33 ideas para fomentar la lectoescritura

Iniciar a los niños en la lectoescritura antes de comenzar el colegio es crucial. En este proceso de aprendizaje, la familia juega un papel fundamental.

Niño leyendo un cuento él solito.

¿Te gustaría que tus hijos, desde pequeñitos, se interesaran por la lectura y la escritura, pero no sabes cómo hacerlo? A continuación, presentamos 13 ideas para fomentar la lectoescritura en los niños de la forma más natural, antes y durante su aprendizaje en el sistema educativo.

Ahora bien, para que los niños se vean involucrados e interesados por la lectoescritura, es primordial proporcionales situaciones y contextos que estimulen el gusto por estas actividades. En esta tarea, las familias juegan un papel fundamental. Monserrat Fons nos propone 13 ideas para fomentar la lectoescritura en nuestros niños.

Las mejores ideas para fomentar la lectoescritura en los niños

Niño aprendiendo a leer gracias a las ideas para fomentar la lectoescritura.

Ayudar a los niños en la lectoescritura refuerza los vínculos familiares, pero para ello, la lectura no debe ser vista como una tarea, sino como un momento de diversión y de compartir.

1. Dedicar tiempo juntos

Antes de empezar esta nueva aventura literaria, es importante tener en cuenta tres aspectos básicos a la hora de invitar a tu hijo a formar parte de esta etapa tan importante para su vida: dedicar tiempo de calidad juntos, conocer qué gustos tiene el pequeño de la casa y aprender a reconocer los mejores libros, contando con el apoyo de los expertos.

Una vez que esto ha quedado claro, es importante que el primer parámetro se cumpla; bien sea 30, 20 minutos… Lo importante es pasar tiempo de calidad juntos y, para ello, hay que organizarse e involucrarse siempre con la familia. 

2. Conocer los gustos del pequeño

En la segunda premisa se pretende hacer entender a los padres que no todos los niños tienen los mismos gustos, ni les gusta jugar a lo mismo, ni por supuesto leer lo mismo. Si reconoces que tu hijo es especial, estás preparada para acertar con tu elección.

Para ello, ten en cuenta sus historias preferidas y sus personajes favoritos. De esta forma, a la hora de elegir un buen libro, seguro que le gustará y le motivará a empezar. 

3. Pedir consejo a los especialistas y reconocer los libros adecuados para su edad

Si dudas en cualquier caso, tienes a tu disposición a los mejores especialistas para ayudarte ante cualquier cuestión: libreros, bibliotecarios, docentes… Todos ellos están preparados para ofrecer una experiencia y material de calidad con el objetivo de lograr esta misión.

Asimismo, procura elegir libros adecuados para la edad del infante; ya que, en caso contrario, la obra resultará demasiado difícil o fácil de entender para él, lo que conllevará que este apasionante viaje quizás no se le haga ameno.

4. Convivir con un mundo letrado, una de las mejores ideas para fomentar la lectoescritura

Leer y escribir es una actividad comunicativa inserta en nuestro entorno sociocultural. Por ello, es importante y necesario que los aprendices convivan con adultos que utilizan con frecuencia la lectoescritura. De este modo, los niños aprenderán a descubrir y valorar el significado de leer y escribir.

Algo tan sencillo como redactar la lista de la compra, leer los ingredientes de alguna chuche, dejar una nota, leer un cuento o los carteles del supermercado servirá para fomentar el gusto y el aprendizaje por la lectoescritura en los niños. Incluso, el juego simbólico ofrece la posibilidad de imitar las conductas de lectura y escritura que los pequeños ven en su contexto familiar y escolar.

5. Facilitar aprendizajes interrelacionados

Leer y escribir son procesos que deben enseñarse como algo completo y no de forma aislada. Si practicamos con los niños experiencias completas de lectura y escritura, tendrán mucho más sentido para ellos.

Además, es recomendable crear y facilitar contextos en los que los niños reflexionen sobre el funcionamiento del lenguaje, tanto escrito como oral. De esta forma aprenderán, de manera progresiva, las características de cada tipo de texto, ya sea una carta, una receta, noticias, felicitaciones, un cuento, etc.

6. Leer en voz alta para los neolectores, una de las mejores ideas para fomentar la lectoescritura

El simple hecho de escuchar textos leídos por lectores expertos tiene efectos muy beneficiosos para los más pequeños. Esta actividad contribuye a familiarizar a los neolectores con la estructura del texto escrito y el lenguaje.

De igual forma, es importante fomentar la participación del niño durante la lectura. Mientras leemos, debemos hacerle partícipe. Podemos comentar lo que se lee, hacer preguntas o que relacione lo que oye con los dibujos que ve.

