Sentirse bien es primordial para llevar una vida equilibrada, para sentirnos bien no solo con nosotros mismos sino también con el mundo que nos rodea. Si estás bien contigo mismo, todo lo de tu alrededor también comenzará a estar bien de nuevo. Es por esto, que además de trabajar en tu crecimiento interior, también puedes ayudar y guiar a tus hijos para que aprendan a sentirse bien.
Si un niño se siente bien consigo mismo será un niño feliz. Que los hijos sean felices es la meta de cualquier padre o madre. Los niños que se sienten bien acerca de lo que son y de lo que representan tendrán mayor probabilidad de éxito en la vida. Como padre o madre, ¿puedes ayudar a tu hijo a sentirse bien? Desde luego que puedes, y además no es que puedas, es que es tu deber hacerlo.
Lo que dices y lo que haces ayudará a contribuir a una sana autoestima y a una gran confianza interna. Este sentimiento positivo en el corazón de tus hijos tendrá un impacto muy grande en sus vidas, tanto dentro como fuera de casa. Según cómo se sienta tu hijo consigo mismo podrá tener mejores o peores relaciones interpersonales y también, influirá en la actitud que tenga ante la vida.
Claves para ayudar a que tu hijo se sienta bien
Hay algunas claves que sería bueno que leyeras y que tuvieras en cuenta para la vida diaria en vuestra familia, así tus hijos se sentirán respetados y queridos, y por tanto, también se sentirán mejor consigo mismos.
- Respeta las decisiones de tus hijos, incluso cuando no estés de acuerdo con ellos. Si les apoyas y les das palabras de aliento les harás sentir mejor.
- Respeta a tus hijos por quienes son, no les cambies, disfruta de su idiosincrasia. Respeta su formad e ser incluso aunque sea muy diferente a ti. Sus peculiaridades son tu mejor maestro.
- No critiques a tus hijos, ni delante de ellos ni a sus espaldas, ¡y mucho menos delante de amigos o familiares! A nadie le gusta ser criticado ante los demás. Recuerda: elogia en público, haz las críticas constructivas en privado.
- Nunca compares a tus hijos con los demás. Si lo haces, tus hijos pensarán que no los aceptas y que cualquiera es mejor que ellos. Recuerda que debes aceptar y respetar a tus hijos por quienes son y no por quienes te gustaría que fuesen.
- Pasa tiempo de calidad con tus hijos y hazles ver que te gusta su compañía. Jugar con ellos y disfrutar de momentos familiares es muy importante para que se den cuenta de que su presencia para ti, es más importante que cualquier otra cosa.
- Deberás ser un buen ejemplo para tus hijos, mostrándoles cómo te gusta ser quién eres, que no te comparas con nadie y que te gusta ser auténtico/a. Las críticas de los demás se resbalan por tu piel de tobogán porque nada importa más que la opinión de la familia y no tanto de otros.
- Los niños también tienen que ver en ti que aunque intentas ser la mejor versión de ti e intentas ser lo mejor que puedes ser, también aceptas que no eres perfecto. ¡Aprender de los errores es lo que realmente nos hace sabios!
- Permite que tus hijos exploren, que prueben cosas nuevas y también que realicen actividades que realmente les gusta realizar. Aunque claro, todo esto con moderación.
- Ayuda a tus hijos a reconocer y celebrar sus logros.
- Muéstrales el amor que sientes por tus hijos de la forma en las que ellos se sientan cómodos.
- Muestra interés por su vida y asegúarte de que saben que son lo más importante para ti cada día.
- Dile cada día a tus hijos que les quieres y muéstrales tu afecto diariamente.
- Respeta sus pensamientos y permite que puedan tomar sus propias decisiones, esto potenciará su pensamiento crítico. Pero siempre bajo tu atenta mirada y con tu guía.
- Permite que se equivoque y que descubra cuál es la mejor opción para después, mejorar su acción.
- Ayúdale a entender sus emociones y también la de los demás. La empatía y la asertividad son dos herramientas que le ayudarán a labrarse un buen camino lleno de éxito y bondad.