ABP: una pedagogía en la que el alumno es el protagonista de su aprendizaje

A la vanguardia de las pedagogías que enfatizan el aprendizaje activo, ABP surge como una nueva meotodología que pone al alumno en el centro de su aprendizaje a través de la elaboración de proyectos.

Escrito y verificado por la educadora social Natalia Cobos Serrano.

Última actualización: 08 julio, 2020

La dinámica de alumnos pasivos asistiendo a clases magistrales no tiene cabida en la filosofía del ABP, ya que la esencia de esta pedagogía es fomentar que el alumno sea el principal agente de su propio aprendizaje.

Con la participación de todos los agentes de la comunidad educativa, el fin de los ABP es dotar a los alumnos de habilidades y de la autonomía suficiente y necesaria, a través de la elaboración de proyectos que puedan resolver problemas de la vida cotidiana.

¿En qué consiste el ABP?

El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) es una de las pedagogías utilizadas dentro de lo que se denomina aprendizaje activo. A diferencia del resto de metodologías propias de la enseñanza directa, en el ABP se entiende que el conocimiento debe elaborarse por el propio alumno, lo cual facilita enormemente la motivación del alumno y, en consecuencia, su aprendizaje.

Además, otro aspecto que distingue al ABP del resto de metodologías, es que los papeles que juegan el profesor y el alumno son muy distintos respecto a la enseñanza directa.

En el ABP, el alumno debe participar activamente en su aprendizaje, mientras que el papel del docente consiste en ser un mero facilitador o guía para los alumnos en la elaboración de sus proyectos.

Sin embargo, la clave radica en apreciar el centro educativo como un ecosistema. Esto significa la necesidad de que se produzca una implicación activa por parte de todos. Asimismo, habrá que analizar todos los factores que puedan incidir en el desarrollo, ya que todos se encuentran interrelacionados entre sí.

¿Cómo elaborar un Proyecto ABP?

El desarrollo de un Proyecto ABP consta de tres fases:

• Primera fase. Se establecerán los objetivos, los contenidos y las actividades que darán comienzo al proyecto. Esto deberá estar delimitado por el interés del alumnado, por lo que el docente tendrá en cuenta esto al seleccionar el tema.
• Segunda fase. Se comienza a desarrollar el proyecto y se define el propósito del producto. El producto será un folleto una campaña o una investigación científica, entre otros. Mediante el trabajo en equipo, los alumnos llevan a cabo una investigación para obtener la información y reflexionar sobre ella.
• Tercera y última fase. Se dedica a la autoevaluación y valoración del proceso llevado a cabo. Los alumnos valoran y evalúan su aprendizaje, el trabajo que han desarrollado y el producto final del proceso.

¿Cuáles son los beneficios de utilizar esta pedagogía?

El hecho de que los alumnos busquen información, elaboren su propio contenido, que inicien debates y reflexionen sobre la información recopilada y, finalmente, sobre su propio trabajo, aumenta potencialmente su motivación por aprender.

Los profesores de la Universidad de Ohio Willard y Duffrin, señalan que el Aprendizaje Basado en Proyectos mejora la satisfacción con el aprendizaje y prepara mejor a los estudiantes para afrontar situaciones reales que se encontrarán en su futuro laboral.

Eduardo Rodríguez de Sandoval, profesor de la Universidad Nacional de Colombia, expone que los alumnos que trabajan por proyectos adquieren grandes aprendizajes y habilidades. M ejoran su capacidad para trabajar en equipo, ponen un mayor esfuerzo, motivación e interés, aprenden a hacer exposiciones y mejoran la profundización de los conceptos.

En definitiva, con el Aprendizaje Basado en Proyectos lo que se busca es una reconceptualización del proceso de enseñanza-aprendizaje que esté a la altura y desarrollo que presentan nuestras sociedades actuales y, en definitiva, las nuevas generaciones de alumnos.