De esta manera, estaremos favoreciendo la comprensión de los textos antes de que el pequeño aprenda a leer. Además, leer conjuntamente con los niños crea un vínculo afectivo importante, a la vez que se construye una experiencia positiva de lectura.

7. Escribir de manera conjunta

Es importante escribir con los niños de forma conjunta. Tenemos que ayudarles a entender la utilidad y funcionalidad social que tiene la escritura en el día a día.

Por ello, debemos enseñar y explicar a los pequeños la importancia de escribir bien para que los demás puedan entender los textos escritos. La importancia de pensar en lo que quieren decir y a quién se lo quieren decir, antes de ponerse a escribir. Así como la importancia de releer lo escrito para poder mejorarlo.

8. Tener en cuenta las relaciones entre lenguaje oral y lenguaje escrito

Como bien sabemos, aprendemos a hablar antes que a escribir. Sin embargo, mientras el niño desarrolla su lenguaje oral, es beneficioso que le iniciemos y le proporcionemos situaciones en las que esté en contacto con en el lenguaje escrito.

Poco a poco, debe entender que el conjunto de letras que ve escritas no representa a los objetos, sino el nombre del objeto, puesto que, los niños creen que aquello que no existe o que no conocen no se puede escribir. De igual forma, los pequeños deben ir comprendiendo que no se escribe igual que se habla. Muchas reglas son distintas; aunque la escritura pueda oralizarse, no coincide del todo con el lenguaje oral.

“La lectura hace al hombre completo; la conversación, ágil; el escribir, preciso”.

Francis Bacon

Más ideas para fomentar la lectoescritura

Madre con su hijo leyendo un cuento a la luz de la linterna mientras se tapan con las sábanas de la cama.

9. Animar al niño a experimentar leyendo o escribiendo

Debemos estimular y motivar a los niños, en cualquier contexto, para que experimenten e indaguen con la lectoescritura. De esta manera, fomentaremos la autonomía en su aprendizaje.

Siempre hay que motivarle, pero no obligarle, a que intente leer y escribir. Aunque el niño diga que no lo sabe hacer bien, lo animaremos y ayudaremos, y nos asombraremos de su buen trabajo. Además, si le ofrecemos al pequeño un ambiente de seguridad y confianza, este entenderá sus errores como una fuente de aprendizaje.

10. Considerar el valor del tiempo y de la espera

El aprendizaje de la lectoescritura es un proceso largo y complejo; se necesita tiempo y paciencia, y, como ya sabemos, cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje. Normalmente, se comienza a leer entre los 5 y los 7 años. Sin embargo, igual de buen lector puede ser el niño que ha empezado a los 7 años como el que empezó a los 5.

Tenemos que dejar que los niños investiguen, discutan y ensayen por sí mismos. Si los adultos damos respuestas precipitadamente y no los dejamos pensar, haremos niños dependientes de nuestras explicaciones.

11. Valorar más los aciertos que los errores

Hay que valorar los aciertos de los niños de manera ajustada. Si decimos, “muy bien”, tenemos que concretar y decirle lo que ha hecho bien, por ejemplo: “has escrito muy clarito” o “has escrito muchas letras”.

El “muy bien” generalizado, da ánimos, pero ayuda poco al aprendizaje. Si queremos que el pequeño tome conciencia de su aprendizaje, debemos reconocer y nombrar lo que ha hecho bien.

12. Usar materiales del medio, una de las ideas para fomentar la lectoescritura

Estamos rodeados de materiales estupendos con los que enseñar a leer y a escribir a los niños. Los mejores son los que nos rodean, como los carteles de las tiendas, los envoltorios de las golosinas, los menús de los restaurantes, la propaganda, los periódicos…

Existe una gran variedad de contextos donde iniciar y motivar a los niños en el aprendizaje de la lectoescritura. Además, así, el niño entrará en contacto con diferentes tipos de soportes y tipografías.

13. Hablar de la lectura y de la escritura

Para que los niños progresen en el aprendizaje de la lectoescritura, es bueno plantear situaciones de lectura y escritura colaborativa. A través de ello, se facilita una interacción verbal que ayuda a la construcción de los aprendizajes.

Por otro lado, es enriquecedor hablar sobre sus libros preferidos, sobre noticias de interés para ellos, jugar con las palabras, etc., como algo habitual, aunque en el momento no se esté leyendo ni escribiendo.

Practica estas 20 actividades complementarias para fomentar la lectoescritura

Esta veintena de actividades se suma a las 13 que ya hemos apuntado, como un conjunto de estrategias que ponen en relación la memoria y la imaginación, como vías para fomentar un acercamiento lúdico a la lectura y la escritura.

