomiendan esperar al tercer año de vida para incluir la leche de vaca en la dieta. Sin embargo, lo cierto es que la mayor parte de las evidencias confirman que una vez que el bebé ha cumplido 12 meses, se puede administrar dicho alimento. Eso sí, habrá que prestar atención por si se desarrolla algún tipo de sintomatología tras su ingesta. En este caso, lo mejor es consultar con el médico.

De todos modos, antes de dar este paso es aconsejable ofrecer algún tipo de leche de fórmula enriquecida con nutrientes como los ácidos grasos omega-3. Si el bebé tolera bien este producto, poco a poco se puede sustituir por leche de vaca sin mayores problemas.

Evita ofrecer leche de vaca a los bebés antes de los 12 meses de vida

Como has podido comprobar, es determinante evitar la inclusión de la leche de vaca en la alimentación infantil antes del primer año de vida. De lo contrario, podrían experimentarse consecuencias nocivas para la salud del niño, como alergias, intolerancias o problemas con los niveles de hierro en el organismo.

Por este motivo, te recomendamos que seas paciente y que extiendas la lactancia materna por lo menos hasta que el bebé cumpla 12 meses. A partir de aquí, podrá tomar mayor protagonismo la leche de fórmula, para terminar por introducir la de vaca en la pauta del niño.


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