Violencia filio-parental: qué es y por qué ocurre

La violencia filio-parental, es un hecho que ocurre en el seno de algunas familias. Es clave buscar ayuda profesional para resolverlo a tiempo.
Violencia filio-parental: qué es y por qué ocurre
María José Roldán

Escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 21 marzo, 2023

Cuando se forma una familia, por lo general, se tiene en mente una relación idílica entre sus miembros. Así, todo es bonito y la relación entre padres e hijos es saludable y sin conflictos. Sin embargo, esto no siempre es así. Incluso, hay veces que ocurren cosas peores, como la violencia filio-parental. Sobre esto queremos hablarte en las siguientes líneas. Así, podrás diferenciarlo y saber si ocurre o no en tu hogar.

La violencia de los hijos hacia sus padres

Cuando hablamos de violencia filio-parental nos referimos a aquella que los hijos ejercen contra los padres. Es habitual que sean varones quienes lo hagan, aunque, en menor medida, también hay casos en el sexo opuesto. Este tipo de maltrato puede ser tanto a nivel físico como material o psicológico.

Como se trata de maltrato es algo que ocurre de manera habitual en la dinámica familiar. El objetivo de los hijos es mantener el control y convertirse en quien manda. Todo esto genera conflictos muy graves que desestabilizan y pueden llegar a romper la familia. Además, no necesariamente tienen que ser padres e hijos biológicos, sino que la víctima también puede ser el responsable civil del agresor.

La violencia filio-parental se da en el ámbito intrafamiliar. El hijo agrede a uno o ambos progenitores y estos se sienten controlados y con miedo todo el tiempo.

Qué es exactamente la violencia filio-parental

Este tipo de violencia puede ser directa o indirecta. Como en cualquier otro caso de maltrato en otros ámbitos, puede darse de forma verbal, psicológica, económica, material, física o sexual. También, existen conductas de control, de dominio y de intimidación hacia la víctima, siempre de manera intencionada y con el objetivo de tener el poder sobre esa persona.

Este comportamiento puede causar dolor o prejuicios a la víctima. No solo es necesario que sea una persona la que ejerce la agresión, sino que pueden ser más miembros de un mismo núcleo familiar. Por otra parte, como es algo que no se tolera a nivel social y que causa mucha vergüenza y culpa a la víctima, suele ocultarse. Sin embargo, esa situación le da aún más poder y control al agresor, por lo que las circunstancias se agravarán en el tiempo de forma considerable.

Por qué ocurre

Normalmente, el agresor suele tener un perfil entre los 12 y los 18 años. Las agresiones suelen darse contra la madre, pero también hay casos en que ocurre hacia el referente masculino o a ambos al mismo tiempo.

Cuando ocurre esa situación tiene que ver con el desarrollo de la personalidad y las conductas dominantes que aparecen a estas edades. Generalmente, es seguida de una crianza excesivamente permisiva o en la que se haya ejercido la violencia de manera sistemática.

Factores de riesgo

Existen algunos factores de riesgo que pueden provocar que la violencia filio-parental aparezca en el seno de la familia. Algunos de los más importantes a considerar son los siguientes:

En la violencia filio-parental, el agresor ha aprendido a usar la fuerza sobre otra persona para salirse con la suya o para lograr sus propios objetivos.

No solo es un problema del menor

Cuando ocurre la violencia filio-parental no solo es un problema del menor, sino que se trata de una cuestión familiar. Cuando hay violencia de cualquier tipo se vive de manera muy negativa entre los miembros convivientes. Además, ocurre porque existen conflictos relacionales muy severos.

Por ejemplo, puede haber violencia bidireccional, donde la víctima también agrede al agresor en defensa propia. Esta es una situación que intensifica el conflicto y la duración del mismo. Sin embargo, que ocurra no significa que no puedan tratarse y modificarse a través de una terapia adecuada para toda la familia.

Consecuencias emocionales

La víctima está en una situación a lo largo del tiempo en la que siente sufrimiento extremo, frustración, ansiedad y miedo. Los episodios violentos pueden hacer que se sienta incapaz y que haya daños colaterales como problemas de pareja, en el trabajo o con las amistades, entre otros.

La persona agredida puede sentir también culpa, vergüenza y sensación de fracaso. Desgraciadamente, ante esta situación en la que sienten indefensión, pueden seguir el ciclo de violencia y pensar que deben defenderse en lugar de buscar la solución a la raíz del problema. No hay que olvidar que se puede poner solución al conflicto y que, para ello, es clave acudir a la ayuda profesional.


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  • Calvete, E., Pereira, R. (2019) La violencia filio-parental: Análisis, evaluación e intervención. Editorial: Alianza Editorial

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