14. Contar historias familiares

Relatarles a los niños historias del pasado familiar, describirles cómo era la ciudad, hablarles del clima, de las estaciones, de los viajes y las aventuras edificantes, es una forma de acercarse al idioma en lo que tiene de magia evocadora.

Esta actividad va perfecta con álbumes o registros audiovisuales.

15. Recibir y escribir cartas

Si ya existe un dominio básico de la lectoescritura, dejar notas con tips o indicaciones breves en algunos lugares estratégicos de la casa, como en la puerta del refrigerador o en la mesa del desayuno, contribuirá a su manejo instrumental y cotidiano.

Los niños aprenderán a expresar deseos, necesidades, felicitaciones, advertencias, instrucciones, en fin, diversas formas de comunicación en contexto.

16. Mundo de palabras

La idea anterior se completa con esta de colocar los nombres de las cosas como si se tratase de etiquetas. Incluso, podemos probar a poner los nombres en otros idiomas, para familiarizarlos con un determinado vocabulario.

17. Lectura dramatizada

Leer con intención y entonación es un ejercicio que pone a prueba la comprensión de la lectura. Se busca captar las intenciones, los sentimientos, la sensibilidad o la profundidad de los personajes. En la etapa de aprendizaje de la lectoescritura la lectura dramatizada logra llegar al sentido por la vía de las emociones.

18. Aprender a rimar

Con las rimas los niños desarrollan la memoria, la conciencia fonética, la predicción, y aumentan el vocabulario. La repetición, base musical de la rima, construye confianza porque los niños se anticipan a lo que sigue, lo cual supone destreza para la comprensión.

Las investigaciones en el área apuntan al fortalecimiento de los músculos de la boca-lengua al realizar rimas, trabalenguas, canciones, poemas y adivinanzas. Los niños aprenden cómo los sonidos se combinan para formar palabras y frases, entienden la secuencia del ritmo y la modulación de la lengua, elementos fundamentales para el aprendizaje de la lengua materna y de los idiomas en general.

19. Ejercitar el ritmo

Aca es preciso saber que el punto de partida de la música es el ritmo y que el ritmo se deriva del lenguaje hablado. Para los niños, las palabras, las canciones, la música y las acciones son un todo inseparable.
Esta conexión íntima define una estructura rítmica traducible en melodía. Y las fórmulas rítmicas se reproducen a través de palmas, golpeando el suelo, dando palmadas en los muslos. Luego, con una orientación musical profesional se puede introducir instrumentos.

20. Aprender nociones espaciales

Hagamos ejercicios de movimiento que impliquen: cálculos de distancias, recorridos e itinerarios. Valga resaltar que las actividades lúdicas contribuyen al desarrollo de las nociones espaciales porque potencian su creatividad e inteligencia. Por cierto, en un informe de investigación se afirma que “el armar rompecabezas es uno de los ejercicios más eficaces para el desarrollo de las nociones espaciales ya que se desarrollan muchas habilidades tanto visuales
cognitivas y sociales”.

21. Practicar la lateralidad

Juguemos con el niño a saltar sobre un pie o sobre el otro de manera autónoma. Procuremos realizar actividades en las que deba controlar su fuerza y tonicidad muscular; por ejemplo: lanzar, atrapar y patear objetos y pelotas, entre otros objetos. También, realizar ejercicios que involucren
movimientos segmentados de partes gruesas del cuerpo (cabeza, tronco y extremidades).

22. Ejercitar la direccionalidad

Con ejercicios se busca que el niño logre una diferenciación progresiva de su cuerpo y de los objetos, por medio de la exploración y manipulación de su cuerpo y las acciones de los otros con respecto a él. La direccionalidad le permite orientarse tanto en la hoja de trabajo como en el espacio que les rodea.

23. Uso correcto del lápiz

Como lo afirma la educadora Mónica Paredes: “La escritura requiere que el niño haya disociado los movimientos de la muñeca y de los dedos de su mano dominante y que al mismo tiempo, sus dedos tengan la precisión, coordinación y fuerza necesaria para tomar el lápiz y realizar los movimientos propios de la escritura, sin tensión ni excesiva presión”.

24. Los ejercicios de grafo-motricidad

Con esto se buca vivenciar la grafía, “recorriéndola, andando sobre ella, haciendo su trazado en el aire, o sobre arena, vivenciando el trazo con diferentes texturas”. Valga insistir en la idea de la caligrafía como gesto corporal, lo cual se encuentra en muchas tradiciones en las que se mezcla con el dibujo y el ideograma.

