Trauma familiar: cómo afrontarlo juntos

El trauma familiar es una realidad para muchas personas, por eso hay que saber reconocerlo para poder afrontarlo juntos.
Trauma familiar: cómo afrontarlo juntos
María José Roldán

Escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 19 mayo, 2023

Cuando hablamos de trauma psicológico estamos ante un choque emocional que produce un daño que dura en el tiempo de manera inconsciente. También se conoce como una emoción o impresión negativa, fuerte y duradera. Es como un shock emocional a causa de la intensidad con la que se vive un hecho. A continuación, vamos a hablarte sobre el trauma familiar y cómo afrontarlo juntos.

El trauma aparece cuando estamos expuestos a una situación traumática que nos ha provocado mucho estrés. Un hecho que nos hizo sentir amenazados o sobrepasados emocionalmente. Cuando no somos capaces de enfrentar una situación determinada entramos en shock. También, puede aparecer al sufrir un miedo intenso que no hemos sabido gestionar correctamente.

Puede ocurrir de manera puntual o que sea acumulativo, como haber estado expuestos a diferentes situaciones difíciles de gestionar de manera prolongada en el tiempo. Las emociones nos desbordan y esas vivencias las sentimos intensificadas, algo que puede aparecer con problemas psicosomáticos, ansiedad crónica, preocupaciones excesivas o comportamientos disfuncionales.

Qué es el trauma familiar

El trauma familiar se genera ante episodios que no dan tiempo para procesar lo que ocurre o lo que ha pasado. La pérdida de un ser querido puede ser ejemplo de ello.

Cuando ocurre un trauma familiar, es porque un suceso ha afectado a toda la familia. Un hecho sorpresivo y negativo ha desbordado a todos los miembros y estos no sienten la capacidad suficiente para afrontarla. Cuando algo así sucede, es como un punto de inflexión que cambia la vida de todos. Por ejemplo, puede ser la muerte repentina de un ser querido, la presencia de trastornos mentales en la familia, una adicción o un hecho muy violento, entre otros.

Cuando se trata de un hecho traumático, es habitual que sea una situación que nadie se esperaba que ocurriese, por lo que es sorpresivo y súbito. A todos choca emocionalmente y por eso se desbordan las capacidades de afrontamiento.

La herida que se forma en la familia

La evolución del trauma familiar depende en gran medida de la magnitud que se ha dado o del significado que se tenga del mismo. A menudo, aparecen sentimientos de estrés, de ansiedad, de depresión y aislamiento. Para muchos adultos, no siempre es fácil hablar de lo sucedido sin que se desborden las emociones.

Es necesario ser conscientes de que cada miembro de la familia puede afrontar la situación de manera diferente. En ello, hay muchas variables que intervienen, como la edad, el sexo, el equilibrio emocional, el rol dentro del núcleo familiar o el papel en el hecho traumático, entre otras.

También, es habitual que haya sentimientos comunes, como ansiedad, estrés, tristeza o depresión, aunque cada uno lo intenta llevar de la mejor manera posible. Incluso, un hecho de esa característica puede provocar que se sienta vergüenza o culpa, así como unión y fuerza. Muchas veces, se siente que se podría haber hecho algo para evitarlo, haberse dado cuenta antes o haber avisado a otros miembros de la familia.

Son muchos los sentimientos contradictorios ante un hecho traumático. Por eso, el respeto, la empatía y el acompañamiento entre los miembros de la familia es fundamental.

Cómo hacer frente al trauma familiar

El trauma familiar puede durar mucho en el tiempo e incluso puede alcanzar varias generaciones después desde el acontecimiento. Si no se aborda, aparecen los tabúes, los bloqueos emocionales y los prejuicios. Siempre hay que mirar de frente a la situación y hacerle frente. Aunque den ganas de mirar hacia otra parte o de resistirse a ese afrontamiento, es fundamental armarse de valor y hacerlo.

Si es necesario, se puede buscar ayuda profesional. Lo más recomendable es que la terapia sea tanto de manera individual como familiar, para que los problemas internos no se encubran con el colectivo. Si bien cada uno necesita sus tiempos y hay que respetarlo, no hay que permitir que ningún miembro de la familia se hunda o piense que está solo ante lo ocurrido.

La unión hace la fuerza y ante las adversidades más inesperadas y crueles de la vida, hay que aunar fuerzas para que, entre todos, se pueda resurgir y volver a disfrutar. Solo tenemos una vida, por lo que no podemos desperdiciarla y permitir que entre la oscuridad en nuestro corazón. La empatía y el acompañamiento son fundamentales en los traumas familiares.


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  • Wolynn, M. (2017) Este dolor no es mío. Identifica y resuelve los traumas familiares heredados. Editorial: Gaïa

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