En efecto, para la licenciada en pedagogía infantil, Ingrid Granada “la caligrafía adquiere una connotación más proclive al arte y a una perspectiva de enseñanza más cercana a lo que en educación se ha denominado los métodos naturales”.

25. Ejercicios de discriminación visual y auditiva de grafías

Cuando se está aprendiendo a reconocer las letras, un ejercicio divertido es escribir una frase y pedirle al niño que identifique una letra en particular que hayamos seleccionado. Cuando avance un poco más, el ejercicio puede consistir en deletrear en voz alta los fonemas que componen un enunciado.

25. La invención de palabras con sonidos parecidos

A partir de un sonido, invitar al niño a encadenar palabras. Por ejemplo: se le da como opción el sonido ‘ta’, a partir del cual obtendría: ‘tapa’, ‘tarde’, ‘tarta’, ‘tarea’… y así, todas las que se le ocurran.

26. Correspondencia de imágenes y palabras o frases cortas

En los libros para aprender a leer es común la actividad en la que se busca establecer correspondencias entre palabra e imagen trazando una línea. Te ofrecemos la opción de construir columnas de imágenes (por ejemplo, a partir de recortes) que inviten a la reflexión, a la investigación, y por ende a la duda.

A mayor complejidad, más posibilidad de adquirir nuevo vocabulario, lo que se traducirá en ampliación de la comprensión de la realidad.

27. Elaboración de frases intercalando imágenes y palabras

Una consecuencia del uso de redes es el empleo de emojis (picto o ideogramas). Los dispositivos electrónicos cuentan con abundantes elementos gráficos que te pueden ayudar a crear frases en las que se intercalen palabras e imágenes.

Participa entonces con imaginación y entusiasmo para incorporar novedosos elementos que conviertan el aprendizaje de la lectoescritura en toda una aventura. Tal cual, como si se tratara de la revelación de jeroglíficos.

 29. Inventar historias

Hacer rondas de cuentacuentos es una estrategia motivadora. Por turnos, cada noche un miembro de la familia tendría la tarea de contar una historia, bien sea de ficción o una anécdota. La premisa es que debe hacerlo con entera libertad creadora.

30. Los trabalenguas

Estos juguetes verbales se componen de una estructura de palabras y frases con sílabas que se repiten y que en lo esencial resultan difíciles de pronunciar. Tienen un parentesco con las rimas en la forma y en lo divertido.

Son un pasatiempo ideal para las horas de juego permitiéndoles a los niños a enriquecer su vocabulario, estos dichos populares tienen como objetivo entretener y divertir a los niños a través del ingenio”.

31. Función de títeres como una de las mejores ideas para fomentar la lectoescritura

Una actividad integral es la producción de una obra teatral para títeres. Con los niños inventa la historia, construye los personajes, prepara el guión, monta el escenario y presenta a familiares y amigos la obra.

Los aplausos estarán garantizados y además, señalará la consolidación de aspectos fundamentales concernientes a la lectura y la escritura.

32. Sólo canto con vocales

En el cancionero popular hay estrofas que se tornan divertidas si se cantan usando solo una vocal. Con ello, se gana en conciencia del lenguaje, en pronunciación y articulación. Por ejemplo:

Tengo una vaca lechera
No es una vaca cualquiera
Me da leche merengada
¡Ay que vaca tan salada!
Tolón tolón, tolón tolón.

Ahora, solo con la A
Tango ana vaca lachara
Na as ana vaca caalqaara
Ma da lacha marangada
¡Aa qaa vaca tan salada!
Talán talán, talán talán.

33. Describiendo a ciegas

La idea consiste en introducir en una caja diferentes objetos. El niño con los ojos vendados debe introducir la mano, extraer uno y comenzar a describir por el tacto sus características, hasta dar con lo que es.

Resulta más interesante si hay otros niños porque con los ojos vendados uno de los participantes escucha la descripción del objeto que otro niño hace para deducir de qué se trata. Descripción e inferencia se ponen en juego.

Profundiza en estas 33 ideas para fomentar la lectoescritura

Durante la etapa de Educación Infantil, la lectura y la escritura deberían presentarse como actividades creativas y lúdicas, no como algo obligatorio, ya que hay que intentar que los pequeños se interesen y se aficionen por estas actividades.

Es importante que los niños tengan contacto con lectoescritura antes de iniciar el colegio, algo que no resulta difícil, ya que, como hemos visto, existen muchas posibilidades de aprendizaje en su entorno habitual. Eso sí, siempre hay que presentarle el acto de leer y escribir como un juego, no como una obligación de aprender de manera precipitada.

Bibliografía

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